Niños que se autolesionan: ¿qué tienen en común el caso de la escuela del Cerro y Barros Blancos?

Si un amigo te dice que te tires por la ventana, ¿lo harías? Esta pregunta es un clásico cuando dentro de las familias o los grupos de pares se discute sobre la percepción de riesgo y las conductas de autoagresión a causa de la presión social. Y he aquí el talón de Aquiles de estos casos en los que están trabajando los psicólogos de Primaria.

Porque el programa Escuelas Disfrutables, cuyo propósito es el trabajo ante situaciones de riesgo, identificó que en las últimas autolesiones de escolares había el planteo de retos (a veces por un juego y otras por presión de algún compañero de clase) y que los niños afectados no estaban capacitados para dimensionar el riesgo que suponía esa acción.

Dicho de otro modo: en la escuela de Barros Blancos los escolares se sometieron a un juego (que no es el original de Huggy Wuggy, sino un spin-off), en que había retos y acababa con cortarse. En la escuela del Cerro, en cambio, no había un videojuego mediante, pero sí una serie de retos entre compañeros de clase del estilo: “Si realmente querés a tu mamá, demostráselo y cortate”.

Es en esa clave que ahora están trabajando los técnicos de Primaria y que, al menos en la escuela del Cerro, lo harán con cuarto, quinto y sexto grado hasta fin del año lectivo.

En cualquiera de los casos —del Cerro o Barros Blancos— no había a priori una ideación suicida. Nada hacía pensar que esos estudiantes estaban ensayando para quitarse la vida. Pero sí había ciertas falencias emocionales que facilitaron las acciones de riesgo.

El Departamento de Psicología de la Universidad Católica del Uruguay publicó un estudio exploratorio en que indagó a más de 400 liceales de entre 12 y 18 años de Montevideo y el interior. Y si bien el estudio no representa al conjunto de la población adolescente —porque se centraba en siete instituciones educativas—, sí advierte por datos alarmantes en ese universo analizado: más de la mitad está en situación de riesgo de autolesionarse (lo haya hecho o no).

El estudio de la Católica fue previo a la pandemia del covid-19. Hasta el momento no existen datos nuevos que afirmen que la cantidad de ingresos hospitalarios por autolesiones esté creciendo, más allá de que algunos médicos emergencistas tienen esa percepción solo en la población adolescente. Y, además, esa ya era una tendencia previa a covid, por lo cual tampoco está claro si la emergencia sanitaria (que sí tuvo afectación en la salud mental), tuvo algún tipo de incidencia en las autolesiones.

Otro informe de la Católica, vinculado a la misma población y cuyos resultados aún no fueron difundidos, concluye que “en las mujeres, la autopercepción de ser una carga para los demás fue la variable que mejor predijo la ideación suicida, mientras que para los varones, fue la desesperanza”.