Uruguay y China coquetean con la posibilidad de negociar un Tratado de Libre Comercio desde 2016 y en estos cinco años quedaron en evidencia las resistencias internas y trabas externas que definen el camino. Pero independientemente de todas esas variables intervinientes hay dos elementos que no deberían tomarse a la ligera: la voluntad política de los presidentes Xi Jinping y Luis Lacalle Pou de firmar un tratado y el hecho fundamental de que la República Popular de China tiene una experiencia de casi 20 años negociando acuerdos comerciales con economías de todo tipo: grandes, medianas y también enanas. Sobre esa experiencia negociadora que precede al acercamiento sino-oriental trata este análisis.
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