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Tips para no caer en "cuentos del tío" digitales
Para caer en las manos de un estafador no es necesario que le hayan vulnerado su cuenta de correo electrónico o que la maniobra la haya ideado un hacker con conocimiento informático avanzado. Ser estafado es tan simple como responder a un simple mensaje de alguien que dice ser quien no es.
El investigador en seguridad informática José Luis López, director ejecutivo de ESET Uruguay, considera que desde usuarios individuales a empresas “son propensas a caer en estafas tan sencillas como un correo falso”. Según López, cada vez es menos común brindar datos a un desconocido por llamadas telefónicas pero internet sigue siendo la trampa perfecta de los estafados.
Así como el joven de 19 años que se hacía pasar por pariente de la multimillonaria familia Rockefeller logró estafar a empresas de transporte, personas que buscaban trabajo y una financiera a través de mensajes de Whatsapp y redes sociales, miles de estafadores tienen un modus operandi muy similar. Ante esas formas de proceder, López mencionó una serie de recomendaciones tan básicas como los propios “cuentos del tío” digitales.
En primer lugar, contar hasta diez antes de responder un correo electrónico o una publicación en una red social. ¿Qué significa eso? Para el investigador, “el ritmo de vida acelerado hace que la gente caiga en estafas más fácilmente” por lo que se debe esperar y pensar doblemente antes de responder cualquier publicación.
A eso se le suma la necesidad de averiguar un poco más sobre el que publicó la oferta o envió el correo. “Si se presenta como embajador juvenil de las Naciones Unidas hay que averiguar lo más básico (sobre esa persona) en, por ejemplo, Google. Es decir, si existe esa persona, ese cargo que dice tener y ese sitio al que dice representar”, afirmó.
Además, pese a que una publicación pueda parecer tentadora y totalmente real, antes de darle click a un mensaje o anuncio se debe buscar más información sobre el remitente. “Un click puede ser fatal”, remarcó López.
Por último, el investigador apuntó a que en internet más que nunca se debe poner en práctica el sentido común y, ante la mínima sospecha, buscar información o descartar la oferta o publicación.
