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21 de junio 2024 - 5:00hs

Hay algunos determinantes que explican el uso y consumo de drogas: disponibilidad de la droga, aceptación social, percepción del daño que ocasiona su consumo. Cuanto más fácil sea la llegada a la droga, más aceptable socialmente sea su consumo, y menos sepa la gente de los daños que ocasiona, mayor es la chance de que se la utilice.

A lo largo del tiempo, distintos países han concebido metas y estrategias diferentes. Desde tener como meta la procura de una sociedad libre de drogas (prohibición) a tener como meta la reducción de los efectos dañinos que producen las drogas en la sociedad (control y regulación para reducir daños). Un tercer enfoque (liberal) privilegia la autonomía de las personas para decidir y elimina la prohibición, salvo para prevenir el daño a otros. Deja pensando esto de “salvo para prevenir el daño a otros”. El impacto negativo del consumo abusivo de drogas va más allá del daño que ocasiona al consumidor; afecta a familiares y a la sociedad en general.

No cabe dudas del daño que el comercio de drogas produce en las sociedades (corrupción, crimen, violencia). ¿Qué hacer para combatirlo con efectividad?

Con la ley de marihuana se decía que lo que se buscaba era una "alternativa" para luchar contra el narcotráfico. Se sostenía que por la vía de la represión "la batalla estaba perdida en todo el mundo y desde hace tiempo". A la luz de la evidencia, la iniciativa no logró dar un golpe al narcotráfico (cometido anunciado), ni bloquear y disminuir el avance del consumo de drogas. El narcotráfico engordó. El consumo de drogas aumentó. Parece oportuna una buena investigación evaluativa de los resultados de la ley de marihuana aprobada en diciembre de 2013 (su implementación y sus resultados en función de lo que se buscaba).

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Los patrones individuales de consumo van desde el consumo experimental al consumo habitual y al consumo dependiente, pasando por el consumo no problemático y el consumo problemático. La trayectoria del consumo de drogas varía según las personas y las drogas. Si bien no todos los consumidores siguen el camino de la adicción, el inicio es el uso recreacional. De la experimentación y la recreación al uso continuado y riesgoso (dependencia) y de la dependencia a la adicción (compulsión por administrarse la droga, ausencia de control sobre la situación, aumento progresivo de la dosis).

La continuidad en el consumo termina por producir neuroadaptaciones que van modificando al cerebro. El resultado último de estos cambios es un cerebro hecho (“cableado”) para el consumo de drogas. Es lo que hace luego difícil dejar de consumir. No hay que hacerse trampas al solitario.

Dicho todo lo dicho, creo necesario y deseable buscar reducir y combatir el consumo de drogas no sólo por el lado de la oferta (fundamental), sino también por el lado de la demanda. Subrayar la importancia de reducir chance de que se crezca desarrollando conductas de riesgo y propensión al consumo de drogas. El tratamiento de los adictos y la prevención del inicio en el consumo de drogas son un complemento ineludible para complementar los esfuerzos por reducir la oferta. Requiere colaboración interinstitucional en materia de prevención, tratamiento y aplicación de la ley.

Sabemos que los enfoques de prevención muestran resultados en el mediano y largo plazo pero vaya que es importante trabajar hoy con el fin de reducir significativamente la prevalencia de consumidores en los próximos cinco, diez, veinte años. Lograr disminuir la prevalencia de consumidores es la mejor forma de combatir al narcotráfico.

Vale, se impone, intervenir a tiempo para fortalecer factores de protección, disminuir factores de riesgo (abuso de sustancias por parte de uno de los progenitores, falta de orientación parental, una familia conflictiva y disfuncional, experimentación precoz con drogas, etc.) y evitar el desarrollo de propensión al consumo de drogas. Lo que no se hace a tiempo, y bien, se lamenta y sufre después. Los programas de prevención y sensibilización son, a mi entender, la necesidad del momento, un camino a seguir.

Estrategias de prevención pensadas y diseñadas para abordar distintos niveles de riesgo. Programa de prevención universal, como la educación sobre drogas. Intervenciones focalizadas para aquellos que son especialmente vulnerables a las drogas debido a factores de riesgo personales, familiares y comunitarios. Intervenciones intensivas dirigidas a los adolescentes y jóvenes que ya están experimentando con drogas o muestran comportamientos de riesgo.

Programas preventivo-educativos que se inicien en las escuelas para que los niños reciban los mensajes a una edad temprana y continúen hacia la adolescencia. Las escuelas públicas y los liceos públicos, por su red territorial y su vínculo con los distintos barrios y zonas del país, pueden cumplir una función central para la aplicación de programas preventivos.

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