Fútbol > EL ANÁLISIS
Ni la sexta, ni la Sudamericana y a 10 puntos en la Anual: el fracaso tan temido de Peñarol
Cabezas gachas, molestia interminable, bronca contenida. Todo en una jugada. Todo un año en una jugada. Todo el fracaso resumido allí. Fabricio Formiliano, con toda su experiencia a cuestas, cometió un innecesario penal en el primer minuto de adición al empujar a Ricardo Centurión.
Una nueva eliminación a nivel internacional para Peñarol. Una costumbre. Algo que ya no sorprende.
Ese Peñarol que mostró altibajos ante un rival que apenas llegó al arco, es el mismo que está séptimo en la Tabla Anual del Campeonato Uruguayo y que está a un mes de las elecciones del club más politizado por varios cuerpos.
Una nueva frustración. Y van...
Sería infantil culpar exclusivamente a Formiliano por esa jugada o tirarle a él todo el peso de esta nueva eliminación. Esto viene de mucho tiempo atrás, desde principios de año. Con Diego Forlán como técnico, con Mario Saralegui o con los gritos de Ruben Paz sustituyendo al entrenador suspendido. Ninguno le pudo cambiar la cara a este equipo. Los jugadores, en general, en grupo, son los grandes responsables. Como cuando ganan también lo son.
Obviamente que los dirigentes han tenido su gran cuota parte de responsabilidad.
El club que tiene muchos problemas económicos -por más que ha pagado deudas incobrables de muchos años atrás- se perdió US$ 1.050.000 al quedar eliminado primero de la Copa Libertadores de América, y ahora, US$ 500.000 por mirar por televisión de ahora en adelante la Copa Sudamericana.
Vélez Sarsfield jugó su tercer partido desde el 14 de marzo. El primero fue justo contra Peñarol la semana pasada y los de Saralegui no pudieron hacer nada contra un equipo que hacía ocho meses que no jugaba profesionalmente.
En este partido jugado en el Campeón del Siglo, hubo jugadores que aparecieron muy poco. Ese es el caso del juvenil Facundo Torres, muy lejos de lo bueno que había mostrado siete días atrás.
David Terans y algún pique de Cristian Rodríguez en mitad de cancha, más lo que mostró Joaquín Piquerez por su andarivel, fueron lo poco destacable.
¿En qué pecó Peñarol en esta serie? En un mal endémico de este año que no termina más para un club que quiere que termine cuanto antes: los enormes problemas en la definición que viene arrastrando desde que Forlán era DT. Así es imposible. Por más que se puedan crear situaciones, si no se saben definir, si no existe contundencia y oportunismo, todo se hace muy cuesta arriba.
Para lo que resta del Uruguayo -que es lo único que le queda a Peñarol para esta temporada- los dirigentes contrataron al argentino Ariel Nahuelpán y se da el regreso de Hernán Novick. Tendrán que ensamblarse muy rápidamente al equipo porque sigue mostrando falencias importantes al llegar al área contraria.
Peñarol tiene que pasar raya. Ni la sexta (Libertadores) que pretendía ganar -o al menos pelear- Mario Saralegui cuando asumió como entrenador a influjos del presidente Jorge Barrera, ni poder continuar en la Sudamericana, y de seguir así, ni de lejos el Uruguayo. Y todo esto luego de la enorme frustración de haber perdido el tricampeonato uruguayo de forma poco creíble en diciembre pasado. Toda junta, es demasiada información negativa.
Al término del Uruguayo que culminará a principios del año que viene, varios futbolistas no continuarán más en la institución. Muchos de renombre como Cristian Rodríguez, Fabián Estoyanoff o Marcel Novick, entre otros. A Walter Gargano le queda contrato hasta diciembre de 2021, pero hoy está muy, muy lejos de quien supo ser.
Mientras Biden y Trump esperan por el resultado en las elecciones de Estados Unidos, este nuevo fracaso de Peñarol puede haber acercado más a la futura presidencia del club a Juan Pedro Damiani, quien aún ni siquiera hizo su lanzamiento oficial, pero que está buscando compañero de fórmula con la posibilidad de Armando Castaingdebat, entre otros. Poco fútbol y mucha política. Esa es la definición de los últimos años de Peñarol.
