El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro se refirió este lunes al cierre de la empresa láctea Pili de Paysandú y volvió a cargar contra las gremiales lecheras por sus declaraciones públicas. El jerarca negó que los productores que remitían a esa planta industrial hayan buscado soluciones por iniciativa propia para seguir comercializando leche.
“Contrariamente a lo que dice el comunicado de las gremiales lecheras no es que los productores lecheros o tamberos tuvieron que salir por su cuenta a buscar donde remitir la leche, sino que hubo gestiones directas del Inale y del gobierno para que esos tamberos pudieran seguir remitiendo. Los 42 tamberos siguen remitiendo en estos días a Lactalis”, afirmó Murro en conferencia de prensa luego de la reunión del Consejo de Ministros.
Un comunicado de las gremiales lecheras publicado el miércoles pasado señaló que cada mes diez productores lecheros abandonan el sector. “Son familias y trabajadores que se ven obligados a dejar sus tambos porque el precio que reciben por su leche no alcanza para pagar los costos de funcionamiento…La cadena productiva láctea tiene más de 2.800 productores en una punta y a la principal empresa exportadora del país por otra (Conaprole con unos 2.000), en un modelo cooperativo, orgullo de todos los uruguayos. Hoy esta realidad se ve amenazada seriamente y no vemos reacción ni conciencia en quienes toman decisiones de gobierno para salvar a miles de familias que están viviendo amenazada su forma de vida”, se expresó en el documento, en el que también se informó la resolución de retirar a los representantes de las gremiales del Instituto Nacional de Leche (Inale).
El viernes pasado venció sin éxito el plazo para que se presentaran potenciales inversores interesados en hacerse cargo del emprendimiento. La planta dejó funcionar a mediados de la semana pasada.
En ese sentido, Murro señaló que el remate comenzará primero por los campos y otros bienes de los propietarios de la empresa. En tanto, las dos plantas industriales se rematarían en 2019, con el objetivo de tener más tiempos para acercar posibles inversores.
El cierre de Pili la transforma en la tercera industria láctea que deja de trabajar desde 2015. En febrero de ese año cerró Ecolat en Nueva Helvecia y 400 personas quedaron sin empleo. Unos meses después, en junio, le llegó el turno a Schreiber Foods y 170 trabajadores siguieron el mismo camino.
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