El senador republicano, Ben Sasse, criticó al presidente estadounidense Donald Trump y señaló que "lame el culo de los dictadores", maltrata a las mujeres y usa la Casa Blanca como un negocio, según una grabación de una llamada telefónica revelada por los medios estadounidenses.
El jerarca de Nebraska apuntó contra el mandatario señalando que, además de "no liderar a sus aliados", ahora Estados Unidos los "traiciona regularmente".
Sasse advirtió que la "probable" derrota de Trump en las elecciones del 3 de noviembre podría terminar con el control republicano del Senado. "Estoy evaluando la posibilidad de un baño de sangre republicano en el Senado", dijo, luego de que la misma preocupación fuera expresada en los últimos días por los senadores, Ted Cruz y Lindsey Graham, dos aliados de Trump.
Durante la conversación con sus votantes, Sasse, un conservador religioso, aclaró que no se disculpa "en absoluto" por defender siempre sus valores cuando los del presidente "son deficientes, no solo para un republicano, sino para un estadounidense".
Sin demasiados titubeos, opinó que Trump "gasta como un marinero borracho" y que, a puertas cerradas, se burla de los cristianos evangélicos, un importante grupo de votantes republicanos. "Su familia trató a la Presidencia como una oportunidad de negocios. Coqueteó con los supremacistas blancos", expresó.
La pandemia en Estados Unidos, que ya lleva más de 217 mil muertos, no fue tomada en serio por Trump, según Sasse, quien sostuvo que el presidente "primero, ignoró el covid-19 y luego, entró en modo cierre económico total". "Él fue quien dijo que entre 10 a 14 días de cierre arreglarían esto, y eso siempre estuvo mal", recordó.
El senador, que se postula para la reelección en su cargo, remarcó que nunca apoyó al presidente y lo acusó de dañar profundamente al Partido Republicano, empujando a los jóvenes y a las mujeres permanentemente al Partido Demócrata. "En última instancia, está conduciendo al país más hacia la izquierda", dijo. "Este ha sido mi miedo durante cinco años", agregó.
Además, advirtió que el control demócrata del Congreso y la Casa Blanca amenazaría la libertad religiosa y la erosión de otros derechos y que, en diez años, convertiría a la Corte Suprema en algo "similar a Venezuela".
Con información de AFP
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