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El Observador / Fútbol / UN VIAJE AL CORAZÓN DEL FÚTBOL

Minguta: "Horacio Peralta era un personaje, iba a entrenar en moto y la dejaba en un bar"

El equipier contó las anécdotas de las juveniles y no olvida cuando echaba a Ligüera de la utilería porque Púa le recriminaba que lo mimaba por ser de Florida

14 de agosto 2017 - 5:00hs
Ayer, con el fallecido Walter Ferreira, el mano santa que lo recuperó
Ayer, con el fallecido Walter Ferreira, el "mano santa" que lo recuperó D. Battiste
Ayer, con el fallecido Walter Ferreira, el mano santa que lo recuperó
Ayer, con el fallecido Walter Ferreira, el "mano santa" que lo recuperó
D. Battiste
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Por  Jorge Señorans

El utilero de la celeste da paso a las mil anécdotas que tiene con jugadores que conoció en las selecciones juveniles. Muchos se consolidaron con la celeste, otros se perdieron.

Y empieza por un peso pesado del proceso de Púa: Horacio Peralta. "El Horacio... ¡qué personaje! (dice y se le escapa una sonrisa). Iba en moto a practicar allá al Charrúa y Víctor no se lo permitía. Entonces el Horacio dejaba la moto en un boliche allá por Bolivia. Un loco bárbaro. Ahí había terrible plantel, Meneses, Mario Leguizamón, el Pollo. Una vez el Pollo hizo suspender la práctica porque se agarró a las trompadas con Peralta. Recuerdo que cuando venía uno del interior lo fajaban a patadas".

Minguta contó que "ahora justamente se armó un grupo de Whatsapp de la selección de Nigeria 1999 donde están Forlán, Sorondo, Macaluso, Chevantón, que se van a juntar para hacer una comida y ya me invitaron. Con esa generación nos tocó jugar en Nigeria, un país que no conocíamos y nos tuvimos que adaptar al calor, problemas con el agua, la comida. Había que comprar el agua, porque no se podía tomar la de la canilla".

Minguta recordó que en esa selección tuvieron que hacer de todo. "Ayudamos a cocinar en Nigeria. Y acá también, a veces hago algún fainá. Iba a la cocina con Forlán que se mandaba alguna torta marmolada".

De esa generación el utilero de la celeste puso bajo el brazo a un hombre de sus pagos como Martín Ligüera. "Martín venía acá a conversar conmigo y Víctor (Púa) se enojaba. Me rezongó porque decía que le daba muchos mimos. Un día estaba con Martín y lo veo venir a Púa y le digo: "¡Andate Martín! ¡Rajá de acá que allá viene Víctor!".

Las anécdotas de Walter Ferreira

Minguta no olvida a su compañero de trabajo, el fisioterapeuta Walter Ferreira, un hombre con un carisma especial y cuyo fallecimiento en 2016 conmovió al plantel. El equipo de la celeste dedicó un espacio para recordar algunas anécdotas jocosas de Ferreira.

"A los nuevos Walter les hacía muchas jodas. Una vez en Alemania el Torito Rodríguez lo fue a consultar por un callo en el pie. Entonces Walter le dijo: 'Andá a la cocina, pedí un balde de agua tibia, pedí dos tangerinas y volvé'. Los jugadores más veteranos se daban cuenta que era un broma, pero los nuevos van, porque Walter les hablaba serio. Allá apareció el Torito. Walter le hizo pelar la tangerina, y le dijo meté, meté todo en el agua. Apretá el jugo ahí, poné los dos pies 10 minutitos y mañana lo vamos a hacer de nuevo esto. Todo eso lo decía bien serio. Y el Torito, nuevito en la selección, no preguntaba nada. Al otro día a las 9 estaba golpeándole a Walter. Después que se secó los pies lo empezó a curar".

Minguta suma otra historia. "Un día Fucile lo fue a ver porque le dolía la columna y lo puso en cuatro patas en una camilla y agarró un sobre de Bracafé, sin que lo viera Fucile, lo envolvió en una toalla de manos y le empezó a frotar. Le levantó la remera y se lo dejó un buen rato arriba de la camilla. En eso entra Scotti y le dice: '¿Qué estás haciendo arriba de la camilla?'. Y Fucile le dice: 'Me levanté con un dolor en la cintura y Walter me puso una cosa acá'. '¿Walter te puso?', consultó incrédulo Scotti, que agregó: '¿Y vos le creés? Mostrando el sobre de Bracafé".

Cuando de hablar de su compañero se trata, el utilero celeste no para.
"En la época de Juan Ramón fuimos al exterior y apareció el Colorado Guerrero con hongos. Y Walter le dice: '¿Ves aquel árbol? Traeme 10 hojas y arrancá una ramita porque en Uruguay no hay'". Fue el Colorado, arrancó y le trajo. Walter le echó un antimicótico en aerosol y le puso una hojita entre cada uno de los dedos de los pies. "Aguántate 10 minutos". Y quedó ahí con las patitas llenas de hojas. Entraban los demás y salían a las risas. Estas son cosas de Walter, decían".

Pero la memorable se la hizo a Pablo Caballero, exjugador de Nacional.
"Como era chueco, me contó que le hizo vendar las dos piernas porque le dijo: 'No viste que lo curé a Coelho que era chueco. Viste como lo dejé'. Entonces le dijo: 'Dormí la siesta pero véndate las dos piernas'. Dice que Caballero llevaba como dos horas atado y se estaba acalambrando".

Los zapatos del Canario García


Mingu, ¿tenés leuco?". El "Canario" Pablo García entró a la utilería de la selección y sorprendió al equipier. "¿Leuco? ¿Para qué quiere leuco este Canario?, pensé yo. Y en eso lo veo... tenía el zapato abierto, le pasó toda la cinta alrededor y se fue para la cancha", recordó Minguta.

Era el primer entrenamiento con la sub 20 que terminó vicecampeona del mundo en Malasia 1997.
Allá a la distancia el técnico Víctor Púa observaba todo cuando de pronto notó algo raro en el zapato de García. "Canario, ¡vení, vení! ¿Qué es eso?", consultó el entrenador. "No tengo zapatos", le respondió el volante. Púa lo miró y le dijo: 'Mañana andá, hablá con tu presidente y si no te compra zapatos no vengas".

El utilero Edgardo Di Mayo, conocido como Minguta, que fue testigo de la charla, comentó: "El pobre Canario no sabía qué hacer. Al otro día trajo zapatos nuevos. Los debe haber pedido o se le compró el padre, vaya uno a saber".

Desde 1994 el popular Minguta inició su historia con la selección uruguaya de fútbol, en las juveniles. Dos años después también empezó a trabajar con la mayor. Se iba de La Teja al Charrúa en ómnibus. Todo comenzó cuando Víctor Púa tomó el mando de las selecciones juveniles y se lo llevó a trabajar con él. El técnico, conocedor del carisma de Minguta, lo consideró vital para tratar con los jóvenes.
"Cuando íbamos a hacer algún campamento para ver jugadores Víctor me pedía que hiciera de juez. Y en determinado momento se me arrimaba y me decía: 'Andá y decile a aquel, mirá que el técnico te está mirando y sos muy lento'. Me utilizaba para mandarle mensaje a los jugadores", rememoró Minguta.

"Víctor fue un fenómeno, simpre andaba arriba de los chiquilines, igual que el profe Franco y el doctor Larroque. Fue gente muy buena para el proceso. Ahora se dan cuenta. Antes se enojaban o reprochaban correr o hacer triple horario, pero a muchos les sirvió. Púa era muy exigente. Y viste cómo son los chiquilines, siempre quieren garronear un minutito", expresó el utilero celeste.

El deportivo de Suárez

Para trabajar con adolescentes hay que tener una personalidad especial. Minguta contó que cuando llegan los más jóvenes al Complejo (sub 15) el cuerpo técnico los lleva a una charla. "Ahí se les explica lo fundamental, que no revuelquen ni tiren la camiseta. Y que la devuelvan dada vuelta".

Minguta agrega que ahora la ropa que queda de la mayor se pasa para la sub 20. "Para los gurises verse con un equipo que utilizan los jugadores de la mayor es impresionante. Muchas veces les doy los zapatos que les dejan de regalo los de la selección y me dicen: '¡Ah, los guardo de reliquia!'. Claro, tienen el nombre de Suárez. Y yo les digo, 'te los regalan para que los uses'. Cuando les doy el equipo deportivo ellos me preguntan: '¿Estos son los que se pone Fulano?'. Y me preguntan cómo son los jugadores de la mayor y les digo: 'Igual que ustedes', porque es así".

Una familia

El utilero celeste dijo que concentra con la selección, a la que definió como "una familia". Y agregó: "Acá somos todos iguales, desde el guardia de seguridad hasta el canchero. Eso viene de abajo. Acá llega un jugador de sub 15 y tiene que darle un beso desde el portero cuando entra al último que queda acá. Saludar a todos. Lo aconseja el técnico. El respeto ante todo. Es imposible que te cruces con un botija en un pasillo del Complejo y no te diga 'buen día'. Igual que si viene un jugador de la mayor y están todos los sub 15, saluda uno por uno".

Minguta se siente afortunado y agradecido. Reconoce cada gesto. La ayuda de los jugadores para comprar su casa, el pedido de Lugano para poner la bandera de Uruguay en el brazalete de capitán, la confianza de Godín, las broncas de Forlán cuando le movían las chancletas, el rezongo de Luis por estar gordo, las invitaciones de Maxi Pereira para salir de vacaciones, el gesto de Cavani con sus amigos, la frase del Ruso cuando le dio la camiseta con sangre, las locuras de Abreu, los entrenadores. Para el final dejó un agradecimiento a su familia. "Al respaldo, la ayuda y la comprensión de mi señora Milka y mis hijos Pablo y Paola. Y no me puedo olvidar de quien fue mi compañero durante muchos años: Walter (Ferreira)...". Minguta miró hacia arriba, contuvo la emoción, y dijo: "Walter fue una enseñanza para los jugadores... (Larga pausa). Se lo extraña a Walter", afirmó, y se volvió a emocionar.


La promesa

Una imagen de San Cono está en un rincón de la utilería. Minguta reveló que se la llevó el golero de la sub 15, Nicolás Lladó, que es de Florida. El utilero recordó que luego del Mundial 2010 cumplió con su promesa de ir a la capilla de Florida caminando. "Me fui con Víctor (Britez), el otro utilero. Puse dos días para llegar. Salimos a las 5 de la mañana de La Teja y llegamos a las 3 de la tarde a la casa de mi hermana en Canelones. Al otro día a las 5 de la mañana salimos a San Cono y llegué 15.30. Dejé la camiseta 13 del Loco Abreu, que en el festejo la dejó tirada y la encontré en el ómnibus. Ni se enteró que era la de él. Yo la agarré y dije: 'esta se la llevo a San Cono'".


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