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Violencia hacia niños: en 2020 se atendieron más de 13 situaciones por día
La pandemia fue un "socio importante de la violencia hacia los niños y adolescentes" durante el año 2020, dijo el presidente del Instituto Uruguayo del Niño y Adolescente (INAU), Pablo Abdala.
El encierro, las clases no presenciales, la falta de trabajo y la angustia generada por el covid-19 llevó a que aumentaran los casos de violencia intrafamiliar ejercida hacia menores de edad, y a complejizar la tarea de los técnicos que intervienen abordando estas situaciones.
Durante 2020, el Sistema Integral de Protección a la Infancia y a la Adolescencia contra la Violencia (Sipiav) intervino en 4.911 casos de violencia hacia niños y adolescentes, lo que implica que fueron más de 13 situaciones por día y 137 más que el año anterior, informó la coordinadora del Sipiav, María Elena Mizrahi, durante la presentación del informe anual este viernes.
La especialista remarcó que estos fueron los casos concretos que los técnicos pudieron captar y atender, pero "posiblemente haya un subregistro de situaciones".
Las mujeres fueron las más afectadas por la violencia (56%). En cuanto a las edades, la franja de 6 a 12 años se mantiene como la de mayor detección de casos (38%), y eso se explica por el "nivel de institucionalización" de los menores de esa edad, ya que esos niños asisten a la escuela o intervienen otros organismos del Estado que contribuyen a la visualización de los casos.
Luego le siguen los adolescentes de 13 a 17 años con el 35% de las situaciones de violencia, con un porcentaje que va en aumento en los últimos años porque Sipiav logró "captar" a este segmento, algo que hasta hace un tiempo era más difícil, explicó Mizrahi.
Otra cifra que preocupa a las autoridades del Sipiav –integrado por el INAU, Ministerio del Interior, Fiscalía General de la Nación, la Administración Nacional de Educación Pública, el Ministerio de Desarrollo Social y el Ministerio de Salud Pública– es la franja de entre 0 a 5 años, con un 17% de situaciones de violencia detectadas y una "mayor vulnerabilidad" para las víctimas al momento de abordar la situación.
En cuanto a los tipos de violencia, el informe detalla que el maltrato emocional es el que más impacto tiene entre niños y adolescentes (34% de los casos), seguida de la negligencia (26%) y el abuso sexual (19%). En este tipo de maltrato se intervino en 928 situaciones (más de dos por día), tres de cada cuatro fueron mujeres y casi la mitad (44%) tenían entre 13 y 17 años.
Luego le sigue el maltrato físico, también con 19%, y la explotación sexual en el 2% de los casos.
Identificación y frecuencia
Una de las dificultades a la hora de abordar la violencia hacia los menores de edad es que no todos se visualizan como víctimas, lo que hace más largo el proceso para solicitar ayuda y la posterior intervención.
El informe indica que el 67% de las víctimas visualiza que sufre alguna situación de violencia, pero hay una mayor feminización, ya que los varones no se visualizan en el 67% de los casos y el 59% de los casos no se consideran víctimas. Según Mizrahi, esto se debe a la "concepción de lo que significa ser un hombre en la sociedad".
La frecuencia de las situaciones de violencia se vincula con el ámbito en el que transcurren, ya que si ocurre dentro de la familia, suele haber cierto "secretismo" y, por lo tanto, hay más posibilidades de perpetuarse.
"Los equipos que trabajan en la atención directa no siempre llegan en el primer momento. Son situaciones largas, no son episodios únicos y eso repercute en los técnicos y en los tratamientos", explicó la coordinadora del Sipiav. En este sentido, en el 75% de las situaciones de violencia hubo recurrencia.
En el informe se indica que los principales agresores de niños y adolescentes son familiares directos (91% de los casos). El padre es el que más ha ejercido violencia hacia los menores, en el 38% de las situaciones, luego la madre (24%), seguido de la pareja de la madre con el 15%.
Mizrahi explicó que eso "incide sobre el abordaje de los casos", y la colaboración en la protección de los niños, ya que la situación cambia si los agresores están en el entorno cercano del menor.
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Dispositivos de atención
En líneas generales, Mizrahi anunció que a nivel de Sipiav mejoró la detección de situaciones de violencia, pero todavía es necesario profundizar en el "seguimiento a largo plazo y en la reparación de daños".
"No es un informe complaciente", apuntó, ya que existen "dificultades en la articulación" entre los diferentes organismos, especialmente en áreas urbanas, ya que hubo un "importante desarrollo de los dispositivos en el interior".
Además, destacó el avance de la presentación de denuncias en la Justicia, a partir de la incorporación de la Unidad de Víctimas de la Fiscalía.
Por su parte, Abdala se refirió al acuerdo firmado el año pasado con el Ministerio de Salud Pública para trabajar en conjunto en la reparación del daño una vez que interviene Sipiav en cada caso.
