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3 de febrero 2025 - 5:00hs

Ni tecnofilios ni tecnófobos con la inteligencia artificial. Melina Masnatta, emprendedora especialista en educación, tecnología y diversidad, aborda cómo los docentes y hasta los padres pueden "romper" esta tecnología que revoluciona el mundo con una actitud "activa".

La educadora argentina, conferencista internacional además de investigadora con más de 200 publicaciones internacionales, se interesa en cómo entenderlas sin adoptar una perspectiva catastrófica ni muy ambiciosa de estas plataformas.

Antes de su disertación en el Sodre en el evento Proeducar 2025 de la Asociación Uruguaya de Educación Católica el próximo 6 de febrero, habló con El Observador sobre la personalización de la educación con la IA, sus sesgos y cómo afectan a los más chicos, además del sedentarismo cognitivo y la adicción a las redes sociales.

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El trasfondo de por qué quieren que usemos IA y cómo impacta

A lo largo de las respuestas de Melina se repite un concepto: las tecnologías que utilizamos todos los días no fueron confeccionadas con el propósito de educar. Y se puede agregar que tampoco fueron hechas con el propósito de informar o entretener. Todo esto es secundario. El propósito más importante es el de que pases más tiempo en ellas porque, de esa forma, estarás más expuesta a ver anuncios. Y a más anuncios, más dinero.

Porque el éxito de una aplicación se mide por la cantidad de horas que estás frente a la pantalla, no por si aprendiste mejor.

– Periodista: En una entrevista que le hizo Jorge Lanata a Santiago Bilinkis, Lanata contaba que había entrevistado a líderes tecnológicos quienes aseguraban que no encontró una motivación filosófica de sus creaciones...

–Melina: Más que filosofía, un impacto ético.

–Periodista: Mi pregunta es: ¿qué se puede hacer? Porque, como usuario, más allá de reclamarlo, concientizar sobre cómo están hechas estas plataformas, no queda mucho más por hacer. ¿O sí?

–Melina: Las tecnológicas no tienen un diseño ético, el objetivo de una corporación tecnológica es el revenue. Por eso existen las llamadas "tecnologías persuasivas", que buscan captar tu atención el mayor tiempo posible. (Se debería tener) una actitud activa conectada a la experimentación... Vamos a probar, romper y desarmar las herramientas solo por hacerlo. Pero, ¿por qué lo digo? Porque las tecnológicas trabajan así: con un modelo muy agresivo de "vamos a romper esto, a ver hasta dónde tira". En educación, en cambio, solemos querer enseñar lo dado. Y acá lo que necesitamos es experimentar lo que tenemos y darle el sentido y el propósito que queremos.

La personalización de la IA

Uno de los temas que más se ha hablado sobre la IA y la educación es cómo podrían ayudar a personalizar mejor la enseñanza en los alumnos. La IA podría entender mejor las necesidades y dificultades y dar respuestas más sólidas al respecto.

Melina entiende que la IA puede ayudar a que el contenido se adapte a cada estudiante. Por ejemplo, si una persona aprende mejor con un video, un audio o un texto, esta tecnología puede facilitar esa adaptación. Antes, la educación estaba limitada al libro de texto, que ofrecía una única forma de acceder al conocimiento.

Pero advirtió: el riesgo es que la personalización extrema termine creando burbujas de conocimiento, donde cada uno aprende de manera aislada sin un espacio de diálogo, algo fundamental en una escuela.

Las experiencias de uso y cómo fomentar el pensamiento crítico

La educadora y doctoranda con una maestría en Tecnología Educativa habla mucho con ejemplos. No solo en esta entrevista con El Observador, sino también en sus redes sociales. Y contó una experiencia de una docente de artes plásticas de alumnos de séptimo grado.

Melina contó que la docente usó Meta IA (es la IA disponible en WhatsApp en Argentina –aún no está en Uruguay–). Les pidió que investigaran sobre movimientos pictóricos y compararan imágenes generadas por la IA. Sin embargo, la inteligencia artificial cometió una alucinación: creó una imagen de un cuadro de Picasso con una banana que no tenía nada que ver.

Lejos de ser un problema, la docente aprovechó esto para enseñar pensamiento crítico, mostrando que la IA no siempre es precisa y que los estudiantes deben verificar la información.

"Los estudiantes estaban felices porque decían ‘¡ay mirá, puedo hacer esto! Y la profe no me prohibió usar esto', pero a su vez estaban fascinados de entender que también había desafíos ahí", indicó.

El impacto de los sesgos en los niños

"Lo primero que hay que entender es que la IA no es artificial, es humana. Lo artificial es poder automatizar, pero lo otro tiene el sesgo humano", dijo.

En su cuenta de Instagram, cuenta una anécdota con su hija de tres años cuando le pidió a Meta AI que le cree una imagen de Frozen.

Al principio, la IA creó ilustraciones evidentes como sintéticas, con ciertos rasgos extraños. Melina ajustó su pedido y solicitó que las figuras fueran "más humanas", pero en lugar de mejorar la calidad, la IA las mostró más grandes.

Corrigió nuevamente: pidió que volvieran a tener tres años y que fueran lo más humanas posibles. Fue entonces cuando la IA hizo un cambio inesperado: además de modificar la edad, incluyó en la imagen a un hombre.

Para Melina, este resultado fue revelador. "Cuando vos le pedís más humano no solo te cambia la edad, sino que te pone un hombre, como si la IA relacionara lo humano con lo masculino y lo masculino con lo adulto", explicó.

Qué pasa con las redes sociales

Melina también analizó cómo las redes sociales están diseñadas para generar adicción mediante la liberación de dopamina, afectando la autoestima y la salud mental, especialmente en adolescentes.

Y dio un ejercicio clave para reflexionar sobre su uso en un salón de clases.

Un ejercicio simple, pero revelador, consiste en registrar esas emociones antes y después de pasar tiempo en plataformas como TikTok o Instagram.

En un aula, la actividad puede comenzar con una pregunta: "¿Cuáles son sus redes sociales favoritas?". Luego, los estudiantes escriben cómo se sienten antes de abrirlas. Se les da 15 minutos para usarlas libremente y, al final, vuelven a anotar su estado emocional.

"Los estudios lo que dicen es que no te sentís mejor, de hecho te sentís peor y perdés otras cosas como la capacidad de entender la noción del tiempo", indican. También pueden surgir sentimientos de ansiedad o insatisfacción.

Más allá del efecto inmediato, el uso constante de redes también puede afectar la autoestima y la construcción de la identidad. En la adolescencia, el espejo social es fundamental para el desarrollo personal. Antes, los referentes eran artistas o figuras públicas, pero hoy, muchos jóvenes siguen a influencers que ni siquiera son reales.

Como vivimos en una era donde somos dependientes del celular, para lograr un consumo más saludable, la experta argentina aboga por no caer ni en la tecnofilia ni en la tecnofobia.

"Hay que encontrar un equilibrio y aprender a transitar estos cambios con una mirada crítica", concluyó.

¿Dónde escuchar a Melina?

Melina Masnatta participará en PROEDUCAR 2025 – Conectar para Educar, en su XXXIV edición, donde abordará el tema "La IA, ¿copiloto o competidor?". El evento reunirá a especialistas en educación y tecnología para debatir el impacto de la inteligencia artificial en el aprendizaje. Los interesados pueden reservar su lugar en este link.

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