El empresario multimillonario Elon Musk está desarrollando cohetes que pueden ser reutilizados, ya que no se quemarían al atravesar la atmósfera terrestre. La clave está en el rediseño en cuanto a los materiales empleados y la densidad de sus paredes, con el objetivo de intentar reducir drásticamente los costos de los viajes a Marte.
En concreto, Space Exploration Technologies (SpaceX) intentará aterrizar hoy un cohete Falcon 9 sobre una plataforma oceánica no anclada en el Océano Atlántico, luego de que el misil propulse una cápsula hacia la
Estación Espacial Internacional (EEI).
Otros fabricantes de cohetes ya trabajan para competir con SpaceX y su Falcon 9 de apenas US$ 61,2 millones. Este es el precio más bajo de la industria, dijo Marco Cáceres, director de estudios espaciales en Teal Group, una empresa consultora del estado de Virginia.
Reutilizar los motores del cohete y la estructura de una aleación de aluminio y litio puede hacer que los precios bajen aún más. Musk dijo que desarrollar una nave reusable puede hacer que el costo de la navegación espacial baje hasta cien veces.
Pero los conceptos de Musk deben ser trabajados. Las probabilidades de éxito en la primera misión para recuperar el cohete este viernes “no son enormes; a lo mejor, de un 50%”, dijeron responsables de
SpaceX en su página web.
El lanzamiento
SpaceX planea lanzar un cohete de dos partes con cargamento provisto por la NASA desde Cabo Cañaveral, en Florida.
Cerca de 157 segundos después de que comience a volar, cuando el Falcon 9 esté a más de 80 kilómetros de altura y volando a una velocidad 10 veces más rápida que el sonido, los motores principales de la nave se apagarán. Cuatro segundos después, las dos partes se separarán.
Para ayudar a estabilizar la primera parte, que tiene la altura de un edificio de 14 pisos, en su vuelta a la Tierra, el SpaceX planea volver a prender el motor en una serie de tres fuegos. El primero de ellos disminuirá la velocidad del fuselaje de 1.300 metros por segundo a alrededor de 250 metros por segundo, de acuerdo a la web de la compañía.
Durante el aterrizaje final se desplegarán cuatro piernas en el último de los fuegos, mientras el vehículo descenderá a dos metros por segundo. Además, planea utilizar cuatro aletas para ayudar a controlar y dirigir el Falcon 9, cuando intente bajar en una plataforma adornada con una X gigante.
SpaceX, con sede en Hawthorne, California, tiene muy poco margen de error. La plataforma mide 91 por 58 metros. Las piernas del cohete se extienden a lo largo de 21 metros. “Que intente hacer esto con una tecnología relativamente probada es bastante valiente”, dijo Cáceres sobre
Musk. “Está dispuesto a arriesgarse”, agregó.
Las críticas
Tory Bruno, presidente y jefe ejecutivo del United Launch Alliance, no está convencido de que esta tecnología esté suficientemente madura o de que sea una recompensa adecuada para el combustible extra y la estructura más gruesa que se requieren para guiar a la nave de vuelta a la Tierra.
Musk, sin embargo, está seguro de que SpaceX funcionará, si no el viernes, en alguna de las docenas de lanzamientos planeados para este año y el que viene. “Estamos cerca”, dijo el empresario e inventor a una audiencia en el Instituto de Tecnología de Massachussets en octubre.
El pasado martes, la compañía
aplazó el lanzamiento de la cápsula Dragón para su quinta misión de abastecimiento de alimentos y medicamentos a la EEI. El lanzamiento ya se había pospuesto en dos ocasiones en diciembre.