La proximidad de las elecciones alienta el espejismo. Y por tratarse de un cuarto año de gobierno, 2018 fue el año de las tres realidades. Para algunos un año de prosperidad, un oasis en el medio del caos regional. Para otros, un año de crisis. Y en el medio, los analistas se empeñan en demostrar que los matices existen y que el estancamiento no es ni crisis ni bonanza, que tiene un costo a nivel social, pero no se compara con episodios como el de 2002.
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