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Reforma jubilatoria: qué cambia y qué no de la caja militar
Cada vez que el tema seguridad social se pone sobre la mesa, hay focos que apuntan hacia el mismo lugar. El Servicio de Retiro y Pensiones de las Fuerzas Armadas, más conocido como caja militar, es uno de los puntos polémicos que también está incluido en la reforma jubilatoria impulsada por el gobierno.
En 2019 el Frente Amplio intentó, con poco éxito, reformar ese sistema. El rechazo a votar del ahora integrante del Partido Nacional, entonces diputado oficialista Darío Pérez, hizo que la profundidad de los cambios impulsados por el gobierno de Tabaré Vázquez fuera poca.
Los militares tienen, desde la época de la dictadura, una serie de beneficios que los ubica por encima del resto de los ciudadanos a la hora de jubilarse. Son, por ejemplo, los únicos que se jubilan con una tasa de reemplazo en promedio mayor al 100%. Es decir, su jubilación suele ser mayor a su último salario.
Pero esto puede cambiar si se aprueba la reforma de la seguridad social que impulsa el gobierno que equipara, en muchos aspectos, los distintos sistemas de seguridad social existentes en el país y mantiene algunas particularidades de este colectivo que es uno de los más deficitarios.
Transición
La caja militar al igual que el resto de las cajas irá hacia un Sistema Previsional Común que tendrá un período de transición que regirá desde que se apruebe el texto hasta 2042. Recién en 2033 el nuevo régimen comenzará a aplicar, de forma gradual, en parte para los que se jubilen.
Aquellos que se jubilen en 2033 tendrán una incidencia del 50% del régimen actual y un 50% del Sistema de Previsional Común. Este último porcentaje irá aumentando hasta llegar a un 100% de incidencia del nuevo régimen en 2043.
Este período de transición es uno de los puntos que critica el Frente Amplio porque, al igual que el resto, hasta 2032 los militares mantendrán las condiciones actuales.
El senador frenteamplista Daniel Olesker reclamó que, dadas las "enormes diferencias de privilegios" entre este servicio con resto del sistema, el nuevo régimen debería aplicarse de inmediato sin esperar el período de transición. "Es una posición con mucho contenido político y que no tiene que ver con los números", admitió en la comisión que analiza la reforma.
Edad de retiro
La mayoría de las edades de retiro de los escalafones militares aumentan cinco años al igual que el resto de los sistemas, salvo algunas excepciones.
En el proyecto definitivo, a pedido de las Fuerzas Armadas, el gobierno introdujo algunos cambios respecto al anteproyecto presentado inicialmente y bajó algunas edades de retiro (ver tabla).
La gran diferencia de este sistema con el resto es que tienen retiro obligatorio. Es decir, al llegar a las edades mencionadas, y contar con 25 años de servicios militares efectivos en algunos casos y de 22 años en otros, los efectivos deben dejar la actividad y pasar a situación de retiro.
La reforma mantiene el denominado 6x5 en el que los militares computan seis años de trabajo por cada 5. Algo similar sucede con maestros y policías.
El retiro voluntario, en tanto, se vuelve casi impracticable para los militares con la reforma. “De los grados de sargento hacia abajo ningún personal militar va a poder llegar a tener retiro voluntario”, dijo el director general de los Servicios de las Fuerzas Armadas, Julio Ifrán, en el Parlamento.
Recién en el grado de sargento 1.º, con 59 años de edad y 31 años de servicio, podría acceder a este retiro, es decir, cuando ya le quede un año para su retiro obligatorio.
Ingresos
En la actualidad, los militares son los que tienen la mayor tasa de reemplazo de todo el sistema, tal como mostró Rodolfo Saldain, redactor del proyecto de reforma, a partir del trabajo de la Comisión de Expertos que estudió todo el sistema.
El tema es complejo. Este cuadro muestra la heterogeneidad o desigualdad de las tasas de reemplazo efectivas para los diferentes regímenes. Es un punto a tener presente. https://t.co/oRe6O9oFyt pic.twitter.com/GlPGFDhU9D
— Rodolfo Saldain (@r_saldain) April 17, 2021
Los militares tienen actualmente una tasa de reemplazo, en promedio, de 137%. En el BPS, por ejemplo, es de 52% y en la Caja de Profesionales de 50,2%. Es decir, se trata del porcentaje de los ingresos que se cobran una vez que te jubilas.
A partir del Sistema Previsional Común la tasa de reemplazo se pasa a calcular con los mejores 25 años (para los militares hasta ahora es con los últimos cinco años). El salario básico será el 45% de los mejores 25 años.
A ese sueldo básico se le suma una tasa de adquisición de derechos que para la causal jubilatoria mínima (65 años y 30 años de servicio) es de 1,5% por cada año computado. Esa misma tasa se aplica para los retiros obligatorios de los militares.
Es decir, aquellos que cesen a los 65 años –o retiro obligado- deben multiplicar los años trabajados por 1,5% para conocer cuánto cobrarán. Esa tasa de adquisición va aumentando a medida que se retrasa el retiro en el caso de los voluntarios. De todos modos, la tasa de adquisición no puede ser mayor al 85%.
Tope
La reforma también modifica el tope máximo que pueden llegar a cobrar los militares que se jubilen. Actualmente, ese tope está en $ 139.553 (era de $ 163.675 antes de la reforma del FA). Con la reforma de este gobierno ese tope baja a $ 120.758, a valores del 2022, según dijo Ifrán en el Parlamento.
Suplemento solidario
La reforma también incluye un suplemento solidario que “atenúa un poco” la pérdida que tienen los militares por pasar a calcular su haber jubilatorio con los 25 años y no con los últimos cinco, según Ifrán.
“Un soldado va a recibir un suplemento solidario de $ 6.950 sobre su haber; un cabo, $ 4.800; un cabo de primera, $ 3.400, y un sargento, $ 1.040. Al resto de los grados militares no les corresponde suplemento solidario”, explicó Ifrán. A nivel general, el suplemento solidario aplica para todos los salarios menores a $ 42 mil.
Los pedidos de las Fuerzas Armadas
Los representantes de las Fuerzas Armadas elevaron 8 pedidos a Saldain cuando se conoció el anteproyecto y siete de ellos fueron tomados en cuenta porque, según dijo el redactor del proyecto a El Observador, eran “atendibles”.
Uno de esos pedidos, tal como fue mencionado anteriormente, fue no aumentar tanto la edad de retiro de los escalafones más bajos de las fuerzas. Otro fue que las bonificaciones que actualmente tienen los militares se revisen en el trabajo de la Comisión Técnica Permanente de Servicios Bonificados y no ahora. Algunas bonificaciones iban a caer una vez que se aprobara el texto. Sin embargo, todas esas particularidades van a ser revisadas por la comisión que emitirá un dictamen sobre las bonificaciones de todos los sistemas.
Otro de los planteos fue que el concepto de fallecimiento en acto de servicio se aplique para todos los cargos y no solo para combatientes. Esto, explicó Saldain, es porque si hay destacamento en una misión de paz que es atacado y allí mueren médicos la idea es que también sean considerados como fallecidos en acto de servicio y sus familiares reciban una pensión vitalicia.
Este cambio fue destacado por Julio Ifrán en el aniversario 111 del Servicio de Retiros y Pensiones de las Fuerzas Armadas al igual que retiros vitalicios por incapacidad total en actos de servicio.
Los militares retirados también habían pedido que el aguinaldo que cobran, un beneficio que tiene esta caja, se mantenga en la base del cálculo del beneficio mensual.
