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Tras un lustro de caída, ¿los colegios privados recuperaron su matrícula? Los datos oficiales de ANEP
Entre el 2018 y el 2022 la matricula en los colegios privados cayó sistemáticamente año tras año. En 2018 los inscriptos en primaria eran 51.459, en 2019 y 2020 la cantidad de alumnos bajó de a mil alumnos por año. En 2021 la matrícula fue de 48.606 y al año siguiente, en 2022, el problema se profundizó con una matrícula de 46.491. Pero este año la tendencia se revirtió, los datos oficiales de la Dirección General de Educación Inicial y Primaria revelan que en 2023 la matricula en los colegios privados ascendió por primera vez en un lustro y se posicionó a 47.908.
En educación inicial la matrícula continuó en caída, pero el golpe fue mucho más leve en el último año. En 2018 la matrícula era de 29.698, en 2019 fue de 27.330; en 2020, 25.506; en 2021, 24.120; en 2022, 22.956 y en el año actual cayó apenas a 22.526.
Es precisamente la educación inicial la que más evidencia —tanto en públicos como privados— la drástica reducción de la natalidad evidenciada desde 2016. Pero, ¿cómo es posible que en este escenario demográfico y de merma continua de alumnos haya crecido la matrícula de los colegios en la primaria?
En la Dirección General de Educación Inicial Primaria no tienen una respuesta acabada. Sospechan que las escuelas privadas —léase la educación primaria común— recuperaron parte de la caída que se dio en la pandemia.
Sin embargo, las autoridades prefieren ser cautelosos con las estadísticas, porque, dicen, “arrastran sesgos hace años”. Refieren a que no todos los colegios privados usan el mismo sistema informático que el sistema público. A su vez, las inspecciones tienen que “perseguir” a varias instituciones privadas para que actualicen los datos que son de reporte obligatorio —repetición, matrícula, docentes, entre otros—, con el agravante que la apertura y cierre de colegios a veces altera el reconto final.
El ejemplo más extremo es lo que sucede con la educación especial privada. Por razones históricas, muchas clínicas que atienden a niños con alguna discapacidad o trastorno reportan a Primaria, cuando el control debiera estar en la órbita del Ministerio de Salud (porque no está enmarcado en la enseñanza formal). Algunas de esas clínicas a veces atienden a alumnos que asisten a colegios privados y públicos, los que se supone fueron contabilizados en las matrículas de sus instituciones de base (es decir, el registro queda duplicado).
Prueba de ello, en 2021 hubo 1.517 estudiantes en la educación especial privada, al año siguiente trepó a 3.172 y luego descendió abruptamente a 2.031.
Primaria, por su parte, conformó una comisión junto al equipo de estadísticas para unificar el relevamiento, mejorar el proceso y obligar a los colegios a que entreguen información de calidad en tiempo y forma. En definitiva son datos públicos, de interés de las familias y que deberían estar disponibles para la correcta toma de decisión.
