Vázquez quiere acabar con choques en el Frente por la política exterior

También quiero, y si ustedes me permiten, saludar a un ciudadano de este departamento que se fue por ahí a Montevideo, estudió, trabajó, tuvo mil problemas. Hoy vuelve al país y le toca actuar como canciller interino. Pero canciller al fin. Me refiero a Ariel Bergamino a quien le damos la bienvenida".

Con esas palabras el presidente Tabaré Vázquez presentó en el Consejo de Ministros abierto del 25 de setiembre en la localidad de 19 de abril a su nuevo vicecanciller, un hombre que ha formado parte del primer círculo del mandatario. Con algo de vergüenza, el subsecretario agradeció el gesto.

Bergamino era el embajador uruguayo en Cuba cuando lo llamaron para que viajara a Montevideo con la misión de asumir la subsecretaría de Relaciones Exteriores ante la salida de José Luis Cancela, quien continuó su carrera diplomática en Ginebra como representante uruguayo ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y otras instituciones internacionales.

La dedicada presentación pública que el mandatario hizo de su nuevo vicecanciller no debería resultar extraña si se considera la relación de amistad que tienen desde hace años. Bergamino fue el escriba que contribuyó a darle forma y contenido a los discursos de Vázquez, lo cual habla de la confianza que el presidente le depositó.

Por eso su llegada como número dos del Ministerio de Relaciones Exteriores no es casual. La movida del presidente tiene un objetivo concreto: hacer de Bergamino un articulador con el Frente Amplio para que las decisiones en materia de política exterior no sean un permanente punto de tensión con el partido, dijeron fuentes de presidencia y del Frente Amplio a El Observador.

La posición del gobierno sobre la salida de Dilma Rousseff de la presidencia de Brasil, la crisis venezolana, la discusión por el Acuerdo Marco sobre Comercio e Inversiones (TIFA) con Estados Unidos, la posibilidad de alcanzar nuevos tratados de Libre Comercio (TLC), la continuidad de las misiones de paz, la llegada de un diplomático norcoreano al país y recientemente la situación provocada a partir del referéndum independentista catalán han sido todos puntos de tensión entre el gobierno y la coalición de izquierda.

En ese intercambio, el canciller Rodolfo Nin Novoa ha sido generalmente cartón ligador de quienes apuntan sus dardos hacia la política exterior de la administración de Vázquez.

Por eso la misión de Bergamino es reforzar políticamente al ministro y al gobierno y apaciguar las aguas de los opositores frenteamplistas. De hecho, la decisión de la designación es exclusiva del presidente, quien desechó dos sugerencias de su canciller para ese cargo: el actual director ejecutivo de Uruguay XXI, Antonio Carámbula, y el embajador uruguayo en Buenos Aires, Héctor Lescano. Esos dos hombres son de la confianza del ministro pero no respondían al perfil que buscaba Vázquez.

A Carámbula no querían moverlo de donde está (ni él se quería ir) porque existe una muy buena valoración de la tarea que está desempeñando. En el caso de Lescano, el antecedente de su alejamiento del Ministerio de Turismo durante el anterior gobierno por pedido expreso del entonces presidente José Mujica, le juega en contra.

La llegada de Bergamino también implica un cambio respecto al perfil del subsecretario. Mientras que Bergamino es un asesor netamente político, Cancela es un profesional de carrera que apoyó a Nin Novoa en dos tareas importantes: ordenar la casa tras el remolino que implicó la gestión del Movimiento de Participación Popoular (MPP) en la cancillería y asesorarlo en temas de política exterior.

De hecho, durante la despedida de Cancela organizada por la Asociación de Funcionarios del Servicio Exterior del Uruguay (Afuseu), Nin se emocionó al decir que se había sentido respaldado en todo momento por el vicecanciller, dijeron a El Observador tres participantes de esa reunión.

¿Hasta qué punto podrá Bergamino cumplir con el mandato presidencial? Los próximos meses dirán si el gobierno puede lograr algo de paz en temas de política exterior.