José Burgueño, viudo de Delia de León, fallecida en un siniestro de tránsito

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Una aplanadora mató a su esposa y la intendencia no lo resarce pese a la condena de la justicia

El homicidio culposo ocurrió en 2014. La comuna fue intimada hace nueve meses a resarcir al esposo y sus hijos. Ahora afirman que lo harán este mes
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02 de agosto de 2021 a las 05:00

“Al conductor lo procesaron sin prisión y se fue a la casa a tomar mate y ya está, no pasó nada, como si fuera un perro que mataron en la calle”. En la mañana del 16 de diciembre de 2014 una aplanadora con rodillo embistió y mató a Delia de León. Madre de cuatro niños que al momento tenían 5, 8, 9 y 13 años. Estaba casada con José Burgueño hacía más de diez años y trabajaba en un frigorífico de pollo. “Era una mujer bien, ocupada de sus hijos y de su trabajo. Estaba atrás de ellos a toda hora. Nunca fallaba en nada, siempre estaba ahí”, describe Burgueño en diálogo con El Observador.

En esa fatídica mañana de verano, de León iba en bicicleta a buscar una carpeta de sus hijos a la Escuela 297 de Canelones. El siniestro ocurrió en la calle Carlos Gardel y Continuación Herrera donde funcionarios de la Intendencia de Canelones realizaban arreglos en la calzada. Según consta en el parte policial, la calle no estaba señalizada como cortada, había solamente un pino y unos montículos de balastro.

La mujer avanzó y la aplanadora con rodillo dio marcha atrás en forma repentina y la embistió. Fue trasladada a la mutualista Comeca, pero falleció a los minutos de llegar.

El conductor fue procesado sin prisión. El hombre tenía su libreta de conducir vencida hacía dos años, la máquina aplanadora no estaba empadronada y carecía de licencia y seguro.

De un momento al otro tengo que ocupar los dos lugares, madre y padre, algo que yo no estaba acostumbrado a hacer y nunca me imaginaba hacerlo. La madre los llevaba al médico, iba a la escuela, salvo que fuera algo muy importante y yo también iba”, recuerda Burgeño. “Nos cambió la vida a todos", contó.

Burgueño era policía de radio patrulla y tuvo que tomarse dos años por licencia psiquiátrica. Dijo que los primeros tiempos la pasó “muy muy mal”. “Nosotros estábamos juntos siempre, para todo”, agregó. Dijo que incluso pensó en suicidarse, pero sentía que no podía hacerle eso a sus hijos.

“Nunca se lo pude decir a nadie. Los gurises eran chicos, estuve una vez a punto, no contaba el cuento... Lo pensé varias veces, porque no sabía qué iba a hacer solo con cuatro gurises. Pero, lo único que me hacía reflexionar era pensar en ellos, porque ya habían perdido a la madre y no me podía morir yo también”.

Él y sus hijos hicieron tratamiento psicológico, varios siguen en tratamiento porque no han podido cerrar el proceso del duelo. “Me están preocupando los dos más chicos que tienen 12 y 13 años, que tienen recaídas. Dos por tres los encuentro llorando o tristes y me dicen que es porque extrañan a la madre. Están siempre así, no se han recuperado. Sé que necesitan más apoyo todavía y no se los puedo dar”, relató.

A pesar de que todos han acudido a terapia, “no son de abrirse mucho, se tragan las penas, pero siempre es por el tema de la madre”. “Capaz si hubiera sido al revés no estaban tan mal, porque la madre de uno es la madre de uno y eso está en la tapa del libro. No es lo mismo el padre o la madre, es mi opinión. Uno como hombre no sabe tratar tan bien a los niños como la madre de uno, igual ta’, yo ya pude. Estoy ahí, solo me falta entrar en la cabeza de ellos”, lamenta aunque con un dejo de esperanza.

Actualmente los cuatro niños estudian. Burgueño estuvo últimamente en la casa porque se volvió a certificar, tuvo una “recaída” porque veía a algunos de los niños “mal”. Tenían algunos problemas en la escuela que los angustiaban mucho. “Los veía llorando, los veía mal y me ponía mal yo”, sostiene.

Por la muerte de su esposa, condenaron a la intendencia canaria en primera y segunda instancia a pagarle US$ 20 mil como indemnización y US$ 25 mil a cada uno de sus hijos, más intereses legales. La sentencia del Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 4to Turno falló el 3 de marzo del 2020, pero aún no han cobrado. Gabriela Cervera, abogada de la familia Burgueño De León, dijo a El Observador que desde hace nueve meses que la comuna canaria está intimada a pagar y, una vez que ella presentó el escrito con los intereses legales actualizados, la intendencia “no volvió a aparecer”.

Hace dos semanas presentaron otro escrito pidiendo que se le imponga una sanción al gobierno departamental por cada día de atraso. Burgueño intentó comunicarse con Francisco Legnani, secretario general de la Intendencia de Canelones, puesto que es él quien debe autorizar el pago. Su secretaria le dijo a Cervera que había “voluntad política” de pagar, pero no supieron nada más.

“Nunca vinieron a tocar la puerta acá a decirme si precisaba algo. Son empleados de ellos, la máquina era de ellos y son ellos son responsables. Pero ellos nunca nada”, dijo Burgueño y añadió: “Hacen lo que quieren, pero como son ellos no pasa nada”.

Ingreso a Santa Lucía, Canelones

Con lo que cobre quiere comprarse una casa propia. Al momento del accidente, la familia vivía en la ciudad de Canelones pero luego tuvieron que mudarse a Santa Lucía, donde alquilan una casa. También le gustaría poner un negocio o almacén en el que sus hijos puedan trabajar a medida que vayan creciendo.

Pero antes de todo eso, tiene otra prioridad: poder pagarles una mejor atención psicológica para que puedan cerrar el proceso del duelo. “Trato de mandarlos al psicólogo, pero mi sueldo de policía se va en el alquiler, entonces algunos meses no llego”, lamentó.

Consultado sobre el caso, Legnani dijo a El Observador que este mes se pondrán en contacto con la familia para proponerles un plan de pago. Justificó el atraso por el agotamiento del rubro que tienen previsto para juicios –$12 millones por año-. El nuevo presupuesto recién entrará en vigencia en el último trimestre. De todas formas, el jerarca señaló que suelen tener una reserva extra para estos casos, pero la vienen destinado “a la asistencia alimenticia por la crisis de la pandemia”.

“En este caso, que es uno de los casos consideramos que hay que atender con urgencia, vamos a estar entrando en comunicación de la persona en estos días”, aseguró.

El sumario al conductor lo amonestó

Burgueño toma lo que le van a dar como "una ayuda". “Para que hubiera justicia tendría que haber tomado otra medida con el conductor de la máquina. Una persona que tiene una libreta vencida, le dice al encargado, el encargado le dice que se suba igual y se sube, por más de que te manden, vos sos responsable de lo que estás haciendo. Lo procesaron sin prisión y se fue a la casa a tomar mate y ya está, no pasó nada, como si fuera un perro que mataron en la calle”, reclamó el marido de la fallecida. Agregó que lo volvió a ver trabajando en la aplanadora. 

El secretario general de la intendencia confirmó esa información. “Se lo sumarió en un momento, el sumario concluyó y se le adjuntó una amonestación con anotación en el legajo. Mientras duró el sumario no manejó y cuando concluyó, con libreta vigente, volvió a prestar servicio nuevamente”, expuso.

El supervisor también fue sometido a un sumario, pero el área jurídica de la intendencia determinó que no tuvo responsabilidad.

Burgueño concluyó que para él ese tema “ya está”. “Quiero que los gurises estén bien, no que se olviden de la madre, porque es la madre y nunca nos vamos a olvidar”.

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