Talvi, el bardo

En la célebre historieta gala Asterix, de Gosciny y Uderzo, aparece la figura del bardo. Eran narradores orales que en tiempos pretéritos recorrían los pueblos de Europa recitando informaciones, sensaciones y/o estados de ánimo que le marcaban el ritmo a la comarca en la que se presentaban.

Traían y llevaban noticias de un lugar a otro y formaban opinión pública muchas veces interpretando a la realidad. Para los historiadores el bardo era una figura astuta que sabía pasar noticias encriptadas en sus presentaciones para los públicos a los que pretendían hacer llegar información.

 La bibliografía al respecto sostiene que muchas veces llegaban a criticar incluso a quienes lo contrataban para distraer al pueblo. Nada nuevo bajo el sol. Una vez que concretaban la atención de la gente, eran amos y señores de la ironía, crítica política o social y dependía de su sabiduría, inteligencia o creatividad la receptividad y efectividad de sus dichos.

En la pequeña aldea de la Galia donde vivía el personaje Asterix y su compañero de ruta Obelix, la figura que ocupaba este papel era Asurancetúrix, profesor sumamente respetado en el pueblo con una voz muy particular. Se considera –según los expertos en la historieta– que este bardo era el “barómetro ideal para evaluar en un abrir y cerrar de ojos el cariz de los acontecimientos y el clima que abruma las cabezas galas”.

Luego de casi 25 años de ausencia de debates entre candidatos a la Presidencia, finalmente el 1° de octubre a las 20 horas se celebrará uno entre el candidato del oficialismo Daniel Martínez y su inmediato perseguidor el nacionalista Luis Lacalle Pou. La negativa cerrada de los viejos líderes del Frente Amplio a debatir le marcó el rumbo al Uruguay, empobreciendo las campañas electorales e impidiendo el sano intercambio de ideas y visiones de país.

Con el anuncio del próximo debate la cosa cambió, pero sin embargo persiste cierta incomodidad ya que los organizadores buscaron el debate entre el primero y el segundo según las encuestas. Ni quien ocupa el tercer lugar, el colorado Ernesto Talvi, ni el cuarto lugar, Guido Manini Ríos de Cabildo Abierto, fueron invitados al banquete del debate. Tampoco los partidos en el pelotón de los rezagados (Partido de la Gente, Digital, Independiente, Verde Animalista, Ecologista, de los Trabajadores o Unión Popular). 

El que ha elevado la voz ante su ausencia en este debate es Talvi, quien aspira a ir al balotage y ha hecho de este aspecto el centro de sus últimas apariciones. Histriónicamente habla de proscripción, de la ausencia “de juego limpio” y de que han “flechado la cancha”. Lacalle Pou por su parte reconoció la molestia de Talvi y se mantuvo en su argumento: “Mi debate es con quien quiero sacar del gobierno”. Martínez por su lado insiste en que no quiere ser él quien debata contra todo el mundo.

Así las cosas, todo indica que pese a tener razón en su malestar –su argumento más fuerte es que el debate se transmitirá por todos los canales en una suerte de cadena nacional de radio y televisión– Talvi terminará como Asurancetúrix la noche del 1° de octubre; atado a un árbol y amordazado mientras se transmite por televisión el esperado y largamente postergado banquete del debate en la aldea de los orientales.