Nueva crisis política: el partido del presidente Castillo le reclamó que deje la agrupación

No es la primera vez que la agrupación fundada y liderada por el exgobernador de la provincia de Junín (2011-2014) Vladimir Cerrón le exige a Castillo que renuncie a su afiliación. En esta ocasión, sin embargo, el reclamo está avalado por el Consejo Ejecutivo Nacional partidario, un sector de la bancada del PL en el Congreso y la Comisión Política de la agrupación.

La nota pública del PL acusa a Castillo de haber promovido el "quebrantamiento de la unidad partidaria en el Congreso” y creado "dos partidos políticos paralelos dentro del seno partidario". "También es necesario resaltar que las políticas emprendidas por su Gobierno no guardan consecuencia con lo prometido y menos con el programa e ideario del partido, implementando el programa neoliberal perdedor", agrega al texto.

Pedido de juicio político

En tanto, La Comisión de Fiscalización del Congreso que investiga a Castillo por supuestas “negociaciones incompatibles y aprovechamiento indebido del cargo”, anunció, apenas conocido el pedido del PL, que recomendará mañana al pleno del Congreso acusar constitucionalmente al presidente, según informó la radio RPP.

Se trata de una acusación que también investiga la Fiscalía Nacional por la adjudicación de la construcción de un puente sobre el río Huallaga. El informe de la Comisión señala como causante de destitución otros varios casos en los que supuestamente estaría demostrado que Castillo cometió irregularidades, como abogar por allegados ante la Superintendencia Tributaria y presionar por el ascenso de determinados oficiales en las Fuerzas Militares.

La comisión está presidida por el parlamentario de derecha Héctor Ventura y en el caso que se apruebe la acusación comenzará un largo proceso que no necesariamente implicará que Castillo deje inmediatamente la presidencia. Según los denunciantes, el mandatario se alió con su exsecretario Bruno Pacheco, su exministro de Transportes Juan Silva y los lobistas Karelim López y Zamir Villaverde para adjudicar a cambio de dinero la obra a un consorcio por el equivalente a unos 62 millones de dólares.

Las diferencias de Castillo y Cerrón

Las diferencias entre Castillo y la conducción del PL comenzaron poco después de finalizadas las elecciones presidenciales, cuando el actual presidente inició el armado de su gabinete incluyendo dirigentes afines y de la izquierda moderada. Un nuevo capítulo del distanciamiento lo constituyó el rearmado del gabinete, que decidió en octubre del año pasado, cuando reforzó todavía más el ala moderada del gobierno.

En enero pasado, el conflicto volvió a escalar. Fue cuando la Secretaría General del partido expulsó de sus filas a la vicepresidenta Dina Boluarte, alegando que había incurrido en indisciplina al distanciarse del ideario partidario. En abril, la tensión se incrementó nuevamente. Esta vez por el proyecto legislativo presentado por los diputados que responden a Cerrón para avanzar con una reforma constitucional que adelantaba las elecciones presidenciales y parlamentarias a finales de marzo de 2023.

En esa ocasión, como afirmó en otras oportunidades, el PL aseguró que Castillo no representa “las legítimas aspiraciones" para lograr "un país democrático, descentralista, inclusivo, internacionalista, humanista e íntegramente soberano". Cerrón, que no pudo presentarse a las elecciones por tener una condena vigente por corrupción durante su gestión como gobernador, le ofreció a Castillo, en ese momento un ascendente líder sindical docente, encabezar la fórmula presidencial del PL.

Los números en el Congreso

Según los analistas locales, la ruptura del PL, dividido ya en cuatro sectores en menos de un año de gobierno, abre dudas sobre la continuidad de Castillo. El interrogante pasa por saber cuántos de los 16 legisladores que todavía permanecen en la bancada del PL, de los 37 originales, se sumarán a las iniciativas de la oposición para destituirlo. Hasta el momento, los bloques opositores más duros no han conseguido los 87 votos necesarios sobre un total de 130 escaños que tiene el legislativo peruano.

Por el momento, Castillo se abstuvo de responder al pedido de alejamiento del PL, creado en 2008 por Cerrón, una formación que en principio tenía un alcance regional y que llegó sorpresivamente al balotaje de la mano de Castillo, situación que lo convirtió para el electorado de centroizquierda en una opción para bloquear la candidatura de la derecha pura y dura representada por Keiko Fujimori.

Desde que llegó a la presidencia, Castillo tratado de ampliar su margen de acción y se fue distanciando de Cerrón, un médico de 51 años formado profesional e ideológicamente en Cuba, de baja popularidad y a quien se lo suele caracterizar como autoritario. De hecho, la alquimia entre el Castillo y Cerrón se debió a la fama de radical que le hizo el periodismo local al actual presidente cuando como maestro rural acaparó la atención de los medios al liderar una huelga que marcó un antes y un después por su dureza y extensión.

Hasta entonces, la militancia de Castillo se había limitado a cargos regionales de poca relevancia en Perú Posible, un partido de centroderecha liderado por el expresidente Alejandro Toledo. Casi sin quererlo terminó encabezando del binomio del PL, un espacio que se proclama marxista-leninista, defiende a los gobiernos de Cuba y Venezuela y promueve un sistema económico de corte socialista.

Al concretar su ingreso en el PL, el hoy presidente llevó consigo a varios colegas docentes, con los que siempre se mostró muy afín en detrimento del sector que responde a Cerrón, a quien sin embargo le entregó algunos ministerios e incluso, en una primera instancia, la Jefatura de Gabinete. Sin embargo, los choques se hicieron cada vez más notorios y el mandatario dejó cada vez más en roles secundarios al PL, mientras que Cerrón y sus seguidores denunciaban un pacto de Castillo con la derecha.

La situación desembocó en que 10 congresistas alineados con Castillo se alejaron del PL y formaran el Bloque Magisterial, el puntapié inicial del partido Magisterial Popular, que recoge el pensamiento de Castillo. Las discusiones internas, además, llevaron al surgimiento de otras dos bancadas: Perú Democrático y Perú del Bicentenario. Crisis a la que se sumó el aliado de izquierda Cambio Democrático, que se fue alejando de las posturas conservadoras de Castillo y el PL original en cuestiones como equidad de género, educación sexual y derechos de las minorías.

En este marco complejo se inscriben las dudas sobre la continuidad de Castillo de cara a un mandato que concluye en 2026 y que ha debido sortear desde el inicio una fuerte oposición política y mediática. Por el momento, según los analistas, Castillo se ha limitado durar en el poder y su gobierno dista mucho de haber concretado algunos de los cambios prometidos. Una nueva crisis en un contexto en el que, según las encuestas, los grados de desaprobación de la ciudadanía alcanzan el 82 por ciento en el caso del presidente y el 88 por ciento con relación al Congreso.