"Queremos mantener a las familias juntas", dijo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la Casa Blanca el miércoles ante la reacción internacional y dentro de su propio país que disparó su política de separación de familias inmigrantes en la frontera con México.
En un principio, Trump había defendido su política de separación de familias y exhortó al Congreso a solucionar el problema con una ley. Pero este miércoles cedió y firmó un decreto que revierte sus medidas, lo cual implica que cuando las familias de ilegales sean detenidas no serán separadas.
El mandatario había anunciado antes de la firma que su medida sería "preventiva" y subrayó que el Congreso acabaría aprobando "legislación" sobre el tema.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, dijo que este jueves se votará un proyecto de ley que estipula que las familias procesadas por ingresar ilegalmente al país ya no estén separadas, sino que permanezcan juntas bajo la custodia del Departamento de Seguridad Interior (DHS) durante todo el proceso legal en su contra.
Las separaciones desataron la indignación de varios sectores de la sociedad estadounidense al constatar que el gobierno dejó, desde mayor, a 2.342 menores de edad sin contacto con sus padres.
"Señor presidente, ¿no tiene acaso hijos? ¿No tiene acaso hijos, señor presidente?", gritó Juan Vargas, diputado de la Cámara de Representantes, cuando Trump salía de una reunión con sus aliados republicanos. "¿Le gustaría que lo separaran de sus hijos?", agregó.
Pero Trump se limitó a ignorarlo y saludar sonriente las cámaras, ubicadas detrás de la media docena de legisladores demócratas que levantaban fotos de menores en llanto y pancartas con el eslogan "Las familias deben permanecer unidas".
El estado de Nueva York se ofreció esta semana a recibir y dar refugio a niños inmigrantes, y llegaron allí más de 70. El gobernador Andrew Cuomo anunció que estaba preparando una demanda contra el gobierno de Trump para acabar con su política de separación familiar.
Los niños separados en la frontera son transferidos a Nueva York por la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR, por sus siglas en inglés) y están en al menos diez refugios del estado, dijo Cuomo. Otros fueron transferidos a distintos refugios a través del país, precisó.
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La ORR se ocupa de alojar de manera temporal a los "menores no acompañados", es decir, menores que llegan solos a Estados Unidos, hasta que localizan a familiares de los niños con los cuales puedan vivir, o amigos de la familia que actúen como sus tutores. En caso contrario, los menores pasan a vivir en hogares de acogida.
En general, los menores no acompañados llegan a refugios en estados donde tienen familiares que luego los reciben. "Pero estos no son niños no acompañados. Estos son niños que fueron separados de sus padres", dijo Cuomo a la prensa local.
Varios medios adelantaron este miércoles, citando fuentes oficiales, que la orden de Trump permitiría que los niños se queden con sus padres en centros de detención durante un plazo de tiempo indeterminado. Pero eso contravendría el "Acuerdo Flores", que establece que los menores detenidos en la frontera solo pueden ser privados de libertad durante 20 días.
Este acuerdo surgió a raíz de un caso ocurrido en 1985, cuando el gobierno estadounidense detuvo a Jenny Lisette Flores, salvadoreña de 15 años, en condiciones inhumanas. Casi 10 años después, el caso llegó a la Corte Suprema, y en 1993 logró importantes cambios en la reglamentación referida a la detención de menores.
El Ejecutivo del expresidente Barack Obama (2009-2017) incumplió ese acuerdo cuando se produjo en 2014 una llegada masiva de menores procedentes de Centroamérica, lo que desató un litigio que llevó a un juez federal a determinar, en 2016, que el límite de 20 días debía respetarse y aplicarse tanto a los niños como a sus padres.
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Las separaciones de familias en la frontera son consecuencia de la política de "tolerancia cero", que puso en marcha en abril el Gobierno de Trump, y que obliga a presentar cargos criminales contra cualquier adulto que cruza irregularmente la frontera con México. En los hechos, esto lleva a la separación de familias, porque los menores no pueden ser encarcelados. Los anteriores gobiernos habían preferido acciones civiles para evitar esta situación.
El presidente de Estados Unidos responsabiliza por la separación de las familias de inmigrantes a los gobiernos demócratas, y hace alusión a una ley "heredada", que lo fuerza a tomar esas medidas. "Los demócratas tienen que cambiar la ley. Es la ley de ellos", afirmó Trump durante un contacto informal con la prensa en los jardines de la Casa Blanca.
El fiscal general y secretario de Justicia, Jeff Sessions, dijo: "Si cruzas nuestra frontera de forma ilegal, te vamos a procesar. Si contrabandeas un niño, te vamos a procesar y los niños serán separados tal como lo requiere la ley".
La contención de la oleada migratoria es uno de los pilares fundamentales del gobierno de Trump, que en su campaña electoral había propuesto la construcción de un muro a lo largo de la frontera con México. Pero ninguna ley obliga al gobierno estadounidense a procesar inmigrantes que ingresan clandestinamente al país, separando familias.
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