El endeudamiento total del sector público de Uruguay cerró el 2020 en US$ 39.938 millones, o 74,5% del PIB. Al descontar de esa cifra a los activos externos del sector público (excluidos los encajes que, aunque contingentes también son pasivos) y a los activos con residentes, se llega a una deuda neta de US$ 26.144 millones, o 48,7% del PIB.
El incremento de 8,8 puntos porcentuales en la deuda neta en términos del PIB en 2020, se explica (considerando cada factor en forma aislada): en 4,7 puntos por el déficit fiscal; en 2,5 puntos por la caída del PIB en términos reales; y el resto, principalmente por la evolución dispar del dólar y los precios el año pasado, según se desprende del último monitor que divulgó Observatorio de la Coyuntura Económica de la UCU.
El comportamiento dispar de ambas variables (tipo de cambio a inflación) afectó tanto al numerador como al denominador de la ratio entre deuda y producto, en este caso “desinflándolos” en términos de dólares, pero de manera diversa. De todos modos, se trata de una incidencia relativamente menor, máxime si se la compara con las del pasado, cuando la deuda estaba ampliamente dolarizada, dice el monitor.
Después de la crisis de 2002, y tras la restructura de la deuda pública, el mundo se volvió amigable con la deuda soberana en moneda nacional de países
emergentes “prolijos” como Uruguay, según el informe de la UCU. De ese modo, sucesivas emisiones de deuda en moneda nacional, mayoritariamente en unidades indexadas al IPC, permitieron ir “desdolarizando” la deuda pública.
En la actualidad, el 50% de la deuda bruta está denominada en moneda nacional (pesos y unidades indexadas). La mayor proporción de deuda en
moneda nacional se dio en 2013 (60%) mientras que a finales de 2003 era de apenas 8%.
Para los próximos años se espera que el PIB crezca y que el déficit fiscal siga por encima de lo necesario para estabilizar la deuda. Además, en la medida en que los vecinos (Brasil y Argentina) no deterioren sus macroeconomías, "no debería esperarse otro salto en el dólar relativo al resto de los precios de la economía. Por lo tanto, en el futuro inmediato (2021-2022) cabe esperar aumentos adicionales de la ratio entre deuda y PIB, de magnitudes considerablemente menores a la del año pasado", proyecta el monitor de la UCU.
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