Estimulados por la gran movilización contra la impopular reforma de las pensiones del presidente liberal Emmanuel Macron, los sindicatos franceses convocaron a una nueva manifestación para el próximo sábado.
El frente sindical que conforman las tres centrales de trabajadores llamó también a seguir el tratamiento parlamentario del proyecto con otra movilización, posiblemente el miércoles de la semana próxima.
Unas 3,5 millones de personas, según el sindicato CGT y sólo 1,28 millones según el gobierno, participaron el martes en la mayor protesta contra una reforma social en tres décadas, superando incluso la protesta del 31 de enero.
En la sexta jornada de movilización contra el endurecimiento de las condiciones para acceder a una pensión completa el acatamiento a la huelga general fue menor en el sector público.
Pero aun así, el objetivo de “paralizar la economía” fue alcanzado, según la evaluación sindical. La jornada amaneció con carreteras bloqueadas de Rennes (oeste) a Perpiñán (sur), la expedición de combustible suspendida de todas las refinerías, una huelga de los basureros, escuelas cerradas y trenes y vuelos anulados.
En Annonay (sureste), bastión del ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, más de 2.000 hogares se quedaron sin electricidad, indicó la empresa Enedis. Otros posibles cortes "salvajes" se registraron en Boulogne-sur-Mer y Neuville-en-Ferrain (norte).
El lunes, los huelguistas paralizaron tres de las cuatro terminales metaneras por "siete días" y, desde el viernes, reducen la producción eléctrica en las centrales nucleares.
Los paros continuarán miércoles y jueves en el servicio de trenes y en el transporte público parisino.
Pese a la fuerte movilización, el porcentaje de huelguistas fue inferior al registrado al inicio, sobre todo entre los trabajadores de ferrocarriles (un 39% al mediodía según los sindicatos) y los profesores (un tercio, según el gobierno).
Al término de la jornada, el frente sindical pidió a Macron una reunión "urgente", porque su "silencio ya no es posible", al tiempo que llamaba a nuevas protestas.
La del miércoles coincidirá con un momento clave del trámite parlamentario del proyecto, ya que el oficialismo cuenta con mayoría por el apoyo de los partidos conservadores.
Los sindicatos también apoyaron las manifestaciones convocadas para el miércoles con motivo del Día Internacional de la Mujer y el jueves, a llamado de los estudiantes, dos de los colectivos a los que consideran entre los más perjudicados por la reforma.
Macron se juega parte de su crédito político, después que la pandemia le obligara a abandonar una anterior reforma durante su primer mandato, marcado además por la protesta social de los "chalecos amarillos".
Dos de cada tres franceses, según los sondeos, se oponen a su proyecto de retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años (y no 42, como ahora) para cobrar una pensión completa.
En las marchas del martes se produjeron choques aislados con las fuerzas de seguridad en varias ciudades, entre ellas París, donde se produjeron 43 detenciones.
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