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Mugabe renunció tras ceder a la presión de sus antiguos aliados

Militares lograron su propósito; exvicepresidente puede sustituirlo
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22 de noviembre de 2017 a las 05:00
Robert Mugabe, de 93 años, renunció como presidente de Zimbabue este martes, informó el presidente del Parlamento Jacob Mudenda en una sesión extraordinaria, con lo que puso fin a 37 años al frente del gobierno del país.

"Yo, Robert Mugabe entrego formalmente mi dimisión como presidente de la República de Zimbabue con efecto inmediato", declaró Mudenda al leer, bajo una cortina de aplausos, la carta de renuncia del jefe de Estado.

La noticia fue anunciada en una sesión extraordinaria del parlamento convocado para debatir una moción de destitución de Mugabe, que controló todos los aspectos de la vida pública en Zimbabue desde su independencia en 1980.

El anuncio fue festejado en las calles de la capital con un concierto de bocinazos y gritos de alegría.

La transición

La renuncia puso fin a una semana de incertidumbre sin precedentes en el país, que comenzó cuando los militares tomaron el control tras la destitución , ordenada por Mugabe, del vicepresidente Emmerson Mnangagwa y su intención de colocar a su esposa Grace al frente del gobierno.

Precisamente Mnangagwa aparece como candidato principal para ocupar a partir de este miércoles la presidencia de manera interina, dijo Simon Khaya Moyo, vocero del partido gobernante Zanu-PF.

Ese mismo partido había postulado a Mugabe para las elecciones previstas el año próximo.

"Creo que el destituido vicepresidente Mnangagwa, quien cuenta con el apoyo del comité central del partido regresará (al país) en las próximas 24 horas y sería juramentado como presidente por 90 días"
Mnangagwa había salido de su silencio el martes para exigir la dimisión de Mugabe.

"Invito al presidente Mugabe a tener en cuenta los llamados lanzados por el pueblo para su dimisión de forma que el país pueda avanzar", afirmó en un comunicado Mnangagwa, conocido como el Cocodrilo y favorito para encabezar la transición política.

Mnangagwa, de 75 años, había sido el pasado 6 de noviembre, por instigación de la primera dama, Grace Mugabe, con la que competía para suceder al presidente, de 93 años.

La esposa

La expulsión de este militar incondicional del régimen, héroe de la lucha de la "liberación" de Zimbabue, además antiguo aliado de Mugabe, provocó la intervención de las Fuerzas Armadas, que controlan el país desde el 15 de noviembre.

Es que los militares, que siempre habían apoyado de manera incondicional al presidente se hartaron cuando el anciano gobernante realizó una purga en su equipo de gobierno para allanar el camino a su esposa.

Grace, una sudafricana exsecretaria suya, 41 años menor que Mugabe, y madre de tres de sus hijos, era objeto de críticas por parte de la cúpula militar y de la población, sobre todo por su compulsión al lujo y a los gastos excesivos.

Mugabe había ignorado todos los llamados a que se apartara del poder, e incluso afirmó el domingo pasado, en un discurso televisado, que presidiría el congreso del partido en diciembre.

Desde el inicio de la crisis, las voces se multiplicaban para exigir la salida del decano de los jefes de Estado activos en el mundo: el ejército, la calle y su propio partido, el Zanu-PF.

Este martes, por iniciativa del Zanu-PF, el Parlamento había iniciado la sesión dedicada a examinar una demanda de destitución de Mugabe.

En su resolución, el Zanu-PF acusó al presidente de "haber autorizado a su esposa a usurpar sus poderes" y de "no tener ya capacidad física para asegurar su papel", había indicado el diputado Paul Mangwana.

El presidente del Parlamento leyó la carta de Mugabe apenas comenzó el debate.

"Mi decisión de dimitir es voluntaria. Está motivada por mi preocupación por el bienestar del pueblo zimbabuense y mi deseo de permitir una transición, pacífica y no violenta que garantice la seguridad nacional, la paz y la estabilidad", escribió el mandatario.

La dimisión de Mugabe ofrece a Zimbabue "la oportunidad de forjar un nuevo camino libre de opresión", dijo Theresa May, primera ministra del Reino Unido, la antigua potencia colonial del país africano.

Marxismo, poder y diamantes

Robert Mugabe gobernó la antigua Rodesia del Sur –que ayudó a liberar de la minoría blanca británica que gobernaba ese territorio– con mano de hierro desde 1980.

Con su antiguo ideario marxista a cuestas, se encargó de destruir cualquier intento opositor y se enriqueció a costa del empobrecimiento de la población y a partir de la explotación de las riquezas minerales del país, sobre todo los diamantes.

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