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20 de octubre 2025 - 9:57hs

Uruguay, al igual que el resto de la región, atraviesa un punto de inflexión sanitario: la concentración de servicios complejos en las capitales limita el acceso oportuno en el interior, encarece los traslados y retrasa los diagnósticos. En el Roche Press Day 2025, representantes del ámbito académico, público y privado coincidieron en la urgencia de acercar la atención a las comunidades a través de la innovación clínica, la reorganización de los servicios y una prevención sostenida, con el foco puesto en la equidad territorial.

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Según el Banco Interamericano de Desarrollo, más de 55 millones de latinoamericanos deben desplazarse más de 30 minutos para llegar a un centro de salud. Para Uruguay, ese dato se traduce en el reto de garantizar acceso de calidad en ciudades intermedias y localidades del interior, reduciendo tiempos de espera y costos de bolsillo para las familias.

“La descentralización es una herramienta concreta para mejorar resultados clínicos y devolver tiempo a las personas; cuando el servicio está cerca, la adherencia al tratamiento mejora y los sistemas usan mejor sus recursos”, afirmó Melissa Delgado, directora de Asuntos Corporativos para Centroamérica y el Caribe de Roche.

Un ejemplo concreto de este cambio es la transición de ciertos tratamientos intravenosos a formulaciones subcutáneas que pueden aplicarse en centros locales. En el cáncer de mama HER2+, esta modalidad reduce el tiempo de administración de 150 a apenas 5–8 minutos y disminuye hasta un 80% los costos operativos. Innovaciones similares se extienden a áreas como oftalmología y esclerosis múltiple. Para los pacientes del interior, evitar los traslados a Montevideo significa menos interrupciones laborales, mayor adherencia a los tratamientos y una mejor calidad de vida.

El componente económico es ineludible. Las enfermedades crónicas no transmisibles representan el 77% de las muertes en la región y presionan la sostenibilidad de los sistemas. Estudios citados en el encuentro muestran que por cada dólar invertido en salud el retorno social puede oscilar entre 2 y 4 dólares en productividad y bienestar, un argumento central para priorizar la prevención y el manejo integral a nivel territorial.

Entre 2017 y 2023, un análisis del Instituto WIFOR sobre innovaciones en América Latina estimó un valor económico positivo superior a 168 millones de dólares y una ganancia de 6.600 años de vida con calidad (QALYs). Mirando hacia 2024–2027, sin mayor inversión, la región podría perder 1,4 millones de años de vida saludable y acumular una carga socioeconómica del orden de 34.900 millones de dólares, lo que refuerza la urgencia de modelos de atención más eficientes.

"Invertir en innovación y salud no es un gasto, es la mejor inversión que podemos hacer como sociedad. Un tratamiento novedoso permite a las personas vivir más y mejor, aportando a sus familias, comunidades y a la economía. La inacción, por el contrario, tiene un costo socioeconómico altísimo que no podemos permitirnos. No hay nada más caro que una sociedad que no invierte en su bienestar", destacó Benjamín Caballero, gerente general de Roche Uruguay.

La dimensión social también importa: en América Latina, el 32,4% del gasto en salud proviene del bolsillo de las personas, lo que empuja a millones a la pobreza. Reducir derivaciones mediante atención local ayuda a amortiguar ese impacto en los hogares y a liberar capacidad en los hospitales de referencia. Integrar redes territoriales, protocolos de derivación claros y terapias de administración local puede ser decisivo para acortar brechas entre el sistema público y el mutual.

El encuentro concluyó con un mensaje transversal: descentralizar para estar más cerca no es solo reorganizar servicios, sino coordinar políticas, presupuestos y capacidades con metas medibles. Para Uruguay, avanzar en esta dirección implica sostener la prevención, ampliar la cobertura efectiva en el interior y evaluar tecnologías en función de su valor social. La transformación del sistema requiere la cooperación entre el Estado, la academia, los equipos clínicos y la comunidad.

Temas:

Salud descentralizar desafío Roche Uruguay

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