Una vacunación desigual, la región y el problema de las fronteras

Siete meses después, con las primeras dosis aprobadas, esa iniciativa en el marco de la Organización Mundial de la Salud denominada Covax a la que se suscribió Uruguay, quedó en un segundo plano y el mundo se encuentra en una batalla en la que los países pujan para hacerse de vacunas a través de negociaciones directas con los laboratorios.

Con el presidente Luis Lacalle Pou a la cabeza, Uruguay es uno de los que se encuentra en esa situación, esperando cerrar “lo antes posible” las negociaciones con laboratorios y estados para anunciar cómo será el plan de vacunación. Argentina y Brasil, los dos países vecinos, ya comenzaron a vacunar aunque aún no establecieron cuándo lograrán la inmunidad de rebaño.

Más allá de los problemas del Covax, una crítica desde el Frente Amplio ha sido que el gobierno decidió salir a negociar de forma unilateral con laboratorios sin aprovechar otras plataformas regionales, como el propio Mercosur. 

En los últimos años, los países del bloque se han puesto de acuerdo para solicitar dosis de forma conjunta, por ejemplo contra el virus HPV o medicamentos de alto precio, y han destacado que esta forma de compra permitió abaratar costos. 

“Uruguay podría haber tenido una mayor articulación con algunos países de la región para establecer, tal vez, una compra conjunta, tener una mayor espalda y, sobre todo, conseguir una compra más barata y cercana en el tiempo”, dijo en la radio M24 el diputado Daniel Caggiani (MPP), que preside la comisión de asuntos internacionales de Diputados.

Este jueves, la dirección regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que Europa tenía que ser solidaria con las vacunas, teniendo en cuenta que hasta ahora el 95% de las dosis han sido utilizadas en 10 países.

A su vez, autoridades y empresarios vinculados al turismo observan con atención cómo evoluciona la carrera por la vacunación, para ver si se pueden abrir las fronteras y analizan si es posible la implementación de “pasaportes verdes”, una especie de certificado internacional que valide que las personas están inmunizadas. 

Este pasaporte, advierten, sería una llave para reactivar el turismo ya que habilitaría a las personas a no tener que realizar cuarentenas ni llegar a los destinos con un hisopado negativo.

En este contexto, una de las preocupaciones de las autoridades de los departamentos fronterizos es el avance desigual en la vacunación, porque entienden que no actuar de forma coordinada generará que siga habiendo contagios masivos entre los países por el desarrollo de la vida diaria, en la que los ciudadanos van de un lugar a otro.

El tema formó parte del intercambio en la primera reunión de trabajo entre el intendente de Rivera, Richard Sander, y la prefeita de Santana Do Livramento, Ana Tarouco, realizada en la mañana del jueves, según dijeron a El Observador fuentes del gobierno departamental. Sander y los legisladores de Rivera solicitaron a Lacalle Pou que el departamento tenga prioridad en la vacunación para generar una “barrera sanitaria” para el resto del país. El presidente, de acuerdo a lo que dijo el intendente en VTV, le dijo que sí. El ambicioso plan de vacunación de Uruguay prevé alcanzar a 150 mil personas por semana.