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Z Fold 2: un teléfono plegable extravagante que sorprende

Este nuevo dispositivo de Samsung es tan excéntrico como todo lo que primero miramos de lejos, pero luego disfrutamos de cerca
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29 de noviembre de 2020 a las 05:00

Luego de usar durante una semana esta pequeña obra de arte de la tecnología, es imposible no asombrarse con el nivel de detalle de la pantalla, la forma sutil en que se pliega -de manera que es casi indetectable donde se divide-, la experiencia inmersiva y la facilidad que suma a muchas tareas el tamaño de la pantalla extendida. Incluso cuando se lo usa plegado, transformado en un celular “regular” pero tal vez un poco más grueso de lo que estamos acostumbrados en los últimos tiempos de móviles super finos, el Z Fold 2 sigue siendo un gran dispositivo.

Con la llegada a Uruguay del nuevo Samsung Galaxy Z Fold 2, la marca coreana estrena su tercer celular plegable en poco más de un año. Con este desarrollo, que supera en funcionalidades y tecnología al primer Fold, la empresa asiática se asienta como ningún otro fabricante en una categoría que aún puede parecer una extravagancia, pero que tiene el potencial de evolucionar hasta convertirse en una tan fuerte como la de los phablets (cuyo principal representante fue inicialmente la línea Note) e incluso la dominante en el mundo de los móviles.

Todo lo anterior se enfrenta a un precio de US$ 2.690. Es decir, cuesta más que una computadora (no hay novedad, hace tiempo que los celulares de alta gama son más caros), más que una televisión de muchas pulgadas (esto sí es novedoso) y más que la mayoría de los electrodomésticos caros que usamos en nuestras casas. Pero tan cierto como lo anterior es el hecho de que para muchas personas la inversión más importante es su celular.

La evolución desde que se realizó el primer lanzamiento de un plegable de Samsung (febrero de 2018, en San Francisco) fue dolorosa para la compañía pero sin dudas productiva. Ese primer celular tuvo serios defectos que obligaron a retirarlo del mercado, sobre todo en lo concerniente al “alma” de los plegables, que es la compleja bisagra que permite doblarlo y la pantalla compuesta por múltiples láminas. Luego salió el Z Fold, más pequeño pero con esa bisagra ya reforzada.

 Solo el uso reiterado confirmará lo que la empresa asegura; en base a mi corta experiencia con este nuevo celular creo que soportará todo lo que tiene que soportar, bajo un uso normal. También tiendo a pensar que con este modelo comenzará a asentarse la categoría y que con la gradual baja de precio que suele acompañar al proceso en el que una novedad se convierte en rutina, seremos muchos los que adoptaremos estas pantallas plegables sin ya cuestionarnos siquiera sin son más o menos durables o más o menos cómodas.

El Z Fold 2 definitivamente no es un móvil portable, de esos que se llevan en el bolsillo. Esta categoría tuvo un pequeño renacimiento en los últimos años, impulsada sobre todo por las costumbres de los más jóvenes de andar por el mundo solo con un celular en la mano, al que se le adosa en su protector la cédula de identidad y una tarjeta de crédito. Pero no ha afectado en absoluto el reinado de las grandes pantallas que, en todas las marcas, no paran de agrandarse.

Cuando este teléfono está cerrado, es alto, delgado y un poco más grueso que dos celulares uno arriba del otro. Es decir, no mantiene las proporciones a las que estamos acostumbrados pero su modo “cerrado” no es el natural del Z Fold 2. Toda la tecnología de este objeto que pesa sólo 280 gramos tiene sentido si se lo usa en su modo desdoblado, el de tableta con una pantalla de 7.6 pulgadas. En ella se ve un pequeño agujerito para la cámara y no tiene el famoso notch que tanto molesta a algunos usuarios, esa barra negra que efectivamente puede resultar molesta a la hora de aprovechar el poderío de este display.

Es por eso que el Z Fold 2 se usa muy naturalmente como una tableta, pero resulta algo extraño como celular para hablar. En el tironeo entre ambas funciones, todo lo que permite hacer como tableta le gana por goleada al modo teléfono. Tiene además un modo híbrido, por llamarlo de alguna manera, en el que se termina usando como un pequeño libro, plegado en diferentes ángulos y con diversos objetivos, como por ejemplo tomar una foto sin tocar el teléfono o hacer una videollamada sin apoyarlo en otro objeto.

Para lograr esta evolución Samsung debió trabajar mucho en la bisagra, que ahora tiene pequeños cepillos en el interior y otra serie de innovaciones que permiten usarlo doblado en diferentes ángulos. También mejoró el material del que se hace la pantalla, algo que la empresa llama Ultra Thin Glass (cristal súper fino), pero que es una combinación con plástico porque solo una de las cinco capas que componen el Z Fold 2 es de cristal. La capa que tocamos es en realidad un protector de pantalla de plástico que viene de fábrica. A diferencia de otros protectores, este no puede ser retirado por el usuario sino que debe ser llevado a un reparador oficial Samsung en caso de que se raye o dañe.

Cuando está cerrado el celular tiene una superficie de 6.2 pulgadas pero una proporción muy diferente a la del resto de los que se venden en el mercado, incluyendo los propios Samsung. En este modo es posible escribir y sacar fotos, entre otras funciones. Muchas apps, además, se pueden abrir en el modo cerrado y se amoldan automáticamente al modo tableta cuando se abre el Z Fold 2.

La adaptación de Android en la que debió trabajar Samsung para que la interfase trabaje correctamente entre una y dos pantallas, es novedosa y aunque todavía falta camino por recorrer, promete. En el modo tableta, el Z Fold 2 permite desde una ventana a tres abiertas al mismo tiempo, así como ventanas flotantes. Todo esto hasta ahora apenas era posible en algunas computadoras y tabletas. Se pueden incluso guardar pares de apps que al tocarlas abren más de una app al mismo tiempo.

Uno de los pliegues que se puede usar, al que Samsung llama Flex, permite un mejor aprovechamiento de las cámaras, que son buenas pero en cuyas características no profundizaré porque no está allí la novedad. De hecho las cámaras de Z Fold 2 están un nivel por abajo del Galaxy S20.

La pantalla desplegada es la joya de la corona de este celular, que permite no solo una productividad multiplicada sino también una experiencia única de entretenimiento, ya sea a la hora de mirar videos (el 4K en ese celular es por fin 4K de verdad) o de jugar videojuegos hechos para este formato.

Si a lo anterior se le suma una memoria de almacenamiento grande (256 GB, con posibilidad de expansión), una memoria RAM de 12 GB, una batería y un procesador poderosos para bancar el rendimiento de este enorme celular, el combo no decepciona. El sonido es otro de los puntos altos que me llamó la atención, algo que descubrí en las muchas horas que pasé mirando videos.

En muy resumidas cuentas, este combo 2x1 que nos acerca el nuevo celular plegable de Samsung es excéntrico y tan extravagante como todas las cosas nuevas que primero miramos con recelo de lejos y luego disfrutamos de cerca, como si siempre hubiera formado parte de nuestras vidas.

El precio es un freno, es verdad, pero la tecnología avanza rápido y, tal vez, en un futuro cercano podamos comprar un plegable sin generar deudas innecesarias ni cargos de conciencias.

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