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UTE vuelve a ganar, pero sigue sin cumplir promesa de rebaja de tarifa
No sorprendió en nada, aunque había uruguayos que mantenían la esperanza de una rebaja en el precio de la electricidad para empezar el año con un alivio en sus bolsillos.
El viernes pasado el Poder Ejecutivo anunció los ajustes de tarifas públicas que regirán desde el próximo año y en el paquete vino incluido un ajuste de 5,7 % en los precios de UTE.
Uruguay dispone de energía abundante y los costos de generación son sustancialmente más bajos que en el pasado, en la medida que las energías renovables han ido ganando espacio en la matriz eléctrica y la participación de la generación térmica es mínima.
Ese tipo de razonamiento, junto con la promesa de una rebaja progresiva en el precio que pagan los consumidores residenciales por la energía eléctrica se ha repetido infinidad de veces en boca de distintas autoridades de gobierno en los últimos dos años, pero con el paso del tiempo han quedado en la nada.
El empeoramiento de las finanzas públicas ha jugado en contra y la prioridad del equipo económico ha sido la de hacer caja para atacar el déficit fiscal. Prueba de ello es que en varias oportunidades los ajustes han estado por encima de los que propuso el ente energético. Y en otras oportunidades cuando UTE sugirió que tenía espacio para una rebaja no encontró receptividad en el Poder Ejecutivo.
Por ejemplo, en 2016 cuando los técnicos de UTE recomendaron un ajuste de 7% se terminó concretando una suba de casi 10% y por encima de la inflación. Un año antes también había pasado algo similar.
Más cerca en el tiempo, en mayo de 2017 los equipos técnicos de UTE manejaron una propuesta que contemplaba una reducción general de 15% en las tarifas de electricidad y que se extendería por tres meses durante el invierno cuando hay más consumo. Pero nunca llegó la autorización de Economía que es el que fija las reglas de juego cuando hay que ejecutar esta clase de decisiones.
También en 2017 la ministra de Industria y Energía, Carolina Cosse valoró de forma positiva el retorno de la exportación de energía eléctrica a Brasil y dijo que esperaba que ello repercutiera en una disminución de las tarifas. "Ojalá", se limitó a decir cuando se le preguntó sobre el tema. Las exportaciones superaron los US$ 100 millones al terminar ese año y batieron récord.
Ese deseo no se materializó, aunque el tema estuvo sobre la mesa durante la discusión técnico-política que se laudó con un ajuste en el precio de la electricidad de 3,2% que rigió luego durante 2018. Tomando un escenario "optimista" de ingresos extraordinarios por exportación de energía a Brasil y otros ingresos, se manejó como posible un descenso de 5% en las tarifas. Era la aspiración de la mayoría del Directorio de UTE y el Ministerio de Industria, aunque algunos técnicos del ente lo consideraron un porcentaje "arriesgado". Ese mismo año el presidente de UTE Gonzalo Casaravilla admitió que las tarifas podían bajar pero reconoció “intereses encontrados”.
UTE es una de las principales fuentes de financiamiento entre los entes estatales –a costo cero– que el MEF utiliza para cubrir las necesidades de gasto público y buscar reducir el déficit fiscal. A modo de ejemplo, en los primeros seis meses de este año el ente obtuvo ganancias por US$ 300 millones y se encamina a obtener ganancias por sexto año consecutivo. Gran parte de esas utilidades van a parar a rentas generales.
La preocupación del MEF por mejorar el rojo de las cuentas públicas también queda clara en la política que se sigue respecto al precio de los combustibles. En un escenario de derrumbe de la cotización internacional del crudo, la rebaja de las naftas y el gasoil volvió a estar fuera del menú considerado en la sede ministerial de Colonia y Paraguay en las últimas semanas.
Rebaja para pequeñas y medianas empresas
