A través de un comunicado, Wanda Nara desmintió que tanto ella como su madre, Nora Colósimo, y su esposo, el futbolista Mauro Icardi, hayan sido imputados por trata de personas y reducción a la servidumbre, como se había publicado esta semana.
La empresaria y mediática aseguró en un comunicado, publicado por la periodista argentina Laura Ubfal, que "habiendo tomado contacto directo los profesionales que me asesoran en las actuaciones aludidas, resulta: falso que exista una imputación formal contra Wanda Nara, Mauro Icardi y Nora Colosimo. Es falso que exista una ratificación de denuncia".
En el texto agrega "A la fecha, la justicia se encuentra investigando la ´maniobra´ de la que viene siendo víctima esta familia. Se encuentra en trámite la investigación acerca de quién ha divulgado esta falsa información con el consecuente perjuicio que esto ha ocasionado".
La denuncia mencionada fue presentada por Carmen Cisnero, exempleada de Icardi y Nara en su residencia en Milán, Italia. Presentada a comienzos de este mes, la denuncia se refiere a la situación laboral de Cisnero en Milán, donde trabajaba en la casa de campo de la familia.
"Todo el tiempo me hicieron sentir que no era nada, por lo que tenía constantes ataques de pánico, producto del miedo, de no poder salir de la casa por temor a que me detuviera la policía, no tenía atención médica ni psiquiátrica, jamás me abonaron el sueldo, me trataron como basura", dice la trabajadora en la denuncia.
La empleada había reclamado ser abandonada por el matrimonio en la casa de Italia, y que se le adeudaban varios sueldos, una acusación a la que Nara respondió afirmando que Cisnero la había traicionado y que había cumplido sus responsabilidades como empleadora.
El ida y vuelta de acusaciones llevó a que en agosto, Cisnero se presentara ante la Justicia argentina para hacer una denuncia formal contra las tres personas señaladas, declarando que no se le daban días de descanso acordados previamente, y que se tramitó su visa italiana alegando "asilo político".
El abogado de Cisnero, Alejandro Cipolla, dijo que esa situación "es una defraudación al estado italiano y de un estado de vulneración tremendo. Era cuando ya estaba en Italia viviendo después de un año. Estaba para ser deportada y en vez de blanquear la situación laboral, prefirieron llevarla con una funcionaria italiana a pedir un asilo político".
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