Por Lic. en nutrición Maren Torheim*.
Hay un hábito que nos estanca en el peso y nos drena la energía. Lo más probable es que tú también te declares culpable, y caigas en esto sea algún que otro día o tal vez a diario, como rutina. De hecho, quizás incluso lo venís haciendo “a propósito” y hasta te sentís orgulloso del sacrificio.
¿Hacés las 4 comidas diarias?
¿A sus horas?
¿Tenés snacks a mano cuando se te va a ir demasiado tiempo entre comidas?
Saltearte comidas -- o pasar demasiadas horas entre una y otra -- es un hábito que vale la pena romper hoy mismo.
Cuando nos salteamos comidas el cuerpo se prepara para “guardar más” en la próxima. Sip, eso quiere decir para engordar en vez de quemar lo que estás comiendo. Ouch.
Por si fuera poco, tu energía, tu productividad y tu concentración se van a pique.
Vos ya sabés lo que tenés que hacer pero siempre viene bien un recordatorio y algunos tips extra para llevarlo a la práctica – sobre todo ahora en primavera.
1. Desayuná dentro de los 30 minutos en que te levantás.
No necesitás que te contemos que un buen desayuno te cambia el día, ya lo escuchaste y seguro también lo has experimentado. Si integraste el jugo verde a tu rutina de la mañana, ni te digo. Pero lo cierto es que la mayoría de nosotros o bien no desayunamos o no elegimos tan balanceado y saludable como podríamos (y nuestro cuerpo reclama...).
¿Te levantás muy pesado para desayunar? Es muy probable que se te esté cortando la digestión a la noche. Cená liviano y apuntá a dormir 1 a 2 horas después de comer, te vas a despertar con ganas de ir a la cocina.
¿No tenés tiempo a la mañana? Elegí un desayuno que puedas dejar pronto de la noche anterior como los chía pudding o incluso algo que puedas llevar contigo e ir tomando en el camino como un buen smoothie (batido balanceado).
¿Hacés ejercicio muy tempranito? Si hacés ejercicio muy pegadito a la hora en que te levantás, al menos comé un pequeño snack como unas almendras, una manzana o una galleta de arroz con palta antes de salir de casa. A la vuelta desayuná con todas las letras.
2. Hacé tus 4 comidas principales con 3 a 4 horas de separación entre sí.
Después de desayunar hay que empezar a pensar en hacer las comidas principales de forma ordenada. Si tenés horarios muy variados esto puede ser un desafío, pero siempre hay vuelta. Mirá tu calendario, fíjate cuándo necesitás llevarte la vianda, cuándo vas a comer afuera, cuándo podés volver a casa y si vas a cocinar en el momento o tenerlo pronto de ayer.
Simple pero super efectivo.
3. Snacks siempre a mano.
Si ya sabés que vas a estar más de tres horas entre comidas, tené pronto un snack para entre horas. Si sos de picotear todo el tiempo ojo porque eso tampoco es saludable, es necesario darle tiempo al sistema digestivo a tener su ritmo y a no trabajar constantemente.
Algunas ideas para tus snacks:
- 15 almendras
- 1 vaso de yogurt natural descremado
- Palitos de apio y zanahoria, opcional con manteca de maní
- Media fruta y 1 cucharada de ricotta
Tal vez tu problema hoy en día es que siempre te salteás la merienda y eso es fácil de ir ajustando, sea con un bowl de yogurt y frutas, granola, smoothies, un horneado que te rinda toda la semana, etc y la vas piloteando.
Eso sí, cuando tendés a saltear la cena o el almuerzo hay que tener más cuidado en cómo compensar el resto del día. No temas, es fácil: si te salteaste el almuerzo o tuviste que caer en un sándwich al pasar o incluso en un smoothie balanceado para salir del paso, a la cena asegúrate de hacer una comida completa y balanceada – una clásica – con los tres grupos de alimentos. Por ejemplo, una carne blanca a la plancha con abundantes verdes y una 1/3 taza de quinoa o mijo. O para una versión vegetariana, reemplazá el filete por un omelette con ricota y cebolla. Vos sabés lo que es una comida a la mesa, asegúrate de hacer al menos una al día.
Por más información, TanVerde www.tanverde.com
*Maren Torheim es autora del libro “Como comer sano para adelgazar”. Trabaja desde hace más de 30 años en policlínica y piso en uno de los sanatorios más importantes del país. Se formó en Uruguay y también en el extranjero, profundizando en la dieta cetogénica para el control de epilepsia.
Siempre ha priorizado el trabajo en equipo, trabajando desde hace más de dos décadas en un equipo interdisciplinario con un cardiólogo y psicólogas para el cambio de hábitos, y con neurólogos y neuropediatras en la dieta cetogénica.
Más recientemente Maren se dedica a un emprendimiento familiar de alimentación detox y saludable, ofreciendo cursos online con coaching nutricional en TanVerde.
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá