Manipular el comportamiento de terceros a través de amenazas es un fenómeno natural. En el reino animal hay suficiente evidencia sobre ello. A lo largo de la historia, las naciones y estados también aprendieron que lanzar amenazas condicionales puede ser efectivo para señalar a otros que tomar determinado curso de acción no será gratuito, sino que provocará costos que eventualmente podrían ser mayores a los beneficios. Los estudios de estrategia lo llaman disuasión, un concepto que según el prestigioso académico Lawrence Freedman, tiene el sentido instrumental de asustar a otros con el propósito de la inacción.
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