Vino: proyecciones alentadoras y el desafío de crecer en exportaciones de envasados
Mientras la cosecha 2022 muestra buenos rendimientos, Uruguay busca llegar a nuevos mercados con sus vinos finos
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14 de febrero de 2022 a las 05:10
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Estamos en plena época de vendimia. Los productores uruguayos comenzaron a recolectar sus uvas a mediados de enero y saben que esta etapa se prolongará hasta el mes de marzo. Las condiciones de esta temporada 2022, después del calor amenazante de los primeros días y la lluvia que cayó después, favorecieron “un buen comienzo de año”, según dijeron los productores consultados.
Son días intensos, a tal punto que al momento de dialogar con Café & Negocios, el enólogo de Bodegas Bouza, Eduardo Boido, se tuvo que apartar de sus actividades entre los viñedos: “Creo que en los últimos años se ha visto un incremento de la producción de vinos de mayor calidad: con vinos de corte, por ejemplo, es decir, que combina diferente clases de cepas”.
El enólogo, que ha trabajado durante toda su vida en la industria vitivinícola uruguaya, también advierte “una disminución del consumo de los vinos de mesa producto de los cambios de hábitos”. Estos cambios obedecen, por ejemplo a la tolerancia cero en el tránsito o la inclusión de las bebidas sin alcohol. Según el experto, el paladar más exigente de los consumidores ha llevado a un mayor consumo de vino fino y también a una mayor exportación de esta variedad.
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En Uruguay, se producen entre 75 y 80 millones de litros de vino al año, según el Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi). A grandes rasgos, el 70% de lo que se produce en el país se dirige al mercado nacional y el 30% se exporta.
Además, en Uruguay hay 200 bodegas, 140 de las cuales son elaboradoras y 60 compran y venden vino a granel. Según Inavi, en los últimos años las bodegas nacionales presentan “una estabilidad importante, con tendencia al crecimiento”.
Entre clásicos y nuevas tendencias
“La joya de la corona sigue siendo la tannat”, explicó el presidente del Inavi, Ricardo Cabrera. Aunque “en los últimos años los uruguayos, que solemos tener gustos más tradicionales, estamos probando nuevas tendencias en vinos; el consumidor uruguayo actualmente es muy exigente con esta clase de productos”, agregó Cabrera.
En este sentido, el también enólogo confirmó que otros clásicos que no fallan en la plaza nacional son el cabernet sauvignon o el merlot. En cuanto a los vinos blancos clásicos: cabernet blanc, chardonnay y, “desde hace unos años, el albariño o el tempranillo (procedente de España), son vinos que se están posicionando muy bien en el gusto del consumidor y en la forma de elaborarlo”, sostuvo.
El consumo de vinos en Uruguay venía aumentando hasta el año pasado, cuando se estabilizó respecto a 2020, el año de la pandemia. “El consumo interno en 2021 tuvo una meseta, aunque sí siguió creciendo si lo comparamos con 2019 (prepandemia). Si lo comparamos con 2020, no creció tanto”, sostuvo Cabrera. “De todos modos, a fin de 2021 fue importante el consumo”. puntualizó.
Según datos reportados por Inavi, en 2020 los uruguayos consumieron 72.299.783 litros de vino, mientras que en 2019 esta cifra se había situado en 64.678.129. Esto quiere decir que en el año previo a la pandemia se consumieron 7.621.654 litros menos que en 2020.
Este fenómeno se dio pese al cierre de los restaurantes, la cancelación de eventos sociales e, incluso, la clausura de paseos por los viñedos, actividad conocida como enoturismo, en que los visitantes degustan las diferentes clases de esta bebida y adquieren estos productos.
Según Cabrera, el aumento de compras de vino en el país no se vio afectado por la pandemia “porque la gente, al estar recluida, consumió más en función de que no hay transporte en vehículos. Este fue uno de los principales factores de aumento del consumo”.
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Las estadísticas elaboradas por el organismo indican que en 2021 se importaron 250.886 litros de vinos (entre tinto, clarete, rosado, blanco y refrescante). Las ventas nacionales fueron de 64.112.448 litros. En 2020, se importaron 2.994.655 litros de vino, mientras que las ventas nacionales fueron de 68.405.739 litros.
Los datos indican un leve descenso en las ventas, fenómeno que se puede vincular a la apertura de las actividades, después de que se cumpliera el primer año de la llegada del covid-19 a Uruguay, al mismo tiempo que el confinamiento fue perdiendo fuerzas, en términos de los especialistas del sector.
De Uruguay al mundo
En cuanto a las exportaciones de vinos, “se estabilizaron respecto de 2020, pero crecimos en valor”, explicó Cabrera. En este sentido, el presidente del Inavi sostuvo: “Llegamos a exportar casi US$ 19 millones; más de 9 millones de botellas de 750 mililitros. Lo más importante es que el vino tiene la identidad del país en la etiqueta, es de los pocos productos de exportación que tiene la marca y que todo el mundo sabe de dónde es y quién lo elabora”.
La pandemia, además, no fue un obstáculo para que la llegada de botellas de vinos uruguayos al exterior se detuviera —hasta 2021—. “A pesar de la pandemia hubo un crecimiento de las exportaciones en 2020 (es decir, aumentó el consumo interno y el externo). En ese año las exportaciones se incrementaron en 14% respecto de 2019, y empezaron a crecer también en valor, que eso es muy importante”, sostuvo Cabrera.
Si consideramos la exportación a granel en 2020, es decir la carga líquida que se vende al exterior sin empaquetar ni embalar, esta cifra fue de 1.584.411 litros de vinos tintos, clarete, rosado, blanco y refrescante (sin tomar en cuenta al espumoso, a algunos subproductos, el vermouth, la sidra y otros productos que nacen del proceso productivo del vino). En 2021 los litros exportados fueron 73.000, lo que implica una baja pronunciada respecto a 2020.
Por otra parte, los litros envasados que se colocaron en el exterior durante 2020 fueron 5.346.986, mientras que el año pasado esa cifra se ubicó en 5.192.596. Si bien hubo una disminución en el volumen exportado, su valor se incremento en US$ 3,5 el litro envasado.
En este sentido, en el global, Cabrera explicó a Café & Negocios que el año pasado “se exportó casi 4% menos en litros, pero casi 10% más en valor”.
Además, el enólogo explicó que la mayor parte del vino colocado en el mundo es el envasado, es decir, que se trata de vino fino. “Eso es un valor agregado y es muy importante —añadió— porque la etiqueta de la botella indica la procedencia del producto, esto permite que los consumidores en el exterior conozcan la calidad de nuestra producción y el vino uruguayo llegue a nuevos lugares”.
El destino predilecto para colocar los vinos uruguayos sigue siendo Brasil, que se consolida año a año como el principal receptor del rubro. Estados Unidos pasó de ser un mercado emergente para los vinos finos nacionales a consolidarse como una de las principales plazas de colocación para estos productos.
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En total, Uruguay cuenta con 50 destinos para posicionar sus vinos. “Estamos incursionando en Suecia, Finlandia, México, Canadá, Inglaterra. En estos países no es fácil entrar porque tienen mucha oferta, pero sí son estables en cuanto a la compra”, dijo Cabrera.
El presidente de Inavi, además, sostuvo que estos países “son grandes consumidores y la mayoría de los mercados tienden a venderles a Inglaterra, donde es difícil ingresar, pero una vez que se logra es un mercado muy estable y con crecimiento. Para nosotros este es un país muy interesante para vender nuestros vinos en buenas condiciones y a buenos valores”, sostuvo Cabrera.
¿Qué vinos uruguayos prefiere el mundo?
El tannat vuelve a ser la joya de la corona. También es el preferido por los mercados internacionales, según datos reportados por Inavi. “Esto se debe a que es complejo encontrar uvas de variedad tannat en otros países y que a la vez sean tan bien presentadas como el tannat uruguayo”, dijo el especialista a Café & Negocios.
El tannat se encuentra originariamente en Francia, pero es elaborado de diferente forma que el uruguayo. También se produce algo en Argentina (aunque “su joya” sea, por lejos, el malbec) y en Chile. A su vez, en Brasil recién se está incursionando en esta variedad.
De todos modos, el tannat uruguayo es una marca registrada del país y “la más vendida”. De hecho, logró popularizarse y ha sido distinguido en varias ocasiones a través de sus cosechas. Uruguay fue reconocido como país del Tannat, en 1994 y, en el 2014, el vino uruguayo fue declarado bebida nacional.
Otras variedades producidas en Uruguay que también se destacan en el mundo son la cabernet sauvignon, la merlot y la pinot noir. “También nos estamos destacando con los vinos rosados y los blancos”, destacó Cabrera.
Un rubro en crecimiento
En los últimos años, decenas de extranjeros llegan a las bodegas uruguayas para visitarlas, adquirir y degustar vinos. La mayoría de las bodegas uruguayas son gestionadas por sus dueños o los descendientes directos de los fundadores. “Esto es un valor agregado”, señaló Cabrera.
El enólogo sostuvo que en los últimos 10 años se ha dado un crecimiento importante de inversores extranjeros que consultan sobre las inversiones en el país, sobre bodegas y viñedos.
“Es importante que lleguen al país inversores en el rubro vitivinícola porque da la pauta de que el sector está trabajando bien y los resultados de inversión puede ser importante. Desde que estoy en la gestión del Inavi he recibido consultas puntuales de interesados para ingresar formalmente en el círculo vitivinícola”, dijo el enólogo.
“Eso alienta a seguir produciendo por y para el sector”, concluyó Cabrera. En la actualidad, Uruguay cuenta con inversores de Argentina, Brasil y algunos europeos que tienen viñedos pequeños con perspectiva de crecimiento.
La más importante de ellas en los últimos años fue la fundación de Bodega Garzón, en Maldonado, que se inauguró en 2016. El empresario argentino Alejandro Bulgheroni concretó un proyecto de US$ 85 millones, que, además de los viñedos, incluye un restaurante para 120 comensales, diversas actividades enoturísticas y un exclusivo club de vinos.
De hecho, en la primera edición de los World Best Vineyards Awards, llevada a cabo en 2019, la reciente bodega Garzón y la clásica Bouza fueron reconocidas dentro de las 50 mejores bodegas del mundo para ser visitadas.
Bodega Familia Deicas
La del mejor winemaker de Uruguay y de las cinco más influyentes del continente, según Decanter
En 1979, la familia Deicas adquirió la bodega Establecimiento Juanicó. En aquel entonces comenzó a imprimirle una nueva impronta al introducir nuevas tecnologías para elaborar vino. En 1996, la bodega obtiene la Gran Medalla de Oro en el prestigioso concurso Bacchus de España (el primero en llegar a Uruguay).
El último reconocimiento en recibir fue por su enólogo, Santiago Deicas, tercera generación que gestiona la bodega familiar, en 2021. El enólogo fue el único uruguayo reconocido por la prestigiosa publicación inglesa Decanter entre los cinco winemakers más influyentes de Latinoamérica. “Nuestro propósito es alcanzar la más alta calidad, incluso aquella que no podemos soñar”, dijo el enólogo en diálogo con Café & Negocios.
Bodega Bouza
Productora de 4 de los 20 mejores vinos uruguayos, para Tim Atkin
En el segundo reporte que el periodista especializado inglés Tim Atkin les dedicó a los vinos uruguayos, la Bodega Bouzá fue de las tres marcas más destacadas del país. En este sentido, Atkin destacó al Bouza Tannat Pan de Azúcar 2018 (que lo nombró como el tercer mejor vino del país); al Bouza Riesling 2019; Bouza Albariño 2020 y Bouza Merlot Pan de Azúcar 2018. Además, Bouza es de las mejores 100 bodegas de todo el mundo, según ranking World’s Best Vineyards 2021, que dejó a la uruguaya en el puesto número 66.
“Si bien Bouza es una bodega mediana, nuestros vinos finos tienen presencia en América, Europa y Asia”, señaló Eduardo Boido a Café & Negocios, que además dijo que desean potenciar el enoturismo para 2022.
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Bodega Garzón
La cuarta mejor del mundo, según el World’s Best Vineyards
Garzón llegó a Maldonado en 2016, tras una inversión de Bulgheroni. Desde que la bodega se inauguró no ha parado de ganar reconocimiento a escala internacional. Según el World’s Best Vineyards 2021, es la cuarta mejor bodega del mundo, lo que la convierte en la mejor del país, según este ranking. Además, 6 de los mejores 20 vinos del país se producen en Garzón, para el periodista especializado en Tim Atkin.
“Exportamos a más del doble del precio promedio del país porque producimos de los mejores vinos del continente”, dijo Christian Wylie, managing director de Bodega Garzón. Wylie explicó a Café & Negocios que Estados Unidos es el principal destino de sus exportaciones, seguido por Brasil.
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