Udelar y ciencia: a defender lo que es de todos

Desde mis años como decano de la Facultad de Química de la Universidad de la República (Udelar) he buscado datos sobre el desarrollo “académico” en Uruguay, comparando los resultados internos de la Udelar y los de otros actores nacionales.

Esto ahora es posible porque existen repositorios internacionales de esta información. Uno de los más completos es Scopus (Elsevier), que tienen la información, quiénes son sus autores y en qué instituciones trabajan.

Como nuevamente se viene el momento en que la Universidad y el Presupuesto Nacional se enfrentan, me interesa que conozcan los resultados, que pueden ser corroborados sin mucha dificultad.

Extrañamente, gracias al covid-19 se ha logrado demostrar en forma “experimental” e irrefutable para qué sirven la ciencia y las instituciones donde se investiga.

De hecho, ¡hoy es un motivo de “sacar pecho” para las autoridades nacionales!

La Udelar ahí tiene muchos puntos a favor que nadie discute, por ahora. No hay plata de por medio.

Lo que ya se puede señalar es que aunque en la Udelar se haga el 50% o más del trabajo, la “prensa” siempre la pone en un segundo plano.

Sabemos que el Instituto Pasteur estaría dispuesto a ir a Rivera, pero no nos dicen que en el Cenur (Udelar) de Salto y de Tacuarembó es donde ya se hacen los estudios.

Para saber dónde estamos parados realmente en el ambiente académico vamos a los datos Scopus, el sistema de referencia académica al que está asociado la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII).

 Tiene registrada la gran mayoría de la producción universal seria desde antes del 1900.

Podemos empezar por indicar que la Udelar fue la institución que generó el 71% de toda la producción académica del Uruguay en 2018 (1.289 menciones), y si tomamos el total histórico de todas las publicaciones académicas de Uruguay citadas en Scopus desde el año 1900 a la fecha, el dato de la Udelar es también el 71%.

Esto indica cierta estabilidad (y supremacía) con el correr de los años. El dato es llamativo pero no es “bueno”, porque significa que en el país hay muy pocos generadores de ciencia o estudios serios.

Las otras instituciones terciarias de Uruguay tienen resultados que rondan el 3%-4% anual (entre 30 y 55), y alguna esta por debajo del 1%, lo que no las inhibe de publicar que están entre “las 500 mejores del mundo”.

Como dato complementario, el Instituto Pasteur (Montevideo) tiene 76 menciones en el 2018 y el Instituto Clemente Estable 81. Buscando por “Scopus Afiliaciones” de diferentes países, los datos de la Udelar para 2018 comparan con la tercera universidad más productiva de Chile y la tercera más activa de Argentina, y la colocaría entre las 17 mayores de Brasil y las 20 más importantes de España.

¿No está tan mal, verdad? Sobre todo porque en 2016 comparaba con la cuarta universidad de Chile, la quinta de Argentina, la vigésima de Brasil y la 32 de España. Venimos mejorando.

Así que los datos de la realidad son que la Udelar no solamente entrena a los científicos que después nos sacan las papas del fuego y llevan adelante las investigaciones que permiten tomar decisiones educadas en el área de salud, sino que además a nivel nacional está en una liga diferente a todos los otros institutos.

Entre todos a defender lo que es de todos y no de unos pocos “selectos”.