La casa de Susana Giménez será un centro de bienestar cannabico en Garzón

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Un recorrido por el centro de bienestar cannábico en la casa que construyó Susana Giménez en Garzón

La casa de campo de la diva argentina se prepara para ser el primer centro de bienestar cannábico de América Latina, mientras esperan la regulación de la venta de marihuana a extranjeros
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07 de enero de 2023 a las 05:03

Silencio. La efervescencia de Punta del Este quedó atrás. Los 70 kilómetros que conducen a La Tertulia en medio de la ruta panorámica fueron lavando los restos de la agitación del balneario que atraviesa el momento más concurrido de la temporada turística. Pero nada de eso importa ahora: al lado de la portera apenas un pequeño cartel anuncia la llegada y sobre el horizonte la casona aparece entre las colinas. Espléndida, pacífica y majestuosa. La casa de una diva. Un proyecto de bienestar.

Entre las serranías de Garzón, la casa de campo que Susana Giménez construyó en 2012 se prepara ahora para ser el primer destino de bienestar cannábico en Latinoamérica. Con 800 metros cuadrados, la mansión se ubica en el punto más alto de una propiedad de 107 hectáreas que se extiende entre el paisaje rocoso que alguna vez bautizaron como “La Toscana uruguaya”.

El arquitecto Javier Gentile proyectó el “rancho” con materiales naturales que resultan en un diálogo armónico con el entorno: paredes revestidas en madera en su interior y con piedras por fuera, suelo de cemento lustrado con incrustaciones en madera y una piscina sumergida en la roca que termina suavemente sobre la orilla. El lujo está en los detalles. "Le propuse hacer algo grande, lindo y con el espíritu de un rancho, pero sofisticado. No me parecía hacer una casa moderna en el medio del campo", contó el arquitecto a La Nación.

La relación de la diva argentina con la casona de campo fue intensa y fugaz: se enamoró de inmediato del lugar pero para fines de 2014 la puso a la venta. "Fui un día y me enamoré del lugar, de las águilas que planean en ese vallecito, el silencio, la paz. El campo uruguayo es quebrado y ofrece unas postales increíbles", dijo la conductora a la revista Hola en 2017.

Contó, además, que bautizó a la casa con el nombre de La Tertulia porque es "un término muy usado que remite a los tiempos de la colonia, cuando las señoritas hacían tertulias y se sentaban todas en un living donde mantenían largas charlas".

El living de la casa ahora está en silencio. Las reuniones en las que la actriz y conductora argentina ofició de anfitriona ya son parte del pasado pero todo sigue en su lugar. Los muebles rústicos, las molduras en las puertas, las mesas talladas, las bachas pintadas con girasoles y los amplios sillones son los mismos que Giménez eligió para decorar su casa de descanso: todo está exactamente como lo dejó.

Las galerías son amplias y las cortinas blancas flanquean el camino hasta llegar al dormitorio principal, donde la ventana a los pies de la cama de la diva se abre y se despliega un paisaje serrano en donde en unas horas se va a poner el sol. Un espectáculo privado todos los días.

Un centro de bienestar y cannabis en Garzón

Andrea Krell es uruguaya y Kevin Nafte es sudafricano-australiano, pero se conocieron en Israel cuando cursaban sus respectivos estudios, se casaron y se fueron a vivir a California. Fue entonces cuando él se enfrentó a una dificultad: no tenía acceso a la medicación farmacéutica para la artritis psoriásica. Encontró entonces en el cannabis una forma de aliviar los síntomas.

"En California era todo legal, medicinal y muy accesible. Me ayudó mucho el cannabis en ese momento y tenía acceso al mejor cannabis en el mundo, productos con calidad, sabiendo exactamente qué estoy consumiendo", explica Nafte en diálogo con El Observador.

La producción de cannabis en granjas familiares al norte de California es parte de la historia de la industria y fue allí donde trabajó en las plantaciones, aprendió sobre la producción de cannabis y sus usos durante un año. Esa fue inspiración de la pareja cuando llegaron a Uruguay y el comienzo de YVY Life.

Cuando llegaron a Uruguay empezaron a producir cáñamo con pequeños productores en el departamento de Canelones, pero cuando el mercado Suizo cayó decidieron entrar en el rubro del cannabis de grado farmacéutico.

En 2021 conocieron a un nuevo socio y le contaron su visión. "Nos gustaría tener muchísimas granjas familiares en todo el país produciendo cannabis y cáñamo. Siempre estuvimos buscando un lugar centralizado donde podemos llevar por la materia prima, procesarla, llevar al granjero para capacitarlo, tener un modelo de cultivo y hacer algo turístico allí”, explica Nafte y recuerda que en tres días recibieron un video de La Tertulia. Cuando llegaron se enamoraron del lugar, al igual que la actriz y conductora argentina.

"Gracias, Susana Giménez, por confiarnos tu templo", twitteó el empresario Facundo Garretón, parte del holding de cannabis Terraflos y socio de YVY Life. Después de cinco años la diva finalmente cerró el trato el mismo día de su cumpleaños por cuatro millones de dólares.

La casona de cuatro dormitorios –cada uno con una salida al exterior–, cinco baños, una cocina –que bien podría tener el tamaño de un apartamento– y un living comedor con dos estufas a leña con revestimiento en piedra, se transformará en un hotel boutique con algunas unidades en medio del paisaje con el propósito de convertirse en un centro de salud y bienestar.

"Hoy en día están los dos extremos: el recreativo y el farmacéutico. Nosotros somos la intersección entre esos dos mundos, apuntamos al bienestar", dijo Krell en una entrevista concedida a la revista Galería.

Se trata de un centro en el que se atienda a los huéspedes con una mirada holística, ofreciendo clases de yoga, meditación, paseos en la naturaleza, tratamientos de medicina ayurvédica acompañados de una propuesta gastronómica saludable y consciente con materias primas orgánicas. Pero también esperan ofrecer, para quien lo desee, acceso al consumo de cannabis para aprovechar sus efectos terapéuticos.

"Estamos en este proceso de buscar nuestro propio bienestar. Yo tengo una condición autoinmune y el cannabis me hace muy bien, pero no es la cura. Para mí lo mejor es un combinación de una muy buena alimentación, trabajar en en el estrés, estar más en la naturaleza y sí; tomar cannabis, haciendo yoga y ejercicio. Hacer algo más holístico. Esa es un la idea que queremos llevar a este lugar", dice Nafte.

"Un nicho en el mundo del cannabis"

Todo está listo, pero para poner en marcha la experiencia es necesario que se modifique un aspecto clave de la regulación de la comercialización de los derivados de la plata en Uruguay: que se pueda ofrecer a turistas.

En junio del año pasado el diputado frenteamplista Eduardo Antonini presentó un proyecto de ley en el Parlamento para modificar la legislación que regula la producción y venta de cannabis para garantizar el acceso a marihuana legal a los extranjeros no residentes.

“Los emprendimientos turísticos que se encuentren acreditados ante el Ministerio de Turismo podrán asociarse con los clubes de membresía”, indica la iniciativa y busca conjugar a los diferentes agentes implicados en esta iniciativa, como la Junta Nacional de Drogas (JND), el Instituto de Regulación y Control del Cannabis (Ircca), el Ministerio de Turismo, los autocultivadores y los miembros de clubes cannábicos.

"Uruguay puede ser un lugar perfecto para un turismo cannábico y puede ser que ese sea su nicho en el mundo del cannabis. Ya sabemos que mucha gente viene buscando cannabis, pero cuando viene para acá ven que no pueden comprar legalmente y ellos tienen los mismos derechos que los uruguayos", considera el empresario.

Pero mientras esperan por la regulación del turismo cannábico la casa de campo de Susana Giménez está en alquiler. Durante la primera quincena de enero es posible pasar una noche en la residencia pagando tres mil dólares. "Por ahora estamos alquilando la casa y estamos en plena transición hacia la licencia de club cannábico, en el que por ahora solamente vamos a tener socios uruguayos y residentes. Estamos buscando genéticas que conocemos bien, con las que ya tenemos experiencia en el marco medicinal y entendemos bien cuáles son los efectos terapéuticos que tienen", señala.

Nicolás Silveira es cannabicultor, creció en Montevideo y se especializó en la producción de cannabis de grado farmacéutico pero hace ocho meses que recibió la propuesta de mudarse al predio de La Tertulia. Cuando se encontró con la calma del lugar no lo tuvo que pensar dos veces.

Recorre la propiedad acompañado de Susanita, la border collie marrón que habita la casa como un homenaje a la diva argentina, mientras explica cómo es el proceso de plantación del cannabis en el invernadero que instalaron en el terreno. Su trabajo es encontrar los mejores ejemplares de las variedades que poseen para mejorar la genética de la producción.

La visita termina y las pesadas puertas de madera se cierran. En el camino de regreso el silencio se contamina, el paisaje se transforma y la tranquilidad de la casa enclavada en las rocas se transforma en un paréntesis. Y otra vez, la agitación de la temporada.

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