Otro revés para TLC entre el Mercosur y la Unión Europea

No es la primera vez que el clima de optimismo que transmiten las autoridades fijando fechas y plazos para la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) termina por frustrase. Cuando todo parecía que estaba encaminado para que –luego de casi 20 años de marchas y contramarchas–, este viernes 2 marzo se anunciara en Asunción la firma de un principio de acuerdo, volvió a repetirse la figurita del pasado: no hubo luz verde y la negociación seguirá abierta por unas semanas más, según lo comunicaron los voceros de los bloques en la capital paraguaya luego de dos semanas de intercambios que no dieron los frutos esperados.

Las partes negocian desde 1999 un amplio acuerdo de asociación que incluya un tratado comercial, pero las conversaciones estuvieron bloqueadas completamente entre 2004 y 2010 y recién se retomaron en mayo de 2016.

En esa última oportunidad el diálogo volvió a cobrar impulso básicamente por el empuje que el Mercosur le dio a la firma de ese tratado. Los cambios de gobierno en Argentina y Brasil dieron pie para una política más aperturista del aletargado bloque comercial sudamericano, que ofreció un acceso gradual para cerca del 90% del comercio de bienes.

Del otro lado del Atlántico, se contó como siempre con aliados europeos de peso como Alemania, Italia o España, y lobbies contrarios de países con fuertes subsidios agrícolas como Francia o Irlanda. La voluntad política de cerrar un TLC en un tiempo lo más acotado posible abrió la puerta para que el acuerdo se anunciara en el marco de la última cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que se desarrolló en diciembre en Buenos Aires, pero no fue posible.

La magra oferta de 70 mil toneladas de carne vacuna y 600 mil toneladas de etanol con preferencia arancelaria que ofreció la UE para el Mercosur estuvo muy lejos de las aspiraciones de la región de llegar como mínimo a 130 mil toneladas para el primer caso. Brasil, en tanto, pretendía llegar a 1 millón de toneladas para el etanol.

Luego de ese revés, los equipos negociadores se vieron las caras en Bruselas en enero, donde la UE elevó a 99 mil toneladas su oferta cárnica. Tampoco en esa instancia fue posible sellar el acuerdo, por lo que quedaron en terminar de dar las puntilladas finales de la negociación durante la última semana de febrero y el arranque de marzo en Asunción, pero terminó con otro fracaso.

"Estamos confiados, hay mucha voluntad en superar cualquier diferencia", dijo confiado el ministro paraguayo de Relaciones Exteriores, Eladio Loizaga, cuando arrancó la ronda en Paraguay, que se presumía como definitiva. "Pienso que los problemas en suspenso pueden ser solucionados", acotó la comisaria europea de Comercio Malmström.

Los equipos negociadores que participaron en Asunción –dirigidos por el canciller paraguayo y por la delegada italiana Sandra Gallina–, se propusieron agotar las discusiones para acercar las posiciones especialmente en los temas automotor y agropecuario que motiva fuertes presiones de los productores, pero no llegaron a buen puerto.

Los negociadores decidieron extender las conversaciones dos o tres semanas más, si bien clausuraron este viernes sus reuniones en Asunción. Loizaga dijo este viernes que los representantes harán uso de la tecnología, incluidas teleconferencias, para discutir sobre los asuntos pendientes.

"No pudimos cerrar totalmente. Son cuatro o cinco temas (en los que aún no hay acuerdo) en este momento pero yo no veo un gran problema", declaró la directora para las Américas de la UE, la checa Edita Hrdá, quien acompañó al canciller paraguayo en su anuncio. Las partes son conscientes que la ventana política para cerrar un TLC se acorta cada vez más. En abril habrá elecciones en Paraguay y en octubre en Brasil.