Tiger Woods tuvo que contener las lágrimas en el último hoyo del East Lake Golf Club de Atlanta. Luego de cinco años en las tinieblas, estaba a punto de volver a ganar un título, que además del regreso a la gloria deportiva, tenía el significado extra de regresar a la cima tras tocar fondo en su carrera y su vida.
“Lo pasé mal”, dijo al recordar el momento previo a la consagración en el Tour Championship que conquistó el pasado domingo. “No dejaba de decirme: ‘Eh, aún puedes tirarla fuera. Pero una vez metí la bola en el green, choqué la mano de Joey (LaCava, su caddie) porque sabía que lo había conseguido”, añadió a la prensa.
De esa forma, el golfista estadounidense de 42 años, uno de los deportistas más queridos en su país, se reencontró con la victoria luego de una larga lucha para recuperarse de las lesiones que lo comenzaron a complicar en 2014.
Desde ese entonces, cuatro cirugías en su espalda, un controvertido y televisado divorcio y una detención hace apenas un año al quedarse dormido en su auto bajo los efectos de los medicamentos y los antidepresivos, hicieron que visitara el infierno.
“Lo peor fue no saber si iba a poder vivir sin dolor. Me preguntaba si un día podría sentarme, levantarme o estirarme sin sentir dolor. No quería vivir así. Jugar al golf me parecía imposible, no podía sentarme ni andar ni estirarme sin tener dolor en la espalda y mi pierna durante un largo periodo de tiempo”, explicó tras su éxito del domingo.
“El mero hecho de jugar y volver a ser competitivo era ya un éxito. Los que son cercanos a mí y algunos jugadores saben lo que he recorrido, lo difícil que ha sido para mí simplemente volver a jugar (...) Disfruto plenamente de ser capaz de hacer todo esto de nuevo, no sabía si podía volver a jugar al golf un día”, señaló.
Woods había decidido poner una pausa en su carrera deportiva en 2009 “para poner las cosas en orden en su vida”, luego de que se viera envuelto en una polémica luego de que se revelarán varias infidelidades a quien en ese entonces era su mujer, tras sufrir un accidente de auto cuando ésta le perseguía con un palo de golf.
Luego de pedir disculpas públicas, a pedido de sus patrocinadores, tuvo que recomenzar su carrera y le llevó cuatro años volver al número uno. En 2013 logró convertirse en el deportista mejor pagado del mundo según la revista económica Forbes.
Pero esa recuperación no fue nada comparado con el calvario de sus problemas de espalda que comenzaron en marzo de 2014, cuando se lesionó durante el Honda Classic. En ese momento tuvo su primera cirugía.
Años después, en abril de 2017, tuvo su cuarta intervención y, un mes más tarde, fue detenido dormido al volante bajo la influencia de medicamentos y antidepresivos. Tras haber disputado solo cuatro torneos entre 2016 y 2017, cayó al 1.100º puesto del ranking.
“Ya terminé, no volveré a jugar al golf”, le había confiado Woods a un excampeón del Masters en medio de sus dudas y dolores.
Por ese entonces, en 2016, los rumores decían que para trasladarse en auto debía hacerlo recostado. Tiger confirmó esos dichos. “No me veía jugando al golf en mi futuro en ese momento. No podía caminar. No podía sentarme”.
Pero tras la cuarta operación, la recuperación tuvo efecto y en octubre pasado compartió un video en sus redes sociales en la que se lo volvía a ver haciendo un tiro, un mensaje de que estaba pronto para intentar volver una vez más.
En enero comenzó a competir con normalidad y de a poco fue mejorando sus participaciones. Volvió a ser protagonista y la conquista de un nuevo título estaba cada vez más cerca, lo que finalmente ocurrió en Atlanta.
Tiger está de vuelta una vez más y esta vez, luego de todo lo que pasó para recuperarse, parece tener paz y salud para encaminar su carrera, en la que conoció el éxito a los 20 años y en la que aún tiene mucho más para dar por delante.
CLAVES
Un inicio prometedor
A los 20 años, Woods se hizo profesional y ganó dos PGA, y a los 21 ganó su primer Grand Slam, el Master de Augusta, siendo récord de precocidad.
80 títulos alcanzó Tiger con el logrado en Atlanta y quedó a dos del récord de Sam Snead. “Creo que aún tengo tiempo para sobrepasarle”, dijo
Juega la Ryder Cup. Tiger Woods reaparecerá este fin de semana en la Ryder Cup, en la que Estados Unidos será visitante ante Europa en Saint Quentin en Yvelines, a 20 kilómetros de París.
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