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Silicon Valley se cuela en la educación con Lumineer Academy
Una novedosa escuela australiana pretende sobre salir del rígido sistema educativo de Australia
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05 de abril de 2018 a las 05:00
Por Adam Baidawi
The New York Times
En una escuela primaria recién abierta en Williamstown, Australia, no hay tareas. Tampoco hay salones de clases, uniformes ni calificaciones tradicionales. En lugar de eso, hay "espacios creadores", sesiones para "pensar fuera de la caja" y "escenarios de venta de ideas".
La escuela está amueblada como una start up; posee pizzarrones blancos y sillones tipo puf. La emprendora, una estadounidense oriunda de Silicon Valley en San Francisco, Susan Wu ha sido llamada una de las "mujeres más influyentes en la tecnología" y que ha asesorado e invertido en compañías que incluyen a Twitter, Reddit y Stripe.
Wu y su equipo dicen haber creado un modelo para enseñar a los niños, llamado Luminaria, que promete prepararlos para que se conviertan en arquitectos del futuro y no simples participantes.
Wu dijo que a los antiguos sistemas de enseñanza "les interesaba las fábricas homogéneas que producían algo así como un modelo de trabajador. El mundo ha cambiado mucho".
Sin embargo, los detractores ven a la Lumineer Academy como otro intento de Silicon Valley por aplicar las mismas técnicas para producir apps, en niños.
En Estados Unidos, a medida que más ejecutivos tecnológicos han abierto escuelas, los expertos en educación han debatido sobre los efectos del dinero y la influencia de las corporaciones dentro de los salones de clase.
Existen escuelas y programas de educación fundados por Elon Musk, fundador de Tesla; Reed Hastings, director ejecutivo de Netflix, y Marc Benioff, fundador de Salesforce.
A pesar de los brillantes lanzamientos y las promesas de alterar la educación, las escuelas fundadas por ejecutivos tecnológicos aún no han demostrado éxito. AltSchool fundada por Max Ventilla, ex ejecutivo de Google, anunció el año pasado que cerraría varios de sus centros educativos tras una serie de pérdidas reportadas, a pesar de recaudar US$ 175 millones de inversores como Mark Zuckerberg, y cobrar becas de alrededor de US$ 28 mil.
Una oferta distinta
Wu es consciente de los desafíos que sus colegas tecnológicos han enfrentado, pero dice que el modelo de su escuela, el equipo y la ubicación en Australia podría hacer la diferencia.
Aproximadamente una tercera parte de los niños australianos asiste a escuelas privadas, casi el triple que en EEUU, lo que significa que hay menos susceptibilidades en torno a sindicatos e influencia corporativa. Al igual que la mayoría de las escuelas independientes australianas, la Lumineer Academy no tiene fines de lucro.
Wu dice que ella y sus cofundadoras, Sophie Fenton y Amanda Tawhai, combinan la visión de los negocios con el conocimiento en eduación.
Fenton fue reconocida como Maestra del Año australiana en el 2013 y ha escrito exámenes para el Certificado Victoriano de Educación, la evaluación final obligatoria para los estudiantes del Estado de Victoria.
Lumineer Academy abrió sus puertas en enero y posee 130 estudiantes inscriptos. Los alumnos no visten uniforme obligatorio, es más, se les provee los colores predeterminados para que puedan crear su propia vestimenta para ir a clase.
La escuela combina materias duras como programación computacional con habilidades sociales, como inteligencia emocional, y trabajo en equipo aspectos buscados por los reclutadores.
