Xi Jinping, presidente de China, y Joe Biden, presidente de Estados Unidos

Opinión > TRIBUNA

¿Un alto en la nueva guerra fría?

“Minimizar los riesgos”: la nueva postura de EEUU frente a China que representa un relajamiento a su dura estrategia del “desacople”
Tiempo de lectura: -'
26 de mayo de 2023 a las 05:04

“No buscamos ‘desacoplarnos’ de China, buscamos ‘desarriesgar’ y diversificar nuestra relación con China”, dijo el presidente Joe Biden en Hiroshima ante los líderes del G7.

Más allá del neologismo que el mandatario estadounidense se anotó en inglés, “de-risk” (y que yo traduje con un vocablo igualmente inexistente en español, “desarriesgar”, pero que vendría a ser algo así como minimizar los riesgos), queda clara la intención de la administración Biden, o de una parte de la misma, de iniciar alguna suerte de distensión en esta nueva guerra fría que desde hace un tiempo la enfrenta a China. Una nueva détente, como la que concibió Henry Kissinger en la primera Guerra Fría con la Unión Soviética y que pudo finalmente concretar a principios de los setenta durante el gobierno de Richard Nixon.

Si hasta hace unos días el discurso era el inflexible “desacople” de la economía china y ahora estamos hablando del considerablemente más amable “reducir riesgos”, pocas dudas pueden caber. Tampoco llama la atención que ese neologismo de Biden (“de-risk”) ya lo había usado el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, a fines del mes pasado, también para referirse a la relación con China, durante un discurso en el que delineó la política económica de Washington.

Y es que esta détente propuesta para esta segunda guerra fría en curso es una idea precisamente de Sullivan. De hecho, Niall Ferguson en su último artículo para Bloomberg la llama “la détente de Sullivan”. Y como explica el propio Ferguson, que además es historiador, la détente no significa –como no significó en los setenta– el fin de la guerra fría, sino, como su nombre lo indica, apenas una distensión.

Pero se trata de una distensión tan necesaria en este momento; y no solo para Estados Unidos y China, sino para todo el mundo. Baste recordar cómo era el mundo antes de que se desatara esta malhadada guerra fría de nuevo cuño, después de la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio con el beneplácito de Washington, cuando las dos superpotencias parecían cooperar en armonía y simplemente complementarse, la globalización no se discutía –¡era casi un pecado discutirla!– y ni Washington ni Beijing te miraban de reojo por tener relaciones demasiado estrechas o por querer firmar un TLC con el otro. Entonces éramos felices y no lo sabíamos.

Pero hete aquí que yo no soy el único nostálgico: la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, Yanet Yellen, recordó hace poco “la importancia fundamental que el comercio con China tiene para la economía estadounidense”. Varios pesos pesado de la industria, los negocios y la intelligentsia, como el propio Michael Bloomberg o el súper influyente ex secretario del Tesoro Henry Paulson, advierten que el desacople con China está siendo sumamente prejudicial para la economía de los Estados Unidos. Y otra vez Kissinger, que mañana cumple 100 años, ha llamado a “convivir” con el gigante asiático.

De modo que la idea de cambiar la política hacia China no se ha dado en el vacío. Hay voces y de peso para apuntalar la détente de Sullivan, tanto dentro como fuera de Estados Unidos; sobre todo en Europa, donde están desesperados ante la posibilidad de tener que efectivizar un desacople que hundiría su gran industria. 

Sin embargo, también están los que dentro de la administración Biden no quieren saber nada de este relajamiento con China, para empezar por el secretario de Estado Antony Blinken. Y así, Biden se encuentra un poco tironeado entre estas dos facciones de halcones y palomas al interior de su administración.

Tal vez por eso ni bien regresó a Washington el presidente publicó en su cuenta de Twitter: “Estados Unidos no debe depender de otros países para tantos de los productos que necesitamos. Mi agenda es traer las cadenas de suministro –y los cientos de miles de empleos que las acompañan– de nuevo a casa en Estados Unidos”.

Se ve que los neocon de Blinken tampoco pierden el tiempo. Y Biden compensa.

Pero incluso con independencia del perjuicio económico que este proteccionismo supone para Estados Unidos, desde el punto de vista geopolítico, esta guerra fría también es perjudicial para Washington. Porque ¿qué es lo que busca China a nivel internacional? ¿Busca realmente la piña con Estados Unidos o con cualquier otra potencia occidental?

Yo no lo creo. El propio Kissinger, en una entrevista muy difundida con la revista The Economist, dijo algo que acá llevamos dicho desde hace algún tiempo. Y es que en realidad el pensamiento de Xi Jinping y los demás príncipes chinos de hoy en día es más cercano al confucianismo que al marxismo. Los chinos no buscan el dominio militar del mundo, sino la extensión de su poder blando por medios pacíficos, llámese nueva Ruta de la Seda, tratados de libre comercio, grandes proyectos infraestructura, etcétera. De ser posible, no está en sus planes tirar un solo misil, ni intervenir en la política interna de ningún país.

¿Son un estado totalitario? Lo son, sin duda. ¿Ejercen un estado de vigilancia interna que en Occidente no toleraríamos de ningún gobierno? ¡Vaya si lo ejercen! ¿Pueden intervenir a su antojo empresas que operan en su país? También. Pero ese siempre ha sido el caso y durante más de dos décadas a nadie pareció incomodarle demasiado.

Estados Unidos debe empezar por asegurar al mundo la paz, por abrazar una détente real; y no andar dando vueltas a un ring en cuclillas y de ceño fruncido, como luchador de zumo amenazante a punto de irse a las manos con potencias nucleares que podrían desatar la Tercera Guerra Mundial.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...