Cuando se piensa en el fin del mundo se hace siempre alusión a una posible guerra mundial o a un cataclismo cósmico. Sin embargo, existe una amenaza que es mucho mayor y que acecha debajo de la superficie de la Tierra. Los llamados supervolcanes podrína terminar con la civilización humana. Incluso hasta la NASA los considera como una de las amenazas naturales más importantes.
El Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) advirtió que la historia de la actividad volcánica de Yellowstone apunta a la "posibilidad de actividad futura de volcanismo y terremotos".
Debajo del Parque Nacional Yellowstone, en Estados Unidos, hay un enorme reservorio de magma que es responsable de todos los géiseres y cuencas calientes de la zona y se cree que este tiene el potencial para destruir la humanidad. Si este supervolcán estallara, se generaría un invierno volcánico debido al enfriamiento de la atmósfera inferior. Según cálculos de la ONU informados por The Guardian, una erupción de esta características podría dejar a la humanidad con reservas mundiales de alimentos para exactamente 74 días.
Cuánto más caliente se pone el volcán, produce más gases. Cuando el calor supera cierto umbral es inevitable la explosión. Por eso, lo que sugiere la NASA es enfriar al supervolcán. El problema es que para esto se necesitará una cantidad enorme de agua y prácticamente podría resultar imposible. "Construir un gran acueducto cuesta arriba en una región montañosa sería costoso y difícil a la vez” dijo a BBC Brian Wilcox, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA. Y agregó que la gente podría negarse a que este gran proyecto de infraestructura gaste el agua que a las personas les cuesta obtener.
Entonces, la NASA tiene un plan alternativo: taladrar 10 kilómetros de profundidad en el supervolcán y así bombear agua a alta presión con el objetivo de bajar la temperatura día a día. La inversión prevista es de US$ 3,46 mil millones.
Según un informe de Business Insider, se debería de perforar ambos lados del volcán; si se hace en la parte superior, esto podría acelerar la erupción. La NASA advirtió: "Yellowstone explota aproximadamente cada 600.000 años y han pasado unos 600.000 años desde la última vez que explotó. Eso debería hacernos sentar y prestar atención".
Pero el USGS no está convencido de que perforar el supervolcán consiga algún beneficio; incluso podría tener el efecto contrario y aumentar el riesgo de erupción.
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