El cura salesiano Mateo Méndez volverá el año que viene al Movimiento Tacurú Salesianos, a 33 años de haber establecido la primera comunidad religiosa en el barrio Lavalleja. El exdirector Instituto Técnico de Rehabilitación Juvenil –hoy Inisa– pasará a acompañar la Escuela de Oficios Don Bosco ubicada en Casavalle, y por las tardes mantendrá la presencia en el Proyecto Minga, la obra social que encabeza en Las Piedras.
"Ya hace 20 años que uno dejó de estar allí, y se debe acomodar a la comunidad que va", contó el propio Méndez a El Observador, quien quiere ser "una oreja que escuche" en su nueva presencia. Consultado respecto a su edad (76) y la nueva etapa que le espera, afirmó: "Voy a estar en la vuelta acompañando en lo que se pueda, para ir viendo cómo caminar juntos. Tampoco me voy a poner a saltar la cuerda en el patio", bromeó.
Méndez fue uno de los responsables de la consolidación de Tacurú en 1988 en el actual predio que mantiene en Bernardo Poncini y Aparicio Saravia. El movimiento había dado sus primeros pasos en 1981, de la mano de los seminaristas salesianos que hicieron el primer acercamiento a los jóvenes de la zona. Dentro de ese grupo estaba Daniel Sturla, hoy arzobispo de Montevideo, junto a otros jóvenes que se ordenarían sacerdotes.
Primero en una casa al lado del centro juvenil de Sayago y después en el predio del barrio Lavalleja, Tacurú pasó de la dinámica de oratorio y actividades periódicas con los jóvenes a erigirse en una casa en sí misma. "Se decidió para el año 88 constituir una comunidad religiosa, o sea que tres sacerdotes fueran a vivir al barrio, que fueran a vivir con la comunidad, y que comenzara algo que pasaba a ser de un oratorio, una experiencia de fines de semana, a una experiencia diaria.", relató en 2011 a El Espectador el cura Leonel Burone, quien era entonces director del movimiento.
El sacerdote añadió que Méndez fue "la cara visible de un momento de despegue de Tacurú a nivel de producción de proyectos". "El 8 de diciembre nos trasladamos al lugar donde ahora está Tacurú. Entramos en el edificio y no había nada. Un tablón, unos bloques y una madera para comenzar a comer algo", contó Méndez en 2016 al Boletín Salesiano. "La gurisada empezó a entender que estaba bueno eso de ir todos los días. Iban a trabajar de mañana pero había que llenar la panza al mediodía, mal que bien, más crudo, más cocido", añadió.
Diego Vila
Tacurú conmemoró sus 40 años la semana pasada
Junto a él convivió en los primeros años el cura José Tejero, actual integrante de la comunidad religiosa, con quien volverá a compartir el techo. El movimiento está dirigido hoy por el sacerdote Néstor Castell. La casa es liderada por los religiosos, aunque la comunidad pasará a tener tres miembros en lugar de cuatro. Tacurú conmemoró la semana pasada su 40° aniversario.
La obra tiene varios convenios con la Intendencia de Montevideo (IM), conocidos sobre todo por los programas de barridos con jóvenes que visten la indumentaria naranja y azul, distinguida con el sello de la hormiga tacurú. La asociación con la comuna data desde la gestión de Tabaré Vázquez en 1990. Además de las iniciativas de acompañamiento laboral, tiene varios proyectos de deportes, CAIF, clubes de niños, centros juveniles y otros planes educativos.
Quién es Mateo Méndez
Oriundo de San Gregorio de Polanco (Tacuarembó), fue el decimoprimero de una familia de 12 hermanos. "Éramos pobres, cuidábamos los campos de otros, pero era una pobreza digna. Siempre que un vecino precisaba algo, nos llamaban, nos tenían mucha confianza. Los gurises de "la casilla" nos llamaban, porque así era nuestra casa prestada", contó Méndez.
"Cuando tenía cinco años mataron a mi padre en un altercado y mamá tuvo que asumir lo que venía. A algunos hijos debió mandarlos con familiares y los menores nos vinimos con ella a Montevideo, a una casilla de madera en Instrucciones y Belloni", recordó en la entrevista. Pese a su su actual dedicación, no se acercó a la fe hasta los 18 años, cuando se bautizó en 1963.
Juan Marra
Mateo Méndez, sacerdote salesiano
"En casa se vivía una religiosidad popular del "hasta mañana si Dios quiere", de esas cosas que salían naturalmente y reflejaban que en el fondo Dios era un punto de referencia", rememoró.
Tras su paso por Tacurú, dio los primeros pasos para fundar el Proyecto Caqueiro en la localidad fronteriza de Rivera que lleva el mismo nombre. Años más tarde, impulsó la creación del Proyecto Minga en Las Piedras, iniciativa que encabeza al día de hoy. Tras 11 años como párroco en Las Piedras, Méndez se mudará a la comunidad de Montevideo.
"Voy a tener más tiempo para estar en Minga que antes, porque la parroquia podía ser muy absorbente", valoró en diálogo con El Observador. El sacerdote planea hacer "una gran misa de acción de gracias" junto a todas las obras de la parroquia para dar un cierre a la etapa.