Cuando un cliente le pidió a Roman Viñoly, partner del estudio Rafael Viñoly Architects y CEO de Integrated Developments, que diseñara un estacionamiento para 8.000 autos en California, Estados Unidos, no dudó en decirle que no.
Este tipo de arquitectura, que propone diseñar edificios capaces de transformarse a lo largo del tiempo según las necesidades de sus usuarios o los cambios del entorno, son para Viñoly el futuro del desarrollo inmobiliario y la forma más real de aplicar la sustentabilidad a un proyecto.
En Hábitat Futuro, un encuentro de El Observador, el referente del sector sostuvo que cree en una arquitectura que pueda cumplir “una función, después otra y después otra”.
“Creo que todo se tendría que diseñar de esta manera, pensando en un futuro donde el uso actual cambia y estas edificaciones tengan que cumplir otras necesidades”, mencionó.
En lugar de estructuras fijas, este estilo, conocido como arquitectura adaptativa o proyectos de uso adaptable, plantea construcciones flexibles, modulares y reversibles, que pueden reconvertirse en viviendas, oficinas o espacios comunitarios sin requerir demoliciones.
Viñoly también destacó en la ocasión el rol estratégico que tienen los arquitectos para aportar una mirada a largo plazo. Según explicó, su estrategia de negocio consiste en no vender sus proyectos, lo que le permite mantener un involucramiento personal y sostenido en cada desarrollo. Además, señaló que, aunque el propósito económico de estas inversiones suele centrarse en los usuarios directos de los edificios, el impacto real se extiende mucho más allá, generando cambios en toda la comunidad que los rodea.
“Creo que todo el sector inmobiliario debería ampliar la definición de los usuarios de una construcción”, afirmó, resaltando la importancia de considerar el efecto que los proyectos generan en su entorno.
Construcciones en madera, espacios de trabajo innovadores y ciudades inteligentes: nuevas claves del futuro
En el marco del panel "El futuro del trabajo y la vivienda flexible", Carolina Dovat, directora ejecutiva de Dovat Arquitectos, Carlos Mazzey, gerente de la Oficina Técnica de Arboreal, Nicolás Mieres, del proyecto +Colonia, Uri Iskin, CEO & co-founder de HIT y Daiana Morgavi, presidenta de la Asociación de Empresarios de la Madera y Afines (Adema) también compartieron sus perspectivas y experiencias.
En este sentido, las construcciones en Mass Timber, un sistema de construcción que utiliza productos de madera de ingeniería de gran tamaño, prefabricados y ensamblados para crear estructuras como edificios y puentes, fue uno de los temas destacados.
“Trabajar con madera requiere un cambio cultural, tecnológico y deshacer muchos procesos actuales”, sostuvo Dovat al ser consultada sobre la escalabilidad de este tipo de productos.
En esa línea, destacó la importancia de avanzar de forma gradual en Uruguay para poder incorporar estas modalidades constructivas.
“En Arboreal en 2023 se hicieron dos proyectos, en 2024 25”, sostuvo Mazzy, quien destacó el crecimiento exponencial que experimenta este sector.
En cuanto a la altura que se puede alcanzar con este tipo de proyectos, el ejecutivo señaló que depende de si la edificación es 100% en madera o es híbrido.
“En un país como Uruguay, sin actividad sísmica, se podrían hacer siete u ocho pisos 100% de madera, y con un núcleo de hormigón entre 25 y 30 pisos”, señaló.
Impulsar viviendas de este tipo, según dijeron desde Adema, podría contribuir también al desarrollo de las pymes del sector.
“Queremos que el Estado incorpore más madera. Hay 145 aserraderos en el país que se pueden aprovechar para que aporten madera estructural para el desarrollo de viviendas”, sostuvo Morgavi, quien también destacó la importancia de la capacitación.
Por otra parte, desde +Colonia, el proyecto urbanístico que busca crear un polo de innovación y desarrollo a través de una ciudad inteligente y HIT, desarrolladora inmobiliaria que brinda soluciones integrales al mercado corporativo hablaron de sus soluciones que buscan innovar en dos áreas tradicionales, la vivienda y el mercado de oficinas.
Nicolás Mieres, del proyecto +Colonia, señaló que el diferencial de las ciudades inteligentes no radica solo en la tecnología, sino también en su capacidad para conectar a las personas entre sí y con la naturaleza. Bajo ese concepto de “ciudad abierta”, explicó que el proyecto ya superó el proceso de aprobaciones y avanza en la construcción de calles, infraestructura y un puente que conectará las distintas áreas del desarrollo. Además, destacó que ya se encuentran en obra los dos primeros edificios, que suman un total de 400 unidades ya vendidas.
En el caso de HIT, Iskin habló de cómo durante años el real estate corporativo se concibió como un modelo rígido con oficinas ocupadas de lunes a viernes, de 9 a 18 y cómo su modelo de negocio busca romper ese esquema. Para esto la empresa impulsa un enfoque de “real estate as a service”, transformando los edificios en ecosistemas activos que integran coworks, cafés, wellness, eventos y comunidad.
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Las tareas administrativas se realizarán en las oficinas del Tribunal de Cuentas
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Además, precisó cómo, en el camino, fueron incorporando nuevas unidades de negocio como cafés, viandas corporativas y catering para eventos, variables que aumentan la rentabilidad para los desarrolladores y promueven una forma diferente de habitar los espacios de trabajo.