Septiembre

Septiembre nos trae la primavera. Poetisas y poetas le han cantado sus loas. Septiembre posee encanto propio. Alguno dirá  que es el mes de las flores y no se equivocará. Pero mientras esto redacto me viene a la cabeza Mendelsshon, el músico romántico. Él con su “canción de primavera” nos recuerda el tiempo en el cual nos encontramos. Lleva una letra muy bonita “primavera hermosa...a ti la enferma flor te pide suplicante le des tu calor”.

 Septiembre es un nuevo mes y nos encuentra dispuestos a recibirlo con generosidad. Los meses han pasado y todo se dispone a dejar atrás los fríos invernales. Los campos se cubren de color verde y toda nuestra tierra se dispone a recibir el tan benéfico influjo de la naturaleza. La vida cotidiana se alegra y nuestro mar, nuestros ríos y arroyos nos llevan a considerar que, lejos, a miles de kilómetros, Europa, millones de personas sufren la carencia de agua por la tremenda sequía que padecen.

No es la Primavera ocasión para la nostalgia. Los estudiantes sueñan con los conocidos paseos y también hombres y mujeres que pueblan nuestra tierra confían recibir los inmensos bienes de la Naturaleza. Tengo mis años pero no recuerdo haber hecho algún paseo estudiantil. En cambio, mis padres, recordaron siempre que se conocieron en una excursión de primavera. Aquel encuentro dejó huella y ellos pudieron celebrar las bodas de planta y de oro con una fidelidad encantadora.

La primavera es la estación de la esperanza. Una esperanza que se cumplirá en esta tierra nuestra con nuestra fidelidad y trabajo.