Varios allanamientos en propiedades del dueño del canal donde trabajaba Zelensky

A raíz de las denuncias de la Oficina Anticorrupción de la semana pasada, y tras las renuncias de varios funcionarios, el miércoles se llevaron a cabo diversos allanamientos según informó en la red Telegram David Arakhamia, líder del partido Servidor del Pueblo.

Uno de los blancos principales de la redada judicial y policial fue el multimillonario Ihor Kolomoiski, quien tiene ciudadanía israelí, chipriota y ucraniana. La ley en Ucrania prohíbe la doble nacionalidad; sin embargo, este hombre nacido en Dnipró, territorio ucraniano, obtuvo la nacionalidad de los otros dos países en 2014. Su argumento fue que la prohibición es para la doble y no para la triple ciudadanía.

Además, según la revista Forbes, tiene la octava fortuna del país y fue muy activo contra la separación de la República del Donbás desde 2014, alineándose brevemente con la presidencia de Poroshenko (2014-2019) y luego dijo alejarse de la política. 

Sus inversiones son tan diversas que abarcan desde el petróleo y las ferroaleaciones hasta la banca y los medios de comunicación. Dado a que Kolomoiski es dueño del canal de televisión 1+1, en el que Zelensky tenía el programa Servidor del Pueblo, durante la campaña electoral de 2019, arreciaron las críticas sobre la relación entre ambos, bajo el argumento de que el actual mandatario tenía una dependencia del magnate. Si bien Zelensky dijo tener una buena relación con Kolomoiski ambos siempre afirmaron que se trataba de un vínculo estrictamente profesional.

Los investigadores del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) difundieron el martes imágenes del registro del domicilio de Kolomoiski, implicado en un caso de malversación en empresas petroleras de 40.000 millones de grivnas (unos US$ 1.080 millones), según la agencia AFP.

Por otra parte, la oficina estatal de investigación llevó a cabo registros en los servicios fiscales, acusando "al jefe de la oficina fiscal de Kiev de conspiración para enriquecerse con varios millones de dólares". Además los investigadores entregaron a altos funcionarios del ministerio de Defensa notificaciones que los convierten oficialmente en sospechosos.

En su mensaje de Telegram, según un cable de AFP, David Arakhamia anunció el despido del jefe de la Aduana de Ucrania. Otros procedimientos, según el líder del partido Servidor del Pueblo, se realizaron en las oficinas de altos funcionarios del Ministerio de Defensa.

El país cambiará con la guerra, y si alguien no está preparado para el cambio, vendrá el Estado y lo hará cambiar", dijo Arakhamia, refiriéndose a la corrupción.

El martes de la semana pasada, el primero en renunciar fue Kirilo Timoshenko, subdirector de la oficina del presidente, quien supervisó la política regional y había trabajado anteriormente en la campaña electoral de Zelensky. Timoshenko fue acusado de usar autos de lujo pese a que, desde la invasión de Rusia, era un portavoz frecuente del gobierno.

En una publicación de Telegram, Timoshenko agradeció a Zelensky por "la oportunidad de hacer buenas obras todos los días y cada minuto". El viceministro de Defensa, Viacheslav Shopalov, también renunció la semana pasada después de que se informara que fue quien supervisó un acuerdo para el suministro de alimentos para el ejército que tenía sobreprecios. Según su departamento, se trató de un "error técnico" en el que ningún dinero había cambiado de manos. El propio ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, había quedado en la mira de los investigadores por la misma razón.

La urgencia del gobierno de Zelensky es que Kiev será sede el próximo viernes de una reunión con funcionarios de la Unión Europa, que piden medidas de transparencia a Ucrania que aspira a entrar en el bloque comunitario.

Las autoridades ucranianas, cuyo esfuerzo bélico depende en gran medida del apoyo militar y financiero de Europa y Estados Unidos, se enfrentan al reto de frenar la corrupción para no perder el apoyo de sus aliados.

Aunque todavía no hay certeza de los casos de corrupción, según AFP “los países occidentales verían con muy malos ojos que se desviaran los miles de millones de dólares en ayudas que el país recibe desde el año pasado para repeler al invasor ruso”.