La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), una organización intergubernamental con sede en Ginebra, Suiza, fundada en 1951 y que forma parte del sistema de las Naciones Unidos, ha documentado 441 migrantes muertos en la ruta marítima del Mediterráneo Central en los primeros tres meses de 2023.
Según este reporte dado a conocer el miércoles, el primer cuarto de este año ha sido el más mortífero para las personas migrantes desde el mismo periodo de 2017, en el que fallecieron en ese mar al menos 742 personas, provenientes del norte de África y de países de Medio Oriente.
El director general de la OIM, António Vitorino, advirtió que esta crisis humanitaria ya ha costado la vida a más de 20.000 personas en los últimos nueve años. Vitorino calificó esta cifra como "intolerable" y pidió a los Estados costeros del Mediterráneo que no obstaculicen las operaciones de búsqueda y rescate estatales y de las oenegés.
La guardia costera italiana informó este lunes que estaba intentando rescatar a 1.200 migrantes a bordo de dos barcos en el mar Mediterráneo, después de haber socorrido a unas 2.000 personas durante el fin de semana.
El rescate de 800 migrantes en un pesquero sobrecargado se estaba llevando a cabo, precisó la misma fuente oficial. La embarcación fue localizada en aguas italianas, a más de 190 kilómetros al sureste de Siracusa, en la isla de Sicilia. Se trata de una operación "compleja", según la guardia costera, debido a la multitud a bordo del barco.
Un segundo navío, con 400 migrantes, también fue interceptado en aguas italianas, a la altura de Capo Passero, en la zona más meridional de Sicilia.
Alarm Phone, una plataforma de SOS utilizada por los migrantes en peligro, indicó en Twitter que las personas en el barco estaban "presas de pánico".
El Gobierno de Italia, cuya primera ministra Giorgia Meloni asumió con un discurso antiinmigración, tuvo un giro ante la gravedad del escenario actual y el martes decretó el estado de emergencia nacional migratorio durante los próximos seis meses, tras el desembarco en las costas italianas de más de 3.000 personas en los últimos tres días.
Esto permitiría un mejor manejo de la llegada y un uso más eficiente de las instalaciones existentes para enfrentar esta oleada de migrantes.
La medida fue propuesta por el ministro de Protección Civil y Políticas Marítimas, Nello Musumeci, y cuenta con un presupuesto inicial de € 5.000.000 que deben alcanzar para las situaciones de crisis migratoria en toda Italia. "Seamos claros: no vamos a resolver el problema, la solución solo depende de una intervención consciente y responsable de la Unión Europea”, dijo Musumeci.
La medida, al menos, permitirá apurar la repatriación de aquellos migrantes que no sean autorizados a permanecer en Italia, así como acelerar las identificaciones y las órdenes de expulsión en otros casos.
El ministro señaló que "necesitamos ayudar a las regiones porque existe el riesgo de enviar el sistema al colapso si continúa este ritmo de llegadas". Expresó, además, su esperanza de que Europa "se dé cuenta de que no hay mucho tiempo".
Según la OIM, los retrasos en la implementación de rescates fueron la causa de la muerte de al menos 127 personas entre enero y marzo. En otros 73 casos, los ahogamientos tuvieron lugar sin que se produjese ningún tipo de intento de rescate de los migrantes por parte de los países involucrados.
La organización citó varios casos notables como los disparos al aire de la Guardia Costera Libia al acercarse al buque de rescate Ocean Viking, fletado por la asociación europea SOS Méditerranée, cuando éste socorría a un bote de goma en peligro frente a las costas del país africano a fines de marzo.
Además, la OIM llamó la atención sobre las 300 personas que permanecen a la deriva frente a las costas de Malta y del sur de Italia. En lo que va de año, a este último país han llegado 31.192 migrantes y refugiados, 3.000 de ellas durante el pasado fin de semana. Eso fue la gota que colmó el vaso para que Meloni decretase el estado de emergencia migratorio.