La belga Ursula Vonder Leyen, presidenta de la Unión Europea (UE) llegó a la capital ucraniana justo el día en que la humanidad debería recordar el fin de la batalla de Stalingrado cuando el Ejército Rojo se impuso a la Wehrmacht. El 2 de febrero de 1943, 80 años atrás, el comandante del VI ejército alemán, Friedrich Wilhelm von Paulus, capitulaban ante el mariscal ruso Georgy Zhukov.
Von Paulus, en enero de ese año fatídico para el Tercer Reich, había pedido autorización a Adolf Hitler para rendirse y le fue denegada. El Führer le dijo que debía pelear hasta último momento y, en todo caso, suicidarse.
El general alemán desobedecía la orden y terminaba la batalla que duró más de seis meses y dejaba más de 2.000.000 de muertos. Fue la contienda más sangrienta de la Segunda Guerra y probablemente de la historia de la humanidad.
Pasadas ocho décadas, mientras Vladimir Putin hablaba en Moscú sobre los tanques de Von Paulus y los Leopard 2 que Alemania enviará a Ucrania, como si pudieran cotejarse una cosa con la otra, la presidenta de la Unión Europea llegó a Kiev y dijo que la reconstrucción de Ucrania debía hacerse con los activos congelados a Rusia. VonderLeyen dijo que debería haber más sanciones económicas y más fondos congelados al gobierno de Putin. Ya van nueve sanciones económicas y financieras a Moscú desde que se inició la invasión rusa a Ucrania.
“Rusia ya está pagando y pagará un precio por la guerra”, declaró a los medios de prensa la presidenta de la UE flanqueada por el presidente VolodomirZelensky.
Si esa primera visita a Kiev de la jefa comunitaria es importante, tiene más simbolismo el hecho de que haya llegado un día antes de la reunión del resto de los dirigentes de los 27 países de la UE, justo a 80 años del fin de Stalingrado.
Von del Leyen y el resto de la comitiva de los 27 llegó a la capital ucraniana en un tren desde Polonia el jueves.
En la víspera de la reunión entre el gabinete de Zelensky y los representantes de la UE, el ministro de Defensa ucraniano, OleksiiReznikov, que el miércoles se había reunido con el presidente francés Emmanuel Macron para pedir ayuda militar, dijo el jueves al lado de los comisarios europeos: "Si tuviéramos la oportunidad de golpear a una distancia de 300
Reznikov, tal como lo consigna la agencia ucraniana Ukrinform y lo reproduce la alemana DW, agregó: "Ucrania está dispuesta a proporcionar garantías de que vuestras armas no estarán involucradas en ataques contra territorio ruso. Hay suficientes objetivos en los territorios ucranianos temporalmente ocupados y estamos dispuestos a coordinar objetivos con nuestros socios".
Reznikov pidió más sistemas de defensa antiaérea, tanques, artillería y municiones. "La victoria de Ucrania en el campo de batalla es también vuestra victoria", enfatizó. Para ganar la guerra, dijo, es necesario "emprender la iniciativa a nivel estratégico".
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