Las cámaras de televisión ubicadas en el medio de las sillas del club Oriental eran el tejido que separaba a las dos hinchadas. De un lado estaban los de la 600 de Ciudadanos, que tiene a Maximiliano Campo a la cabeza, y del otro los de la 2215 de Batllistas Unidos, con la diputada Susana Montaner como líder. Aunque hinchaban por el mismo equipo, cada uno había llevado sus banderas, carteles y batucada, y se esforzaba por mostrar que tenía más fuerza que la otra, al punto que mientras uno de los dirigentes hablaba, los militantes del otro no aplaudían. La situación, más propia de una contienda interna y fuera de tiempo para una elección nacional, provocó que el presentador pidiera por la unidad y destacara que era un acto conjunto.
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