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Una ola de delincuencia azota Malvín y los vecinos toman recaudos
Por Santiago Perroni
Mientras señalaba con su dedo las casas que habían sido robadas en las últimas semanas, una señora de unos 80 años que paseaba su perro por la calle Rimac en dirección a Orinoco contaba cuantas veces veía pasar a una misma moto. Según ella, los delincuentes en moto se pasean por Malvín todos los días a la espera de encontrar el momento justo para poder robar una cartera, un celular o una bicicleta. El intento de detonación de un cajero automático en una estación de servicio en la rambla O Higgins y Gallinal pasó casi desapercibido para los vecinos, porque están acostumbrados a convivir con problemas de inseguridad casi a diario, dijeron varios de ellos a El Observador.
A Gladys, que tiene una peluquería en Mississippi y Orinoco, nunca la robaron. Pero su local está siempre trancado con llave, le prohíbe a sus empleadas abrir la puerta a personas que no conocen y siempre espera a que su marido la pase a buscar para no volver sola a su casa. Estas medidas responden a que todas sus clientas sufrieron robos y tiene miedo a que le suceda lo mismo. Además, explicó que la parada de ómnibus que está en calle Aconcagua y Mississippi es uno de los lugares donde hay más hurtos. “A varias de mis clientas les entraron a las casas y les robaron en la calle. Y no son unas pocas, son la mayoría. Los ladrones que andan en moto son el problema más grande”, dijo Gladys.
La calle Orinoco está repleta de comercios y circula gente casi todo el tiempo. Eso no es impedimento para que se generen inconvenientes tanto de día como de noche. Una vecina comentó que en los últimos tres días ya vio tres veces a policías tomando denuncias a personas víctimas de hurtos. Otro vecino, que vive frente a donde los delincuentes que atacaron la estación de servicio colocaron miguelitos para facilitar su escape, dijo que “los vecinos tienen claro que acá no se puede dejar el auto en la calle”.
Aunque guardar los autos en los garajes no parece ser tampoco la solución. Una de las maniobras más usadas por los delincuentes de Orinoco es esperar que las personas abran los portones de sus casas para entrar sus vehículos y es ahí cuando aprovechan, encañonan a los dueños y entran a los hogares.
“A nosotros nos entraron a nuestro apartamento en marzo. Ese mismo día también le entraron a dos de nuestros vecinos. Creemos que ingresaron por una obra que está al lado de nuestro edificio”, explicó una pareja que también vive en calle Orinoco.
La mayoría de los vecinos consultados están convencidos que los delincuentes se reúnen en un terreno baldío que hay en Orinoco y Mississippi por la noche. Durante el día, al parecer, buscan pasar más desapercibidos. Pese a eso, es llamativo que la mayoría de los delitos se llevan a cabo a la luz del día.
Son varios los que optaron por colocar cerca eléctrica en sus hogares y sistemas de alarma. Los más de diez vecinos o trabajadores de la zona que fueron consultados están en condiciones de relatar alguna situación violenta que les sucedió a ellos o a alguien que conocen en los alrededores de las calles Orinoco, Aconcagua y Rimac en el último mes.
Malvín es un barrio en donde vive mucha gente mayor y eso preocupa aún más a sus habitantes, teniendo en cuenta que la gente de avanzada edad es una víctima más sencilla de atacar para los delincuentes. Lo que no saben explicar los vecinos es el por qué del aumento de la inseguridad en este último mes. Pero todos coinciden que en el último tiempo hay más inconvenientes: es desde hace aproximadamente un mes que los delincuentes se apoderaron del barrio.
El Observador se puso en contacto con la seccional n°11 de la Policía, que está ubicada a pocas cuadras de la zona afectada, pero el comisario prefirió no hacer declaraciones. Sin embargo, el crecimiento del delito en este barrio de Montevideo es similar al crecimiento exponencial que tuvo el delito en el resto del departamento. En el primer semestre de 2017 hubo 96 rapiñas en Malvín, mientras que en el primer semestre de 2018 se registraron 217, según datos del Ministerio del Interior. Los hurtos, por su parte, crecieron de 586 a 871 en el último año.
Otro cajero automático que intentaron explotar
En la madrugada del lunes 1° de octubre cuatro personas armadas procuraron detonar el cajero automático de una estación de servicio ubicada en la rambla O Higgins y Gallinal. Luego de intentarlo sin éxito durante varios minutos se dieron a la fuga y colocaron miguelitos en los alrededores para evitar una persecución policial.
El vehículo utilizado por los delincuentes fue encontrado en la calle Pilcomayo prendido fuego.
Esta estación de servicio está ubicada a pocas cuadras de la zona que recorrió El Observador, aunque dada la hora del incidente la mayoría de los vecinos se enteraron del hecho por la prensa. Pese a eso, más de uno sintió un par de detonaciones.
