La imagen es impactante. Recuerda la asistencia a un concierto en los tiempos idos de la normalidad. Pero fue durante una boda en medio del repunte de la pandemia en la ciudad de Nueva York, quizás la más castigada por el virus. Gente apiñada, hombro con hombro, la mayoría sin tapabocas, hablando y coreando cánticos.
En Nueva York están prohibidas las reuniones que congreguen a más de 10 personas. Incluso, se pide que en el Día de Acción de Gracias, que se celebra el jueves de esta semana, el cupo se limite a seis personas.
Pero esta ceremomia en la sinagoga Satmar en el barrio de Willamsburg, en Brooklyn, realizada a principios de noviembre, aunque ahora es que trasciende, estuvo hasta el tope. El Diario de Nueva York indica que el aforo del recinto es de 7.000 personas.
La boda, dicen los medios, fue planificada en secreto. Se trataba de la unión de Yoel Teitelbaum, el nieto del rabino principal de la nutrida comunidad judía ortodoxa. Williamsburg está señalada como zona amarilla por el alto número de contagios, aunque en setiembre y octubre fue zona roja, tras detectarse brotes como consecuencia de concentraciones en la misma comunidad.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, expresó el domingo su desagrado: "Si eso ocurrió, fue un flagrante desprecio de la ley, es ilegal y fue una falta de respeto", dijo.
La comunidad ortodoxa ha sido reacia a cumplir las normas de distanciamiento durante la pandemia, incluso ha protestado en las calles. La ciudad está llevando adelante una investigación sobre el incidente.
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