Hace dos años, con la adquisición de E l Observador, se comenzó con un proceso vertiginoso. Primero fue amalgamar culturas, historias que debían conjugarse en un camino en común que no se podría haber hecho sin la participación de todos, en especial de la redacción.
Luego vino el primer paso, pasar de una cultura del papel a una digital. Es un aprendizaje constante, los cambios nunca paran, son dinámicos.
En este camino tuvimos muchas alegrías: El Observador se convirtió en un actor central en la competencia entre los medios liderando, muchos meses, el ranking de visitantes únicos. Una competencia sana que nos hace crecer todo el tiempo.
Ser un medio digital tiene sus paradigmas: las redacciones deben adaptarse a la transformación constante. El viejo modelo de redacción no alcanza para estos desafíos, El Observador busca valor agregado para nuestros lectores siendo un medio generalista, pluralista y amplio.
Es en ese camino que estamos orgullosos de muchos de nuestros periodistas, que lograron prestigiosos premios o expusieron en auditorios internacionales sobre investigaciones que llevaron a cabo.
El Observador creció, se sumaron las webs de Argentina y España, y pronto Estados Unidos, que junto a la radio El Observador dotan al medio de una perspectiva regional.
Ahora estamos al frente de otro gran desafío: una nueva web, con nuevas herramientas y nuevas tecnologías que buscan mejorar la experiencia del lector. El objetivo que motiva este cambio es que el portal sea más agradable, dinámico y que cuente con más opciones a la hora de informarse.
Este nuevo portal incorpora la Inteligencia Artificial, que sin lugar a dudas llevará a nuestro oficio a cambios profundos. Nada será igual con la aparición de esta herramienta, pero sabemos que la función del periodista no puede ser reemplazada. El chequeo de fuentes y la confirmación de la noticia, así como el estilo de escritura, es algo que los robots o los bots, en este caso, no pueden simular.
Gracias a los accionistas, este nueva tecnología significó una inversión que los medios no están acostumbrados a tener. No sólo es dinero, durante estos dos años se capacitó y se formó en las herramientas a nuestros periodistas.
Esta constante capacitación vino acompañada de nuevas oficinas, con el objetivo de que los periodistas se sientan en un lugar cómodo para realizar sus tareas.
El nuevo sitio busca transitar ese camino donde encontrarnos con una nueva identidad de El Observador, manteniendo la jerarquía periodística que siempre lo destacó, incorporando las nuevas tecnologías y apostando al desarrollo profesional de nuestros periodistas.