En un nuevo intento de frenar el flujo de migrantes irregulares que llega a Estados Unidos, el Gobierno de Donald Trump endureció este lunes las condiciones de asilo para quienes entren por la frontera sur de México, lo que afecta principalmente a inmigrantes centroamericanos.
De acuerdo con la normativa, presentada por el Departamento de Justicia y el de Seguridad Nacional, los solicitantes de asilo que pasen por otro país antes de entrar a territorio estadounidense no podrán pedir protección.
La nueva medida "utiliza la autoridad delegada por el Congreso en (...) la Ley de Migración para mejorar la integridad del proceso de asilo colocando más restricciones o limitaciones a la elegibilidad de los extranjeros que busquen asilo en Estados Unidos", dijo el Departamento de Justicia en un comunicado.
Las limitaciones, dirigidas a quienes buscan llegar a Estados Unidos desde México, tendrán tres excepciones: los extranjeros que demuestren que solicitaron asilo en al menos un país y su petición fue denegada en última instancia; quienes entren en la definición de "víctimas de una forma grave de tráfico de personas"; y quienes hayan transitado en su camino hacia Estados Unidos por países que no forman parte de la Convención de Refugiados de 1951 o del Protocolo de 1965.
La normativa entra en vigor este martes pero puede sufrir modificaciones. La legislación estadounidense permite a los solicitantes de asilo hacerlo al llegar a la frontera sin tener en cuenta su ruta, pero cuenta con una excepción para aquellos que lo hacen a través un tercer país considerado "seguro".
En la actualidad, sin embargo, EEUU solo cuenta con un acuerdo específico al respecto en el que reconoce como "tercer país seguro" a Canadá.
Trump, quien llegó a la Casa Blanca en enero de 2017 con la promesa de una política de mano dura en materia migratoria, ha declarado una emergencia nacional por la "crisis humanitaria" que, a su juicio, se vive en la frontera con México y ha acusado a los países del Triángulo Norte de Centroamérica (Honduras, Guatemala y El Salvador) de no hacer lo suficiente para frenar el flujo migratorio.
Hace unas semanas, alcanzó un acuerdo con el Gobierno del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para que reforzarse su frontera sur con Guatemala y acogiese a solicitantes de asilo en EEUU en proceso de espera.
A finales de mayo, Trump amenazó con imponer aranceles a las exportaciones de México si ese país no frenaba el flujo de indocumentados.
La medida anunciada este lunes para poner freno al flujo de migrantes indocumentados se suma a otras que ya generaron polémica en el pasado y que lo siguen haciendo en el presente.
Una de las principales promesas de la campaña electoral de Trump de 2016 fue la construcción de un muro en la frontera entre EEUU y México, aunque por el momento el mandatario no podrá cumplir ese objetivo.
Pese a que Trump declaró una emergencia nacional para saltarse el Congreso y desbloquear fondos para su controvertido proyecto de muro fronterizo, una corte federal de apelaciones ratificó a principios de este mes de julio un fallo que impide que se use dinero del Pentágono para construirlo.
El presidente republicano también anunció en septiembre de 2017 su intención de terminar con el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su siglas en inglés), al cual están acogidos actualmente casi 700.000 "dreamers" de los 1,8 millones que se estima hay en Estados Unidos.
Sin embargo, la rescisión fue impugnada por varias cortes, con lo cual el programa sigue vigente. La última palabra la tiene la Corte Suprema de nueve miembros, en la que cinco de nueve jueces son conservadores, dos de ellos nombrados por Trump.
Los "dreamers", jóvenes nacidos mayoritariamente en México y Centroamérica, fueron traídos a Estados Unidos por sus padres cuando eran menores de edad y nunca han vivido en otro lugar.
Creado por decreto del expresidente Barack Obama en 2012, el DACA ampara a estos inmigrantes otorgándoles permiso de residencia y trabajo en Estados Unidos, aunque no una vía para la ciudadanía.
Pese a que algunas de las medidas anunciadas por Trump no hayan prosperado, sin duda, el mandatario continuará endureciendo la política migratoria y atizando un debate que divide al país.
(Con información de EFE y AFP)
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