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Música, despedidas y el recuerdo de Omar Gutiérrez: el último programa de Agitando cerró un ciclo en la televisión

El programa musical de Canal 4, heredero del ciclo de Omar Gutiérrez, tuvo su última entrega este sábado y estuvo marcada por las emociones
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01 de agosto de 2021 a las 15:53

Dicen que somos seres de costumbre, y puede que sea esa condición la que nos lleve a pensar que hay ciertas cosas que nunca van a cambiar. Durante más de una década los uruguayos tuvieron una certeza: cuando encendieran la televisión cualquier tarde de sábado iban a encontrar un programa con orquestas tocando en vivo los clásicos de la música tropical o espectáculos carnavaleros. Iba a estar al aire Agitando. Hasta ahora. Llega un momento en que las cosas cambian.

Después de 12 años al aire, se emitió el último programa de Agitando. Este sábado Eduardo "Colo" Gianarelli, Analaura Barreto y Pablo Magno sabían que sería su última aparición como conductores del programa en la pantalla de Canal 4. Al tiempo que las primeras notas de La Decana empezaron a sonar, los conductores tomaron sus posiciones para darle la bienvenida, por última vez, a los espectadores. Cuando se encendieron las cámaras empezó la cuenta regresiva: “¡Bienvenidos a un nuevo programa de Agitando!”, la energía de Gianarelli es inconfundible.

“Te tiemblan las patitas”, dice entre risas a El Observador mientras la música sigue sonando al fondo. Y no es por nerviosismo, hace años que sabe exactamente qué hacer para conducir el programa. Es emoción. Cuenta que hasta que termine el programa no va a leer los mensajes que le fueron llegando, mensajes de aliento y agradecimiento. Magno por su parte señala que en los últimos días, luego de que se conociera la decisión de levantar el programa, tomó dimensión de que realmente eran una compañía para muchos uruguayos que los sienten parte de sus familias, aunque sea por un rato. 

En el estudio de Canal 4 se siente un cosquilleo en el ambiente. Las selfies, los saludos y las palmadas en las espaldas al pasar, delatan que es un día diferente. Es el final de un ciclo y, como sucede con los buenos amores, quieren despedirlo con la alegría de los buenos momentos. “Seguramente en algún momento la emoción nos gane porque son muchos años compartidos”, comenzó diciendo Barreto en el inicio de la transmisión. La conductora asegura que el programa les “atravesó la vida” a quienes trabajaron en él, tanto a nivel personal como profesional. “Hoy por hoy no tengo más palabras que agradecer por estos años que fueron maravillosos”, explica a El Observador.

Analaura Barreto

“¡Agite, vecina!”

“Vamos a probar. El programa se llama ahora Agitando una más…”, arengó Omar Gutiérrez algunos segundos después del comienzo del primer programa en agosto del año 2009. El público en la tribuna inmediatamente continuó la frase, esa que gritaban después de cada conjunto: “¡u-na más y no jodemos más!”.

Agitando una más fue una continuación del mítico De igual a igual, el programa que se convirtió en la marca registrada del conductor maragato que ese año dejó de emitirse de lunes a viernes y cambió de nombre los fines de semana. "¡Agite, vecina!", decía Gutiérrez luego de presentar algún conjunto en el escenario y tendía un puente directo a los hogares del otro lado de la pantalla. Sin embargo, su presencia en el ciclo duró unos pocos programas hasta que terminó su vínculo con el canal y pasó a ser figura de Canal 10. El programa luego pasó a llamarse Agitando, a secas, y Gianarelli "tomó el guante". 

Agitando era el último heredero directo de Omar en la televisión. Y este sábado, el recuerdo de su figura estuvo presente durante todo el programa. “Sin lugar a dudas este es un espacio creado y querido por el gran Omar Gutiérrez. Nosotros obviamente que le dimos nuestra impronta, el momento de la música tropical era otro por lo que tuvimos que ir variando y agregando cosas", comentó el conductor.

Los tres conductores del programa tienen la misma sensación: se pierde un lugar de exposición para los artistas. "Me parece que aquí en Agitando, se le da un lugar a todo aquel que tenga un proyecto de arte para que pudiera tener un lugar para difundir lo que hacen. Lamentablemente creo que hoy por hoy ese lugar no se replica en otros lados y esa es la tristeza que a mí hoy me queda. Ojalá que los medios tomen un poquito de lo que fue agitando y anteriormente De igual a igual, para darle lugar a todas esas bandas", sostiene Barreto. 

Magno, quien el viernes también dejó su lugar en el programa matutino Vamo Arriba, considera que el cierre del programa es "un golpe bastante fuerte" para la cultura. "Cuando me enteré obviamente que pensé en mi laburo, pero al mismo tiempo pensé en toda la gente que venía acá a promocionar su arte y a vivir de eso porque yo también supe estar del otro lado", sostiene. 

Agitando terminó un ciclo de 12 años al aire

"Me enteré la noticia a principios de julio, nos enteramos que fue una decisión del canal y se respeta. Una decisión de cambiar de perfil, entiendo que la televisión es así y que las decisiones no son para compartirlas, son decisiones empresariales y ya está", explica Gianarelli y esa decisión implica el final del ciclo producido por UnPub.

La tribuna, aquella que el conductor maragato hacía gritar con desesperación, este sábado estaba vacía. Las restricciones relacionadas al coronavirus hacen que el último programa de este clásico vespertino se juegue a puertas cerradas.

¿El fin de una era? 

Gianarelli creció viendo a La Furia y Azul en De igual a igual, grabando las presentaciones y copiando las coreografías de los conjuntos. Como él, varias generaciones de uruguayos crecieron con la ñata pegada al televisor cuando tocaban sus bandas favoritas.

Agitando se convirtió en un clásico. Será por el alcance de la música popular, el carnaval o las orquestas. Quizás por el humor y la liviandad de un programa para toda la familia, por el carisma de sus presentadores o por el empujón de su antecesor. En cualquier caso, pasó a formar parte de la cultura popular.

Fue el último “programa ómnibus” de la televisión uruguaya, un formato que estuvo al aire durante cuatro horas y ofrecía diferentes contenidos durante la transmisión. 

Era también el formato televisivo que mantenía la presencia de las bandas tocando en el estudio de televisión, frente a la tendencia de los canales a generar compilados de videos musicales y emitirlos uno detrás de otro con la presentación de un conductor o conductora. 

“A ver, muchachos. Vamos a probar: las congas, ahora los vientos, el órgano”, una voz desde el control dirige la prueba de sonido mientras la banda de Los Negroni se prepara para tocar en vivo. Parece que hay una coreografía que saben de memoria: una banda toca mientras otra entra entre los músicos que ya tocaron y se están yendo. 

Lucas Sugo manejó mil kilómetros este sábado, solo para estar en este programa que considera, ni más ni menos, “parte de la idiosincrasia de los uruguayos”. Salió de Rivera en la mañana, llegó directamente al estudio de Canal 4 y luego regresó al departamento norteño. “Le puede preguntar a cualquier cristiano en este exacto momento qué programas identifica y entre tantos está Agitando: el programa musical, el de las orquestas, el de las cumbias y la alegría, el programa de la familia”, dijo el cantante a El Observador

Sugo se emociona cuando empieza a hablar sobre lo que significó para él el programa. “Hay un sentimiento de gratitud muy grande que genera una emoción fuerte en esta jornada final, final de un ciclo pero quedan muchas cosas, queda un legado”. Comenta que cuando estaba comenzando en su carrera musical siempre encontró un lugar en esa pantalla, así como otros músicos que comenzaron a tener exposición allí mismo. “Lo que más necesitamos hoy en día son oportunidades y parece mentira que cuando hay poquitas se cierra otra puerta. Es una lástima, no es nada contra el canal porque tendrán sus razones, pero uno habla del sentimiento triste”.

Martín Piña y su banda

Como no podía ser de otra forma, el último programa tuvo una lista de músicos presentes para la despedida: La Decana, Martín Piña, Braulio Assanelli, Panatera, Los Negroni, Gerardo Nieto, Anita Valiente, Tav Lust, Lucas Sugo, Sin Perse y Sin Censura, y Martin y Yamandú Cardozo.

"Sin duda que me pasaron cosas donde marcas la ficha y decís "nada dura para siempre", y eso es así, pero no deja de ser un golpe duro en un programa que estuvo 12 años", dijo Carlos Goberna, una de las voces de La Decana. Martín Piña, que cantó por primera vez con su hija, Lali, en el escenario, se definió como "un agradecido" al programa que acompañó toda su carrera musical. "Tenia que estar aquí para cumplir con un poquito de todo lo que han hecho ellos por nosotros", comenta antes de salir al aire.

Los hermanos Cardozo y Gerardo Nieto coincidieron en una definición al aire: "Agitando es pueblo". Según el cantante de Polvo de estrellas el programa "refleja una gran parte de la sociedad que lo escucha". "Al obrero y el laburante los deja sin un programa que es notorio que lo ve", dijo a El Observador y recordó que Karibe con K fue contemporánea del inicio del formato: "Crecimos juntos con De igual a Igual, que es el mismo formato, y convengamos que le dio un lugar a la música tropical que se merece, que siempre fue muy discriminada". 

Si bien la música tropical fue un bastión del programa siempre hubo lugar para otros géneros de la música y la cultura. Anita Valiente, exponente de la nueva generación del folklore, destacó que en el programa la vieron crecer y que siempre encontró allí las puertas abiertas. “A veces al venir del interior cantando folklore es difícil tener exposición en la televisión y Agitando fue una gran pantalla para todos los estilos musicales”, sostuvo en diálogo con El Observador

Agitando también fue una plataforma para los conjuntos de Carnaval y Carnaval de las Promesas. Todas las categorías pasaron por el escenario de Canal 4 con sus artistas. Carlos Larraura, director responsable de la comparsa Yambo Kenia, considera que el programa “para el carnaval era todo”: “Estamos muy tristes porque necesitamos este tipo de programas en la televisión uruguaya”, comentó.

Al final solo quedaba despedirse. Una explosión dejó caer papelitos metalizados sobre los conductores, se repartió cotillón y cuando las cámaras se apagaron también los hicieron las luces de colores y las pantallas, y se impuso, por primera vez en cuatro horas, el silencio. Un silencio premonitorio, ese que llega con el final de un programa musical.

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