Por primera vez los trajes de la selección uruguaya los diseñó un sastre

La imagen se vio por televisión. La selección uruguaya llegó a Rusia, así lo informaba el zócalo del noticiero. Del otro lado de la pantalla, Luis Muto vio como una serie de cajas coquetas de cartón pintado de blanco con el logo de su empresa descendían del avión. Dice, ahora, unas semanas después, que fue una de las emociones más grandes de su vida.

Muto –de 54 años, hijo y nieto de sastres, futbolero apasionado e hincha de Peñarol– se convirtió en marzo de 2018 en el primer diseñador en hacer a medida los trajes de la delegación nacional que viajó al Mundial de Rusia.

El kit de la elegancia celeste, como lo nombraron Muto y su equipo de Muto Magazzino, está compuesto por pantalón, saco, camisa, corbata, medias, cinturón y pañuelo. Además cada traje va con un pequeño pin de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF).

Las coordenadas de Oscar Tabárez fueron las siguientes: "Sobrios pero elegantes". Y Muto creó un conjunto minimalista y monocromático en azul y celeste, como no podía ser de otra forma. El único detalle estampado está en los micropuntos del pañuelo. Las líneas –en el caso de los jugadores– son slim fit (más ceñidas al cuerpo), con los pantalones achupinados y un tanto más cortos, las solapas no son tan angostas y la corbata tampoco. "El corbatín ya no se usa más", dijo Muto desde su oficina en Parque Rodó. Para el cuerpo técnico se optó por un modelo más clásico. La foto global refleja una estética muy contemporánea, muy a la altura de las circunstancias. "De esta manera estamos vistiendo la imagen de un país", explicó el sastre.

Esa imagen –la de 23 jugadores y el cuerpo técnico de riguroso e impecable traje–, por estos días, se replica cientos de miles de veces en la televisión y en las redes sociales. Allí está Edinson Cavani sonriendo a la cámara antes de subir al ómnibus después del partido contra Egipto; Luis Suárez dando declaraciones en la zona mixta post partido contra Arabia Saudita; Diego Godín, Maximiliano Gómez, Sebastián Coates, Nahitan Nández y Guillermo Varela tomando mate en el avión después de ganarle a Rusia 3 a 0, todos de camisa y corbata, a veces de saco y hasta algunos con el pañuelo en el bolsillo.

"Tuvimos distintos puntos de vistas con respecto al detalle del pañuelo pero para mí la obra completa es con él. El pañuelo es un componente que se usa mucho, incluso si se quiere usar el traje sin corbata, el pañuelo redondea perfecto el conjunto. Los elementos decorativos no son solo femeninos. ¿Quién dijo que debía ser así? Hay que tener un poco de visión más amplia", dice Muto.

A Luis Muto un día le sonó el teléfono. Del otro lado se introdujo Eduardo Belza, gerente deportivo de la AUF. La llamada tenía un único propósito: que el sastre diseñara algunas opciones de trajes para que todo el plantel celeste usara durante el Mundial de Rusia 2018. "Querían cambiar la imagen de la selección y para eso necesitaban buenos trajes", contó Muto.

Respetando la línea de acción de Tabárez y de toda la directiva, Muto trabajó de forma extra profesional, cuidando de manera minuciosa los detalles (incluso los que no se ven, como los forros a rayas blancas y celestes de los pantalones y las etiquetas internas con el nombre del propietario del conjunto) y demostrando que la sastrería y los talleres nacionales están a nivel internacional.

La mano de obra y el diseño fueron uruguayos; se usaron telas italianas porque por la variedad de climas que tiene Rusia se necesitaba una tecnología que fuera lo suficientemente adaptable para el frío y el calor. "Buscamos que, al igual que lo hace la selección en sus prácticas y su preparación, todo fuera de la mejor calidad posible", contó Muto.

Luis Muto busca en su celular el audio que se viralizó días antes de que Tabárez confirmara la lista de los 23 jugadores que viajarían al Mundial. Dice que cuando lo escuchó se río porque, claramente, era mentira. Muto pone play en su celular y se escucha una voz que dice lo siguiente: "Increíble, boludo, cómo se le vino a filtrar a estos pelotudos de los que quedan afuera del Mundial. Nos llegó la lista con los trajes pa' (sic) armar acá, a la fábrica y no tenemos las medidas del Pato Sánchez, ni las de Lodeiro, ni las de Gastón Silva. Increíble. Esos van a ser los tres que van a quedar afuera porque si no les hacen el traje no van a ir vestidos de chancletas". El sastre vuelve a reír. Y, después, dice: "Acá cualquiera que trabaje en esto sabe que no hay fábricas, la última cerró el año pasado, en todo caso esto es un taller de sastrería. Y, además, al Pato Sánchez fue al primero que le saqué las medidas"

El futuro del traje

Lo que se ve internacionalmente, en los centros donde se genera la moda, indican que vuelven los sacos cruzados. No es igual a aquel traje de la década de 1990; es mucho más entallado y con la solapa más ancha. Para que algunas tendencias lleguen a Uruguay –dijo Luis Muto– se tienen que ver en Buenos Aires –más específicamente– en Palermo Chico o en la televisión. "Después de que lo usó (Marcelo) Tinelli o (Francisco) De Narváez te responden: 'No estaba tan mal'. Acá, por ahora, vamos a seguir con los pantalones un poco más cortos y justos, la camisa que se ve por debajo de los sacos, las solapas y corbatas un tanto más anchas", contó Muto que, además, aseguró que hay tendencias que a veces son tan arriesgadas que puede que no lleguen nunca.